Orden condicionada
Una orden condicionada es una instrucción de compraventa de acciones cuya ejecución depende de condiciones definidas de antemano. Su uso es muy común en los mercados bursátiles.
En este sentido, cuando un inversor quiere ejecutar operaciones tanto de compra como de venta bajo ciertas circunstancias, hay que tener en cuenta que ese inversor no va a estar 24 horas delante del ordenador. Por este motivo, existen órdenes condicionadas que se ejecutan cuando se cumplen las circunstancias marcadas por el inversor.
Veamos un ejemplo. Supongamos que un inversor cuenta con un paquete de acciones de una compañía, que compró a 100 USD cada una. Sin embargo, el precio está cayendo y hoy se venden por 80. Eso significa que, si vendiera sus acciones, tendría pérdidas.
Por ello, y con la esperanza de que el precio pueda remontar, el inversor quiere mantenerlas en cartera. El problema es que si los precios caen demasiado, sería poco probable que eso ocurra, y la prioridad sería limitar las pérdidas.
En este caso, la opción más adecuada sería un tipo de orden condicionada llamada stop loss, establecida, por ejemplo, en 50 USD. De esta manera, las acciones se mantendrían en cartera mientras se mantengan por encima de ese precio. En el momento en que crucen ese umbral de pérdidas, saldrían a la venta.
Haciendo esto, el inversor podría limitar las pérdidas ocasionadas por la caída del precio de sus acciones. Sin embargo, al deshacerse de ellas también perdería la posibilidad de recuperar su capital si los precios vuelven a subir en el futuro.
Tipos de órdenes condicionadas
Con respecto al objetivo de las órdenes, podemos clasificarlas en las siguientes categorías:
- Stop loss: están dirigidas a la limitación de pérdidas. Dependiendo de si la posición inicial era corta (venta) o larga (compra), toman la forma de una orden en sentido contrario. Es decir, que si la posición inicial es larga, un stop loss sería una orden de venta con un precio mínimo. Si teníamos una posición corta, se limitarían las pérdidas con una orden de compra condicionada a un precio máximo. Es importante señalar que, en algunas entidades bancarias, se permite dar órdenes stop loss no solamente en precios nominales, sino en porcentajes sobre el precio de referencia. En nuestro ejemplo, se podría poner un límite de 50 USD por acción o del 50 % sobre los 100 USD iniciales.
- Take profit: buscan limitar los beneficios obtenidos. Es inversa a la orden stop loss, aunque funciona de forma similar. La diferencia es que aquí, si la posición inicial es larga, el inversor marca un precio máximo, para vender el activo en cuanto se alcance ese nivel. Si se parte de posiciones cortas, se marcaría un precio mínimo en el que se activaría la orden de compra. Al igual que las órdenes stop loss, las take profit también pueden formularse en términos nominales o porcentuales.
- Fecha de activación: las órdenes se activan en un momento determinado previamente por el inversor.
- Limitadas: órdenes condicionadas con vigencia solo durante un periodo de tiempo. Por ejemplo, 90 días.
- Múltiples: órdenes condicionales que interactúan con otras
¿Cómo se activan una orden condicionada?
De acuerdo a la interacción de estas órdenes entre sí, tenemos los siguientes tipos:
- Contingentes: órdenes simples, sin vinculación con otras.
- Multicontingentes: sus condiciones son múltiples. Por ejemplo, vender si el precio de las acciones de la empresa A llega a 50 USD y además las acciones de la empresa B bajan hasta 20 USD.
- OTO (One-triggers-the-other): una orden condicionada que activa otra. Siguiendo el ejemplo anterior, si el precio de A baja hasta 50 USD, se venden las acciones. Al hacerlo, se activa automáticamente una segunda orden para comprar acciones de la empresa B, siempre que su precio no haya superado los 20 USD.
- OCO (One-cancels-the-other): una orden condicionada que cancela otra. Imaginemos que nuestro inversor piensa comprar acciones de la empresa B, pero solo si su precio no es superior a 20 USD y no ha perdido más del 50 % de su capital con lo invertido en A. Por ello, emite dos órdenes condicionadas. La primera es una orden de compra condicional sobre la empresa B. Dicha orden consiste en que, si el precio de B baja a 20 USD, se comprarán 100 acciones de esa empresa. La segunda orden es un stop loss sobre las acciones de A: si su precio baja de 50 USD, se pondrán a la venta. La particularidad es que, si la segunda orden se ejecuta, se anula la primera.
- OTOCO (One-triggers-a-one-cancels-the-other): es similar a la anterior, pero aquí la orden que cancela otra, a su vez es activada por una tercera orden. En este caso, para que tenga vigencia la orden sobre A que acabamos de comentar, debería ejecutarse, por ejemplo, un stop loss sobre acciones de la empresa C.
¿Por qué se utiliza una orden condicionada?
La principal ventaja de estas órdenes es que liberan al inversor de la obligación de estar siguiendo permanentemente la evolución de su cartera. Esto evita, por ejemplo, que perdamos dinero solamente por no haber podido reaccionar a tiempo ante un cambio inesperado en los precios.
El segundo beneficio es que permite planificar nuestras decisiones de forma más meditada, incluso con tiempo para revisarlas con un asesor financiero. Por el contrario, el hecho de tener que tomar decisiones en el momento, a veces da lugar a acciones equivocadas.
Por último, la posibilidad de establecer órdenes que interactúan entre sí nos permite diseñar estrategias de inversión con complejidad a nivel táctico. En otras palabras, podemos trabajar con diferentes escenarios y prever un curso de acción concreto para cada uno, en el marco de nuestra posición estratégica.