En el marco del Foro de Davos 2020, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha presentado sus perspectivas sobre la economía mundial para los próximos años. Entre los puntos a destacar se encuentra la recuperación del crecimiento para las economías emergentes, así como una recuperación más lenta para las avanzadas.
Un día antes de que comience el que será, nuevamente, el mayor foro del año, el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el marco de la reunión anual organizada por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), ha presentado sus pronósticos sobre la economía mundial para el año 2020. Unos pronósticos que el FMI publica de forma trimestral, aprovechando, como digo, este emplazamiento para publicar el primer informe del año. Una publicación que recoge una revisión a la baja para el crecimiento de la economía mundial, pero un mayor optimismo por la menor exposición a tantos riesgos.
Aunque se espera una corrección a la baja, como digo, si podemos observar como, pese a cerrar el año con un crecimiento cercano al 2,9%, para los próximos años, dada la disipación, a priori, de esos focos de incertidumbre, podemos observar como los pronósticos arrojan un crecimiento cercano al 3,3% para este año, 2020, así como un 3,4% para el 2021. No obstante, el organismo ha sido muy claro sobre el asunto, pues un repunte en las tensiones geopolíticas, así como una mala relación comercial entre los países que integran el mercado global, podrían provocar una revisión a la baja en estas perspectivas.
Las economías emergentes recuperan el crecimiento
Hablamos de que este mayor crecimiento se debe, principalmente, por esa menor exposición a los riesgos, al descartarse sucesos inesperados como un Brexit desestructurado, así como un mayor proteccionismo en los mercados. Para este año se prevé que las economías emergentes tengan un mejor desempeño que el atribuido para este año pasado, donde los shocks coyunturales provocaron un déficit en materia de desempeño, provocando mayores reajustes en sus crecimientos. Es por ello que, de acuerdo con las previsiones de crecimiento publicadas, se espera un repunte de casi un punto porcentual en las economías emergentes y en desarrollo, que podrían pasar del 3,7% registrado en 2019, al 4,4% y 4,6% en los años próximos.
Dentro de estas economías emergentes, destacan las perspectivas de crecimiento para China. Si observamos sus niveles en los pronósticos, podemos ver cómo para el 2020, así como para el 2021, la mayor economía de Asia pretende moderarse hasta superar -a la baja- el umbral del 6%. Para el 2020 se espera que el crecimiento chino regrese del 6,1% que presentaba en 2019, hasta el 6% en 2020, cerrando con un 2021 que podría situar el crecimiento del gigante asiático en niveles de 5,8%. Es decir, una desaceleración que se encuentra prácticamente justificada por esas tensiones comerciales que, aún siendo inferiores a las de 2019, presentan todavía un riesgo para el sector exterior chino, que todavía está pendiente de seguir resolviendo sus conflictos con Washington para eliminar la vigente anomalía que viven los mercados.
Cabe destacar, a su vez, las previsiones para América Latina. De acuerdo con el organismos, los crecimientos para la región experimentarán un mayor dinamismo que en 2019. Algo que tampoco es un asunto muy difícil, tras cosechar un crecimiento, prácticamente nulo, del 0,1% durante el pasado ejercicio. De acuerdo con las perspectivas, estaríamos ante un crecimiento que situaría los niveles para la región en el 1,6% para 2020, así como un 2,3% para el 2021. Un crecimiento que, pese a revisarse a la baja por los lastres que ha sufrido la economía mexicana y la chilena, han sido compensados con la revisión al alza en el pronóstico para Brasil, que podría experimentar una variación de un punto porcentual, situando los crecimientos de su producto interior bruto (PIB) en el 2,2% para el 2020, así como un 2,3% en 2021.
Una recuperación muy gradual para las economías avanzadas
Un escenario que también es visible en las economías avanzadas. En este sentido, las economías avanzadas siguen inmersas en esa desaceleración económica que no deja de acechar a los crecimientos. Resalta el crecimiento de Estados Unidos, que moderará sus niveles hasta el 1,6% para 2021, pasando por un 2% en la perspectiva para este año. Al igual ocurre con los países de la Zona Euro, los cuales, pese a mostrar una recuperación para este año, esta pretende ser muy gradual, así como lenta, lo que, pese a la estabilización, muestra un menor crecimiento. De acuerdo con las perspectivas, se espera que estas crezcan un 0,1% en 2020, así como otro 0,1% en 2021, dejando un acumulado en la tasa de variación que situaría el crecimiento de los países de la Zona Euro en el +0,2%.
En detalle, la Zona del Euro, dada la favorable evolución de la demanda externa para el próximo año refuerzan el crecimiento para las economías del viejo continente. Sin embargo, pese a que las revisiones realizadas para Francia e Italia no muestran variabilidades significativas, sí se han realizado reajustes a la baja en otras economías como España o Alemania. En este sentido, la economía alemana pasaría de un 0,5% en 2019, a un 1,1% y un 1,4% para los próximos años, pues, pese a la rebaja en las previsiones, si mostraría un mayor dinamismo en los crecimientos.
Sin embargo, para España, esta es la única economía avanzada de la Zona del Euro que sí verá corregida, y muy a la baja, su perspectiva de crecimiento para el próximo año, así como el siguiente. Tras cerrar el año con unos crecimientos superiores a los del resto de homólogos europeos, el 2020 y 2021 no serán tan boyantes para la economía española. De acuerdo con los crecimientos previstos, la economía española podría pasar del 2% en 2019, a niveles del 1,6% en 2020, prorrogándose este nivel de crecimiento en el 2021. Un decremento que, de acuerdo con el FMI, proviene de ese descenso que está sufriendo la demanda interna, así como las exportaciones durante el año 2019. Si bien es cierto, que la caída en la previsión, a priori tan abrupta de 4 décimas, se debe a que en la estimación anterior se utilizaron datos sin actualizar.
En resumen, otras economías, todavía del euro, como Reino Unido no sufrirán variaciones significativas. Las tensiones sobre un Brexit desestructurado, como hemos dicho, se están disipando. Ante esto, las perspectivas están sujetas a una salida ordenada de Reino Unido, lo que, cualquier shock o suceso imprevisto sobre este asunto, podría acabar lastrando los crecimientos, provocando nuevas revisiones a la baja y lastrando el crecimiento y el desarrollo del país anglosajón. Algo que también ocurriría con todas las perspectivas mencionadas, pues, ante la incertidumbre que presenta el planeta, cualquier shock no previsto provocaría correcciones en cada una de ellas.