Teoría de costos
La teoría de costos es el marco teórico utilizado por las empresas para valorar sus recursos. De ese modo, se puede estimar el coste de las mercancías y, en general, del inventario que posee la compañía.
La teoría de costos nos permite, entonces, tener una idea de cuánto se ha destinado a la fabricación (o entrega) de un determinado producto o servicio.
Como veremos más adelante, la teoría de costos tiene influencia en distintos ámbitos de la compañía.
En este punto, también es necesario aclarar que un costo o coste es todo aquel desembolso de dinero realizado por la empresa, destinado al pago de aquellas obligaciones que se requieren para mantener activo el proceso de producción de los bienes y servicios que produce dicha firma.
Objetivos de la teoría de costos
Los objetivos de la teoría de costos son los siguientes:
- Sirve como referencia para la toma de decisiones en la empresa. Por ejemplo, retirar un producto del mercado o cambiar de proveedor de algún insumo.
- Sirve como base para la determinación del precio de venta, aunque no es el único factor considerado. Puede ser, por ejemplo, que ante la gran demanda por un producto, su precio pueda cotizar muy por encima de su costo. En todo caso, la empresa siempre buscará que el precio sea mayor que el costo para poder generar ganancias.
- En línea con lo anterior, la teoría de costos permitirá saber si en alguna línea del negocio se están produciendo pérdidas.
- Permite la valoración de los inventarios. Esto puede realizarse de distintas formas, con base en un promedio, o dependiendo del orden de ingreso (Recordemos los métodos FIFO y LIFO).
- Aporta al planeamiento de la empresa en el medio y largo plazo.
Tipos de costos
Los tipos de costo, según la variabilidad, pueden ser:
- Variables: Son aquellos que varían en función de la cantidad de unidades producidas. Este es el caso, por ejemplo, de la materia prima.
- Fijos: Son aquellos que no dependen de la cantidad de unidades producidas. Por ejemplo, el alquiler de un local, que deberá ser pagado independientemente de la cantidad de bienes o servicios de produzca o venda la empresa.
Asimismo, según su función, podemos diferenciar, entre otros, los siguientes:
- Costos industriales: Son aquellos vinculados al proceso de fabricación.
- Costos de explotación: Relacionados con la venta y distribución del producto.
- Costos financieros: Son aquellos que se derivan de contratar productos o servicios financieros.
De igual modo, en función de si los costos se pueden asignar con precisión, podemos distinguir los siguientes:
- Costos directos: Se puede saber su incidencia en una determinada mercancía. Por ejemplo, el costo de la materia prima para fabricar una prenda.
- Costos indirectos: No pueden asignarse con precisión a las unidades producidas. Por ejemplo, el pago de alquileres o de servicios de agua y luz.
Otros conceptos a tener en cuenta es el de costo marginal, que es el costo de producir una unidad adicional. Este, a su vez, no siempre coincide con el coste medio, que es el costo total entre el número de unidades producidas, es decir, es la media del coste de cada unidad producida.
Para poner un ejemplo, a una empresa le puede costar 10 euros producir la novena unidad de una mercancía. Sin embargo, el coste medio puede ser de 12 euros, pues las primeras unidades costaron más (recordemos el concepto de economías de escala).