Los conflictos laborales pueden surgir con frecuencia en las empresas. Por este motivo, anticiparse a ellos y tener una buena guía para una pronta resolución en el caso de que surjan, será algo esencial para favorecer las relaciones laborales.
¿Qué empresa no ha tenido un conflicto laboral? Si eres un empleado o el responsable de una compañía, seguro que en algún momento has pasado por este problema.
Pero lo más complicado es resolverlo. ¿Tiene tu empresa las herramientas suficientes para lidiar con los conflictos que surjan? ¿Están preparados los responsables para anticiparse a esta situación?
Son cuestiones que siempre hago a mis clientes cuando colaboramos y llevamos a cabo el manual de crisis.
Si has llegado a este artículo, seguramente quieras encontrar una solución y una guía práctica que te ayude a implementar en tu empresa posibilidades de mejora y actuación ante un problema.
Si es así, este artículo es para ti. Toma nota y pon en práctica todo lo que voy a comentarte en esta guía para ayudarte.
Un conflicto laboral se genera cuando hay una mala relación o existen disputas entre dos o más trabajadores de una compañía. Esto puede dar lugar a consecuencias muy negativas, ya que pueden surgir peleas y la productividad puede disminuir.
Si no se actúa con rapidez, la empresa puede verse afectada gravemente ante esta situación.
Los motivos que dan lugar a los conflictos laborales en una empresa puede ser variados. Por ejemplo, mala o escasa comunicación, acoso o comentarios negativos. Este tipo de problemas suelen ser muy habituales.
Hay que tener en cuenta que en una compañía pueden surgir conflictos en cualquier momento. La probabilidad aumenta en función del número de empleados, las expectativas que tiene cada uno de ellos, las ambiciones y el estrés que puede conllevar el propio trabajo.
Imagina que la empresa va en aumento y se contratan más empleados. Cuanta mayor número de personas compongan la compañía, probablemente surjan más roces.
Esto es lo que le pasó a uno de mis clientes. Su empresa creció progresivamente y empezó a contratar personal para cubrir todos los puestos que estaban vacantes. Pero cometió un error: no puso en marcha un manual de crisis ante situaciones de conflicto y tampoco estaban preparados para asumirlas.
Cuando trabajé con él aspectos tan importantes como la comunicación y el marketing, tuvimos que adentrarnos en este tema, dado que surgieron problemas entre dos empleados. Siempre hay que tener una base para resolverlos y anticiparse. Además, la formación en habilidades de comunicación y dinámicas de grupo, será muy útil para que esto no suceda.
Por ello, ante esta problemática hay que estar preparados, ya que mantener un buen clima laboral será esencial para conseguir de forma óptima los objetivos de la empresa.
Cuando surgen disputas en las compañías, la situación puede agravarse y aumentarse si se deja pasar demasiado tiempo antes de tomar cartas en el asunto para resolver la problemática.
Pero vamos a adentrarnos y empezar la casa con buenos cimientos. Vamos a hablar lo primero de los motivos que puede haber para que surjan determinados problemas en las empresas.
¿Cuáles son los motivos principales por los que surge un conflicto?
Estos son muy comunes. Si notas que en tu empresa el ambiente no es el adecuado y la comunicación es poco favorable. ¡No esperes! Hay que actuar lo antes posible para resolverlos. Fíjate en esta lista:
- Mala comunicación: Esto es algo que puede suceder, ya que en ocasiones no hay un intercambio de información clara y concisa. Esto puede hacer que los empleados no desarrollen su actividad de manera óptima por una mala gestión comunicativa y se rebelen. La comunicación ascendente y descendente en una empresa es fundamental para evitar esta problemática.
- Diferentes opiniones: Cuando existen opiniones diferentes y no se respetan, puede surgir un conflicto laboral. Por ejemplo, dos trabajadores tienen distinto criterio a la hora de realizar un trabajo y han de consensuar posturas para hacerlo, ya que sus tareas son complementarias. Pero si no se ponen de acuerdo puede surgir el problema y afectar a la productividad de la empresa.
- Suplantar roles: En ocasiones, algunos empleados llevan a cabo funciones que no les corresponden y esto puede generar malestar entre el resto de trabajadores. Si no existe una buena comunicación previa y una planificación exhaustiva donde se diferencie con claridad los roles, esto puede ser algo muy habitual.
- Liderazgo hostil: Desafortunadamente este tipo de liderazgo todavía existe en las empresas. El líder hostil se erige como la voz principal y anula cualquier capacidad de innovación por parte de sus empleados. Pueden surgir enfrentamientos y disputas por estas formas de comportamiento por parte del jefe o líder de la empresa.
- Estrés laboral: Cuando los trabajadores están sometidos a una presión continua puede dar lugar a que padezcan situaciones de estrés laboral. Este problema puede generar conflictos, ya que las exigencias son mayores sobre la base de la capacidad y los recursos del personal laboral de la empresa.
- Diferentes personalidades: Cada trabajador tiene su forma de ser y esto puede acarrear que surjan relaciones de amistad o todo lo contrario. Pueden generarse conflictos debido a las distintas formas de ser que tienen los trabajadores de una compañía. La manera de trabajar y de entender la capacitación laboral puede ser diferente de un empleado a otro y esto puede motivar la generación de una disputa.
- Cambios en la metodología de trabajo: Este es otro de los motivos que pueden acabar generando conflictos. En ocasiones, desde la dirección se suelen implementar cambios en la metodología de trabajo y no ser bien recibidos por parte del resto de trabajadores. Estos se sienten descontentos por la situación, ya que están en su zona de confort y no es sencillo salir de esta. Para solucionar esta problemática será importante llevar a cabo un proceso de comunicación fluido, explicar de forma detallada los beneficios de esos cambios, planificar los objetivos conjuntamente y escuchar a los trabajadores para que sientan involucrados.
Consejos para prevenir conflictos laborales
Una vez que hayas detectado los problemas que existen en la empresa, hay que tener en cuenta dos cosas muy importantes: cómo prevenir estos y las claves para solucionarlos. Vamos por partes:
- Potencia la comunicación: Integrar la comunicación en la empresa es algo muy importante. Escuchar a los empleados, establecer una buena planificación sobre la comunicación interna e intercambiar opiniones entre los altos cargos y el resto de empleados, evitará que aparezcan ciertos conflictos laborales.
- Mejora la capacidad de negociación: Llegar a acuerdos cuando surgen disputas, será algo a tener en cuenta. Hay que aprender a negociar entre los empleados y ofrecer alternativas que sean atractivas para todo el equipo de trabajo.
- Fomenta habilidades: Potenciar la empatía, la escucha activa y la sinceridad entre los trabajadores mejorará las relaciones laborales. Llevar a cabo dinámicas para poner en práctica estas habilidades, será de gran ayuda para todos los empleados de la compañía.
- Detección de problemas: La mejor forma de evitar que surja un conflicto es anticipándose a él. Existen formas para detectar problemas antes de que se manifiesten. Por ejemplo, pasar encuestas de satisfacción entre los empleados, celebrar reuniones o poner a disposición de los trabajadores sesiones individuales para escuchar sus sugerencias.
Pautas para resolver conflictos en la empresa
Cuando se produce un conflicto, hay que tomar cartas en el asunto lo antes posible para intentar paliar los daños que se produzcan y que estos no sean demasiado comprometedores para la compañía.
Una vez ha surgido el problema, si no hemos podido anticiparlo, hay que resolverlo lo antes posible.
Aquí recuerdo a un caso en particular de un cliente que me comentaba que contrató a un becario para llevar a cabo las prácticas en su negocio y el jefe de departamento de recursos humanos y él empezaron a tener problemas.
La relación era pésima hasta el punto de que el jefe de recursos humanos casi abandona su trabajo. Afortunadamente, se llevó a cabo una reunión entre ellos y se tomaron pautas como las que verás ahora para resolver el conflicto:
- Genera un estado de calma: La crispación solo genera más crispación. Por ello, si hay algún problema es importante mantener la calma para valorar la incidencia de la forma más coherente posible.
- Imparcialidad: El mediador o el responsable de gestionar el problema no debe posicionarse a favor o en contra de los trabajadores implicados. Lo recomendable es mantener una actitud imparcial y abierta al diálogo para conocer de primera mano lo que ha sucedido.
- Comunicación: Ofrecer un trato cercano y directo será clave para poder dialogar con ambas partes sobre lo ocurrido. Hay que valorar la actitud de los trabajadores, ya que es fundamental averiguar si estos desean resolver el conflicto.
- Objetivos: Tras conocer lo ocurrido, evitando culpabilizar o posicionarse a favor de cualquier trabajador, habrá que establecer los objetivos a conseguir. Por ejemplo, valorar un tiempo determinado para llegar a un acuerdo entre las partes implicadas.
- Plan de acción: Para llevar a buen puerto la resolución de conflictos, habrá que establecer una serie de acciones que estén encaminadas a resolver la incidencia. Las partes implicadas manifestarán lo sucedido y se creará un plan para modificar o eliminar aquellas cosas que estén promoviendo el problema.
- Elaborar un manual de crisis: Esto es algo fundamental en las empresas. Elaborar un manual donde queden recogidas las posibles soluciones ante los problemas, su prevención y las acciones pertinentes ayudará a que se encuentre una solución de forma más ágil. Un problema no puede ser eterno y hay que establecer unos tiempos aproximados para resolverlo.
- Evaluación: Tras la implementación de las soluciones que se han acordado, habrá que valorar si están siendo eficaces para resolver la incidencia que se ha manifestado anteriormente.
Ejemplos de conflictos laborales
Algunos conflictos laborales se dan de forma frecuente. Por ejemplo, la impuntualidad. Es probable que un empleado de forma extraordinaria llegue tarde a trabajar. Pero si este hecho se produce de manera constante, puede dar lugar a un problema. El resto de empleados se quejará y además no estará cumpliendo con el horario laboral pactado.
Cuando esto se produce se puede implementar un sistema de control horario. Por ejemplo, fichar cuando uno empieza y termina su jornada laboral. Incluso existen aplicaciones relacionadas cuyo objetivo es llevar un mejor control en lo que se refiere a los horarios laborales.
Otro de los aspectos que puede generar conflictos en la empresa es desarrollar tareas que no corresponden a un empleado. Por ejemplo, un trabajador pretende dirigir un departamento cuando no fue contratado para eso.
En este caso hay que potenciar la comunicación para explicar a cada empleado las tareas que debe desarrollar de acuerdo a su puesto de trabajo. Además, elaborar un organigrama será de vital importancia para establecer los departamentos, funciones y gestiones de cada empleado.
Como conclusión, hay que tener en cuenta que pueden aparecer conflictos laborales, pero si la empresa tiene un plan previo estipulado y genera un clima de confianza y asertividad, será mucho más fácil que no aparezcan los problemas y se puedan prevenir de cara al futuro.
¡Ojo! Los conflictos laborales pueden afectar a la producción y a las relaciones entre los empleados. No consideres esto como un tema menor en tu compañía y pon en marcha un manual de crisis.
En este puedes anotar posibles conflictos que surjan y soluciones que llevarás a cabo para su resolución, así como la prevención de estos.
Esta guía puede servirte de gran ayuda, pero siempre adapta esta información a tu negocio y anticípate. Esa es la clave principal para evitar posibles problemas.