En términos económicos, un bien es un elemento tangible o material destinado a satisfacer alguna necesidad del público. Además, puede ser adquirido en el mercado a cambio de una contraprestación.
Es decir, para la economía, un bien es un objeto que brinda utilidad. Así, el consumidor lo puede obtener pagando una tarifa asignada (o acordada).
Cabe precisar que los bienes cuentan con cierto nivel de escasez. Por esa razón, para distribuir las unidades disponibles entre los demandantes, se asigna un precio.
Generalmente, los bienes cuentan con un valor económico propio, lo que hace que a su vez sean susceptibles de ser valorados en términos monetarios. En otras palabras, se les atribuye un precio de adquisición en el mercado.
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A diferencia del concepto de servicio, en este caso hablaríamos de algo que al ser tangible puede poseerse y tiene la capacidad en ocasiones de ser perdurable. Es decir, el bien puede disfrutarse tiempo después de ser adquirido.
Otro punto importante a comentar es que pueden encontrase diferentes productos destinados a personas con menos recursos económicos (caso de los denominados bienes inferiores) o de mayor poder económico (bienes de lujo).
Tipos de bienes
Existen muchos tipos de bienes según su grado de escasez, su función, su grado de transformación, la facilidad de acceder a ellos o su relación con la renta, entre otros. Así, las principales categorías son las siguientes:
- Bienes muebles: Son aquellos que pueden trasladarse, como discos, ropa o coches.
- Bienes inmuebles: No pueden cambiar de ubicación. Por ende, son comercializados en el mercado donde se producen, como es el caso de las viviendas.
- Bienes complementarios: Suelen adquirirse de manera conjunta, como un arma de fuego y la munición.
- Bienes sustitutivos: Están en un mismo mercado y compitiendo al satisfacer iguales necesidades y deseos, como los diferentes tipos de transporte público.
- Bien de consumo: Será utilizado por el consumidor final y no dentro del proceso de producción de otra mercancía. Este es el caso, por ejemplo, de los juguetes.
- Bienes de capital: Caso opuesto al anterior, ya que se destinan a la producción posterior de otros bienes y no al consumo. Nos referimos, por ejemplo, a la maquinaria de una fábrica textil.