Emilio Ontiveros (1948-2022) presidente de Analistas Financieros Internacionales y catedrático de Economía de la empresa. Fue un economista español caracterizado por su estilo divulgativo y por una visión práctica de la Economía que no descuidaba la teoría.
Autor de diversos libros y artículos, era un economista habitual en los medios de comunicación. Además de docente e investigador, desarrolló su trayectoria en el mundo de la consultoría económica, financiera y tecnológica, dirigiendo Analistas Financieros Internacionales.
En el marco de su vida profesional no solo trabajó en el sector privado. También prestó servicios para distintas organizaciones y administraciones públicas en calidad de asesor económico.
Ontiveros era un ferviente defensor de la difusión de la cultura financiera. Consideraba que la sociedad debía poseer una formación económica que le permitiese desenvolverse con capacidad crítica y de análisis. Así, Emilio Ontiveros consideraba la formación como un factor decisivo para el crecimiento.
Entre las numerosas cuestiones económicas que abordó, analizó en profundidad la desigualdad, el Estado del bienestar, la formación de la población, las amenazas a la economía, las relaciones monetarias internacionales y la economía y la evolución de las nuevas tecnologías.
¿Cuáles eran los riesgos para la economía global según Emilio Ontiveros?
Una de las grandes amenazas para la economía global, según Ontiveros, era la fuerte dependencia de las economías europeas de las exportaciones. Esto ponía en riesgo sus cadenas de valor.
No menos importante, consideraba que era el desafío que suponen las nuevas tecnologías y la digitalización. De hecho, Ontiveros también se preocupó por su impacto en el empleo y los salarios. Igualmente, consideraba retos relevantes las plataformas de economía colaborativa, las monedas virtuales, la desigualdad salarial y el Estado del bienestar.
En cuanto al equilibrio económico y el poder mundial, prestó especial atención al papel de economías emergentes como Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, con un papel cada vez más relevante frente a un Trump que debilitó la unidad occidental. También en el plano macroeconómico, analizó la evolución de la reducción de la pobreza y la creciente inestabilidad en materia laboral.
Desde el punto de vista del sector financiero abogaba por una mayor regulación. Consideraba que la concentración del poder empresarial perjudicaba el buen funcionamiento de los mercados.
Una gran amenaza pendiente de resolver, según Ontiveros, es la llamada elusión fiscal. Así, Emilio Ontiveros advertía de los problemas que pueden conllevar los países con bajos niveles de impuestos, la doble imposición, las deducciones fiscales o las filiales y el tratamiento fiscal de sus beneficios. Todo ello sin dejar de lado el efecto terriblemente perjudicial que tiene la corrupción en el conjunto de la economía.
La sostenibilidad y el medio ambiente no eran asuntos menores para Emilio Ontiveros. En este sentido, planteaba una economía más respetuosa con el medio ambiente. Sobre todo en lo referente a las emisiones contaminantes, así como también consideraba relevante la introducción de las cuestiones medioambientales en aspectos financieros y tributarios. Junto al desafío ecológico, también valoraba la evolución de la demografía y sus consecuencias en la economía.
Digitalización, trabajo y bienestar
Uno de los grandes efectos de la introducción de nuevas maquinarias y de la digitalización es la destrucción de empleo. Así, los trabajadores son reemplazados por máquinas al tiempo que se produce una caída de los salarios.
A pesar de que el progreso tecnológico a corto plazo puede generar cierta destrucción de empleo, consideraba Emilio Ontiveros que el saldo neto es favorable, pues ha traído consigo más prosperidad que efectos perjudiciales.
Sostenía Emilio Ontiveros que la digitalización mejoraba la productividad, mejoraba la comunicación y permitía acelerar numerosos procesos del trabajo. No obstante, también señalaba que la llegada de las nuevas tecnologías también podía generar cierta ansiedad entre la población, que podía mostrar inquietud por la pérdida del empleo, especialmente en el sector manufacturero.
Respecto al trabajo y su organización, para Ontiveros los cambios no solo se producían en el desarrollo del propio trabajo, sino en la manera en que se organizaba. Observa Ontiveros que numerosas funciones empresariales se externalizan, al tiempo que la organización de las tareas de producción permite una mayor supervisión del trabajo gracias a la tecnología digital.
También afirmaba Emilio Ontiveros que las relaciones entre empresa y trabajador han cambiado, desembocando hacia una mayor flexibilidad. En este sentido, cada vez cobran mayor importancia el trabajo autónomo, el trabajo por proyectos y las subcontrataciones.
Desde el punto de vista de los salarios y el estado del bienestar, argumentaba que la debilidad salarial fue aumentando desde la gran recesión de 2008, incrementándose la desigualdad entre rentas.
En relación con el trabajo, consideraba un elemento decisivo la formación, pues evitaba que los conocimientos de los trabajadores quedasen obsoletos, y en caso de desempleo friccional, les permitía conseguir un empleo con rapidez.
Ahora bien, un aspecto a valorar de la digitalización, con menor importancia del factor trabajo, podía desembocar en una menor importancia de los empleados a la hora de generar rentas. Esta situación podía afectar negativamente a la financiación del Estado del bienestar mediante impuestos y cotizaciones sociales.