Inversiones temporales
Las inversiones temporales son un tipo de inversión a corto plazo útiles a la hora de conseguir liquidez, ya que son fácilmente convertibles en efectivo por medio de su venta en el mercado.
Estos activos financieros tienen la capacidad de ser transferidos por medio de compra y venta en periodos de tiempo cercanos. Es decir, existe un mercado destinado a su intercambio.
Las sociedades o los agentes de inversión emplean dinero en efectivo para hacerse con valores negociables de corto plazo, que posteriormente podrán volver a vender en los mercados financieros.
En ese sentido, a menudo las inversiones categorizadas como temporales son convertibles en efectivo con facilidad. Por ese motivo se suelen emplear como fuente de financiación a corto plazo por individuos o empresas, pues aportan liquidez.
En otras palabras, se trata de mecanismos financieros útiles a la hora de precisar dinero en poco tiempo para afrontar compromisos de pago cercanos.
Este periodo de tiempo es comúnmente inferior a un año de duración. Por ello es habitual que una cartera de inversión compuesta por inversiones temporales esté en constante transformación.
Características principales de las inversiones temporales
Las inversiones de tipo temporal cuentan con una serie de rasgos que las distinguen de las inversiones a largo plazo:
- Las inversiones temporales cuentan con un plazo estimado de entre tres y doce meses, habitualmente.
- Se trata de valores «seguros», ya que no conllevan mucho riesgo.
- Por el motivo anterior, este tipo de inversiones generan rendimientos no muy altos pero rápidamente adquiribles.
- En el esquema contable de una empresa, este tipo de instrumentos financieros son contabilizados en el balance dentro del activo circulante.
Si bien es cierto que las inversiones temporales suelen ser convertibles en poco tiempo en efectivo y no aseguran grandes rendimientos, las empresas habitualmente recurren a ellas en busca de ganancias relativas a los intereses que las acompañan.
Siguiendo lo anterior, el objetivo de aquellos que recurren a estas herramientas financieras es conseguir protección sobre su capital y un posible rendimiento.
Ejemplos de inversiones temporales
Algunos de los principales ejemplos de inversiones temporales que pueden observarse en el día a día económico son:
- Acciones. Existen acciones de empresas que cuentan con bajos niveles de riesgo y son intercambiables habitualmente, como parte de estrategias de inversión a corto plazo. Se las denomina como acciones «seguras». Si bien es cierto, todo sea dicho, que las acciones son un activo de mayor riesgo que los que citaremos a continuación.
- Depósitos. Existen algunos tipos de depósitos a plazo que aseguran un determinado nivel de interés y con vencimientos de poca duración.
- Letras del Tesoro. A menudo se explica este instrumento como ejemplo claro de inversión segura y de bajo rendimiento, al estar cubiertos por los distintos países.
- Bonos. Algunos tipos de bonos a corto plazo también son frecuentemente empleados como fuente de liquidez inmediata.