Paradoja del valor
La paradoja del valor, también conocida como la paradoja del diamante y el agua, trata de explicar la razón por la que a pesar de ser enormemente más útil y necesaria que los diamantes, el agua tiene un precio más reducido en el mercado.
La paradoja del valor guarda relación con la ley de utilidad marginal decreciente. Generalmente un diamante a pesar de ser muy valioso, pierde valor a medida que se incrementa su existencia. Además, en ciertos momentos o para determinadas personas puede resultar menos valioso, tal y como señala la teoría del valor subjetivo.
Imagina que estás en el desierto y tras dos días sin beber agua estás totalmente perdido, pero tienes una bolsa de diamantes. En ese momento encuentras una persona con dos botellas de agua que está buscando diamantes. Es probable que a pesar de que el diamante es mucho más valioso le dieras un diamante o los que hicieran falta a cambio de una botella de agua.
Origen de la paradoja del valor
El origen de la paradoja de valor se remonta varios siglos atrás. Así, aunque Adam Smith la popularizó con su explicación en la Riqueza de las Naciones (1776), la realidad es que ya había sido tratada por otros intelectuales. Entre ellos, destacan John Locke y Nicolás Copérnico.
Tras Adam Smith, la paradoja del valor ha seguido siendo un asunto de amplio debate. Tanto es así, que existen explicaciones que refutan el enfoque de Smith. Uno de dichos enfoques fue establecido por Carl Menger ya en el siglo XIX. Al mismo tiempo, otros economistas de la escuela austriaca como William Stanley Jevons o León Walras desarrollaron sus propios enfoques.
Las diferentes explicaciones a la paradoja del valor
Como comentábamos, la paradoja del valor se ha debatido durante siglos. Por lo que a lo largo de la historia se han dado diferentes explicaciones. A continuación exponemos las más destacadas.
La paradoja del valor según Adam Smith
Adam Smith, en su famoso libro, la riqueza de las Naciones, escribió lo siguiente:
La palabra valor, debe observarse, tiene dos significados diferentes, y algunas veces expresa la utilidad de algún objeto particular, y algunas veces el poder de comprar otros bienes que la posesión de ese objeto transmite. Uno puede llamarse «valor de uso»; el otro, «valor de cambio.» Las cosas que tienen el mayor valor de uso tienen con frecuencia poco o ningún valor de cambio; por el contrario, las que tienen el mayor valor de cambio tienen frecuentemente poco o ningún valor de uso. Nada es más útil que el agua: pero apenas se compra nada, apenas se puede tener nada a cambio. Un diamante, por el contrario, apenas tiene valor de uso, pero con frecuencia se puede obtener una gran cantidad de otros bienes a cambio de él.
Adam Smith
La paradoja del valor según Karl Marx
Aunque Karl Marx no resolvió esta paradoja de manera concreta, los estudiosos de su teoría responden de la siguiente manera.
Según la teoría del valor de Marx un producto tiene más valor cuanto más tiempo se necesite para producirlo. Claro que uno podría pensar que si alguien va más lento, necesariamente su producto tendrá más valor. Esta concepción de la teoría marxista es errónea, pues Marx se refiere no al tiempo de creación del producto, sino al tiempo socialmente necesario que el promedio de la sociedad necesita para crearlo en condiciones homógeneas.
Bajo este precepto, los marxistas argumentan que si alguien es capaz de cambiar los diamantes por agua en el desierto, esto se debe a que en ese momento, el tiempo necesario para conseguir agua es muy grande. Luego, el agua pasa a tener más valor en el desierto que los diamantes.
Aunque lo anterior no es consistente, ya que probablemente los diamantes son como mínimo más difíciles de conseguir en esa misma situación, la teoría marxista responde a la paradoja del valor con otras cuestiones que tratan de contradecir la teoría de la utilidad marginal que veremos a continuación.
La paradoja del valor según Menger, Walras y Jevons
A grandes rasgos, para Menger, Walras y Jevons las personas no tienen que realizar, en condiciones normales, una decisión de todo o nada. Es decir, o toda el agua del mundo o todos los diamantes del mundo.
Según los tres economistas citados anteriormente, el agua tiene más valor ya que es esencial para nuestra vida. Sin embargo, dado que, según sostienen, el valor es subjetivo, dependerá de las circunstancias que le demos más o menos valor.
Para apoyar esta explicación, se valieron de la teoría de la utilidad marginal.
La paradoja del valor en el siglo XXI
Aunque la teoría más aceptada se basa en las diferentes preferencias de un consumidor cualquiera, así como de la ley de escasez, siguen coexistiendo diferentes explicaciones al dilema de los diamantes y el agua.
Así, dependiendo de a qué escuela de pensamiento económico pertenezca el economista o la persona a la que consultemos, recibiremos una u otra explicación.
Al mismo tiempo, cabe destacar, la economía es una ciencia en continua evolución y, por tanto, siempre está abierta a recibir nuevas formas de abordar un problema de este calibre.