Custodia de valores
La custodia de valores es el mantenimiento de diversos activos financieros por parte de entidades dedicadas a ello. Las mismas actúan como intermediarios y garantizadores de los mercados financieros.
La custodia de valores supone la acción de mantener y proteger distintos tipos de activos y valores negociables en el ámbito de las finanzas.
Esta actividad económica y financiera, abarca la custodia de carteras de inversión en todo el mundo, formadas por acciones y participaciones, hasta otros productos como son bonos de inversión o letras del tesoro.
Este tipo de servicios de custodia de valores suelen venir de la mano de comisiones o gastos de custodia. Las entidades, o profesionales encargados de la custodia, cobran estos a sus respectivos clientes por la satisfacción del servicio.
Este tipo de actuaciones de gestión y custodia es realizado por entidades depositarias. Por ello, es común que sea práctica habitual de grandes entidades bancarias y de crédito, cajas de ahorros y agencias de valores especializadas.
Además, su inicio debe contar con la normalización y firma del correspondiente contrato de custodia entre la entidad y el cliente, que puede ser otra entidad distinta o muchos otros tipos de inversor existentes en el mercado financiero.
Tareas destacadas de la custodia de valores
La actividad de custodia de valores supone el cumplimiento de algunas responsabilidades asumidas por las entidades financieras o los profesionales económicos que desempeñan esta función.
Entre estas:
- Intermediación: Al custodiar títulos, se asume simultáneamente una tarea de representación. El papel de intermediario de las entidades financieras es básico, pues hacen posible la compra y venta de valores en los mercados.
- Operativa de mercado: El custodio no solo se limita a almacenar o congregar valores, sino que también opera y administra los mismos. Por ejemplo, aporta otras funciones como el seguimiento de los mercados, la aparición de oportunidades de inversión o la gestión fiscal de los activos.
- Seguridad y garantía: Los custodios ofrecen tranquilidad y seguridad a los inversores al proteger y mantener sus carteras y activos financieros.
- Externalización: La opción más frecuente es que el custodio y gestor de valores sea externo. Para ello, existe un gran número de compañías financieras y gestores de patrimonio dedicados a dicho trabajo. Esto ayuda a evitar situaciones de conflictos de interés.
- Información: La correcta custodia y el mantenimiento de una cartera de títulos exige un alto nivel de transparencia informativa, así como una gran fluidez comunicativa con el propietario o cliente.
La custodia de valores está exhaustivamente regulada y vigilada por las diferentes instituciones económicas, así como por las administraciones de los países en materia financiera y de competencia.
En ese sentido, la actividad de custodia está reglada, por lo que debe contar con autorización pública y requiere de formaciones académicas y profesionales específicas.