Revolución de febrero de 1917
La revolución de febrero de 1917 fue un levantamiento del pueblo ruso contra el zar Nicolás II. Para ello, se intentó establecer una democracia liberal. Sin embargo, la revolución de octubre de 1917, con Lenin al frente de los bolcheviques, frustró esta posibilidad.
Fueron diversas las causas políticas sociales y económicas que condujeron a los rusos a emprender una revolución contra el zar Nicolás II en 1917. Pese a que a comienzos del siglo XX Rusia era una de las grandes potencias europeas, su sociedad se hallaba anclada en un sistema prácticamente feudal y con una economía fundamentalmente agrícola.
Mientras tanto, el zar concentraba todo el poder político y la nobleza era una clase social muy opulenta, pues concentraba la mayor parte de la riqueza. Por el contrario, el pueblo desempeñaba extensas jornadas laborales y los trabajadores apenas tenían derechos.
Causas de la Revolución febrero de 1917
Esta situación de tensión social y política fue en aumento con la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial. La entrada de los rusos en el conflicto bélico dio lugar a una economía caótica, marcada por el racionamiento, el hambre y la pobreza en amplias capas de la sociedad. Y es que, la recluta de campesinos para combatir en el frente dejó al sector agrícola sin mano de obra para trabajar la tierra. Todo ello provocó un desabastecimiento que resultó devastador para la población.
Por su parte, el zar Nicolás II se oponía a cualquier tipo de reforma, por lo que la toma de decisiones se concentraba en manos del propio zar, de la emperatriz y de su consejero Rasputín.
En este contexto, la Primera Guerra Mundial agravó la situación, aumentando la impopularidad del zar y el descontento entre el pueblo. Aquejados por el hambre y con el ejército ruso sufriendo duras derrotas en el campo de batalla, la burguesía liberal reclamaba el establecimiento de un sistema parlamentario, mientras que los campesinos pedían pan, paz y tierra. Sin embargo, la monarquía rusa permanecía anclada en el inmovilismo.
El gobierno provisional de 1917
Llegado el 23 de febrero de 1917, en la ciudad de San Petersburgo, el pueblo salió a las calles demandando entre otras cosas alimentos y la salida de Rusia de la guerra. El descontento iría creciendo y a las protestas se sumaron los movimientos obreros con una huelga general el 25 de febrero. Tal era la desazón con el zar Nicolás II que el 26 de febrero, comenzaron los primeros motines en el ejército.
Con el pueblo ruso y el ejército levantándose contra el zar, Nicolás II no tuvo más alternativa que abdicar. Así pues, un gobierno provisional encabezado por Gueorgui Lvov, terminó tomando las riendas del país. Entre las figuras más destacables de este país cabe destacar la presencia de Aleksándr Kérenski, quien ocupó el cargo de ministro de Guerra. De este modo, quedaba formado un ejecutivo caracterizado por la moderación, en el que se incluían liberales y socialistas (mencheviques). Y es que, el gobierno provisional intentaba hacer de Rusia un estado democrático y de corte liberal, similar a las principales democracias occidentales.
Pero, frente al gobierno provisional se encontraba el sector más radical del movimiento obrero. Los sóviets iban más allá de los postulados moderados de los mencheviques y estaban liderados por Lenin. Así, el líder de los bolcheviques proponía la retirada de Rusia de la Primera Guerra Mundial, la dictadura del proletariado y el reparto de tierras.
La revolución de octubre de 1917 y la caída del gobierno provisional
Las ideas de Lenin eran inadmisibles para el gobierno provisional, que seguía embarcado en una Primera Guerra Mundial que estaba resultando catastrófica para Rusia. Mientras tanto, Lenin acumulaba popularidad entre el pueblo ruso y el 3 de julio de 1917, tras una fallida insurrección en Petrogrado, el líder de los bolcheviques optó por exiliarse.
Sin embargo, con la llegada de octubre de 1917, estalló la revolución bolchevique y los comunistas se hicieron con el control del país, derrocando al gobierno que presidía Kérenski. El fin del gobierno provisional terminaría dando paso a un nuevo ejecutivo dirigido por Lenin y con Trotsky y Stalin como ministros. Con los bolcheviques en el poder, Rusia terminó saliendo de la Primera Guerra Mundial, al tiempo que se confiscaban tierras sin compensación a la nobleza y se procedía a su reparto.