Gig economy
La gig economy es un término que hace referencia a un nuevo formato de relación laboral. En este, las empresas encargan tareas específicas a un profesional autónomo o «freelance», que las ejecuta y las cobra de forma independiente, estableciéndose un plazo delimitado para ello.
En otras palabras, la gig economy, o economía gig, es un concepto que hace referencia a los nuevos formatos que han aparecido en lo relativo al mundo laboral y las relaciones laborales. Por tanto, hablamos de unas relaciones laborales que han evolucionado, virando desde una relación laboral fija y continua hacia una relación laboral puntual y delimitada en el tiempo (temporal).
Así, la gig economy hace referencia a esas nuevas relaciones laborales, las puntuales y delimitadas (temporales).
En este sentido, el concepto «gig» es un concepto utilizado en el mundo musical, el cual hace referencia a las actuaciones cortas que realizan los grupos o bandas de música. De la misma forma y extrapolando al mundo económico, el término «gig economy» hace referencia a esas relaciones laborales, surgidas como forma alternativa a la contratación tradicional, en las que la duración del trabajo es muy corta, la contratación se realiza de forma puntual (temporal), y en las que la relación termina con la finalización del trabajo.
En otras palabras, se contrata a un perfil freelance (autónomo) que lo realiza, y finalizamos la relación con la entrega del bien o el servicio y el pago por el mismo.
Origen de la gig economy
La globalización, la digitalización, así como otros factores han permitido que los ciudadanos estén más conectados entre sí, a la vez que han generado nuevas formas de trabajo.
Con un ordenador, hoy tenemos empleados en Colombia que programan para una empresa en Canadá. En Reino Unido, por ejemplo, hay perfiles freelance que ofrecen sus servicios en Japón, a la vez que hay perfiles japoneses que lo hacen en Australia. La digitalización ha permitido que el mundo entero, a través de la red, esté conectado. Y un ingeniero en Silicon Valley, a través de la red, puede desempeñar sus servicios en España o en Perú.
Además, debido a que no se exige exclusividad al empleado, podemos contratar ingenieros que desempeñan su trabajo en grandes multinacionales para desempeñar una tarea en nuestra empresa. Ello, sin necesidad de pagar la estratosférica cifra que supondría contratarlo en régimen de exclusividad, y aun después de haber realizado la tarea.
Y es que la gig economy, en cierta forma, surge de fenómenos como los citados. Su aparición fue un gran avance y un sinfín de oportunidades para muchos profesionales.
Profesionales independientes que, mediante canales digitales o físicamente si hablamos de un trabajo local, pueden ofrecer sus servicios y cobrar por ello. Sin necesidad de que el empleador los tenga que contratar de forma indefinida, así como asignar un salario mensual por ello. Se realiza el trabajo, se cobra y se finaliza la relación. Sin exclusividad que nos impida trabajar para numerosas empresas.
La gig economy poco cualificada: el falso autónomo
Sin embargo, tras la crisis económica de 2008, la revolución que experimentó el mercado laboral hizo que la gig economy ganase cierta relevancia. La difícil situación que atravesaba el mercado laboral motivó a muchos ciudadanos a sumarse a esta nueva economía, donde el empresario no asume riesgos y el empleado puede ganarse la vida sin necesidad de trabajar en exclusiva para un único empleador.
De esta forma, muchos empresarios optaron por virar hacia este nuevo formato de contratación, debido al riesgo que suponía incrementar los costes laborales tras la crisis económica. De la misma forma, la dificultad que suponía encontrar un empleo motivó a muchos profesionales a emprender una carrera profesional en solitario, como profesional freelance, en busca de clientes en todo el mundo a los que prestar multitud de servicios. Así, la gig economy fue ganando cada vez más adeptos, generando plataformas y compañías de gran dimensión en las que la gig economy define su forma de trabajar.
Uber, por ejemplo, o Uber eats, Glovo o Rappi, entre otras plataformas, prestan servicios puntuales a cambio de una remuneración. En este caso, el profesional realiza envíos puntuales de comida y cobra por el envío realizado. En estas plataformas, todos los empleados se encuentran en la misma situación. La gig economy define los modelos de contratación en estas empresas, donde los empleados desempeñan tareas específicas por las que son remunerados, sin existir un vínculo contractual fijo y continuo con el empleador.
Sin embargo, estos empleos poco cualificados eran más bien un escaparate de la gig economy, el cual esconde numerosos aspectos a considerar y muy cuestionables. El perfil del falso autónomo es un perfil que surge como consecuencia directa de la gig economy. Parece que es un empleado independiente, pero cumple órdenes dictadas por la empresa.
Ventajas y desventajas de la gig economy
De la misma forma que la gig economy presenta una serie de ventajas para los empleadores y los empleados, la aparición de la gig economy, como es obvio, también presenta desventajas. De la misma forma que la digitalización y la globalización permitían determinadas acciones que, previamente, no podíamos realizar, la aparición de la gig economy y el uso abusivo por parte de las empresas de este sistema ha generado una situación de precariedad muy preocupante en el mercado laboral, como veremos a continuación.
Así, entre las ventajas que ofrece la gig economy, debemos destacar las siguientes:
- Horario flexible, no hay horarios.
- Ahorro de costes para el empleador.
- Mayor capacidad de conciliación para el empleado.
- Mayor calidad de vida.
- No existe exclusividad.
- Posibilidad de generar numerosas fuentes de ingresos.
- Independencia plena.
Asimismo, entre las desventajas cabe destacar las siguientes:
- No hay salario fijo ni mínimo.
- Puede ser un trabajo precario.
- No hay prestación por desempleo en caso de despido.
- La pensión por las que se suele cotizar es muy baja.
- Genera una elevada tasa de temporalidad en el empleo.
- No nos ofrecen beneficios sociales, en general.
- Más distracciones y dificultad para autogestionar el tiempo.
- Precarización del mercado laboral, cuando las empresas hacen uso abusivo.
Y es que, antes de acabar, conviene señalar que la gig economy es muy amplia, y abarca a trabajadores de todo tipo. Por ello, es conveniente señalar que no es lo mismo un abogado que desempeña su profesión en la gig economy que un trabajador poco cualificado en malas condiciones.
Ejemplo de empresas de la gig economy
Para finalizar, veamos algunos ejemplos de empresas que operan, o han operado, en la gig economy.
Amazon
Amazon, el gigante tecnológico, es una empresa que ha hecho uso de mecanismos de la gig economy en su empresa. En este sentido, muchos empleados, profesionales independientes, trabajan en sus casas en proyectos que Amazon desarrolla.
Estos son remunerados por los servicios prestados, y no tienen exclusividad con Amazon, sino que trabajan, además, para otras compañías del sector; incluso competidores.
Apple
De la misma forma que Amazon, Apple es una compañía que ha hecho uso de la gig economy, ofreciendo empleos a profesionales independientes que desarrollarían y prestarían servicios a la compañía de Cupertino.
Asimismo, Apple contrata a técnicos para realizar reparaciones puntuales de productos a clientes por las que paga. Muy similar a su servicio de atención al cliente, teniendo externalizado parte del mismo mediante el formato de trabajo temporal que ofrece la gig economy.
Uber o Uber eats
Uber es, quizás, el caso de empresa «gig economy» más conocido. La compañía de transporte y delivery trabaja plenamente en el formato que propone la gig economy. Tanto los conductores como los riders se encuentran empleados de forma autónoma e independiente, sin existir un vínculo fijo entre empleado y empleador.
Las plataformas con las que cuenta Uber ofrecen el pedido o el viaje a estos empleados, siendo ellos, en última instancia, los que aceptan el servicio y el precio que ofrece por este la plataforma, al que resta la comisión.
Rappi
Rappi es una compañía multinacional colombiana que actúa como plataforma de intermediación entre varios tipos de usuarios. Como Uber, realiza servicios de envíos a domicilio.
De esta forma, conecta a aquellos usuarios que desean recibir un determinado bien en su domicilio con repartidores freelance que llevan el bien en cuestión. Estos trabajadores cobran por el envío realizado, del que la plataforma extrae una comisión por gestión que recibe como beneficio.