La economía europea parece mostrar ciertos signos de desfallecimiento y todos temen caer en una recesión. Sin embargo, Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), tras valorar los riesgos, cree que la posibilidad de volver a caer en una recesión es bastante baja. A pesar de todo, continúan preocupando la caída en las cifras de crecimiento y el desplome del comercio global. ¿Tendrá razón Draghi o realmente hay una verdadera amenaza de recesión?
Las consecuencias de una recesión son temidas por todos, más aún después de los devastadores efectos de la última gran crisis económica. La economía mundial comienza a mostrar síntomas de debilitamiento del crecimiento y el auge del proteccionismo ha provocado una importante caída del comercio internacional. A pesar de todo, Mario Draghi, insiste en considerar la recesión como un escenario poco probable.
Anticipar una recesión no es fácil y nuestro compañero José Francisco López ya lo advertía en su artículo “¿Se pueden predecir las crisis y recesiones?”. Hacer pronósticos no es una tarea sencilla, pues la economía es una ciencia social y no tiene como resultado verdades irrefutables. Más aún, muchas de las previsiones se basan en cálculos estadísticos que no siempre se cumplen. Tampoco hay que olvidar la influencia del factor humano en la economía, que puede echar por la borda toda clase de previsiones económicas. Incluso los organismos más reputados se equivocan en sus predicciones, de ahí que se deban valorar en su justa medida los pronósticos de Mario Draghi.
Un entorno económico de desaceleración
Como anteriormente exponíamos, uno de los elementos que parecen causar preocupación es la caída de los datos de crecimiento económico. En su artículo “La expansión económica se debilita, los crecimientos se moderan”, Francisco Coll ilustraba cómo el ciclo expansivo se debilita, pues Estados Unidos pasará de crecer del 3,5% registrado en 2018 al 2,5% en 2019 y al 2% en 2020. Otra gran potencia económica como China, cuyas cifras de crecimiento eran astronómicas, verá el incremento de su PIB en cifras inferiores al 6% en 2019, cayendo por debajo de los datos de 2018. La economía europea tampoco se librará de esta tendencia, pues avanzará a cifras inferiores al 1,5%. No hay que olvidar que, recientemente, Alemania, la gran potencia económica europea, ha esquivado la recesión técnica por muy poco.
Así pues, hay quienes consideran que la caída del ciclo de expansión económica puede ser la antesala de una recesión. No obstante, en Europa, hay datos en la demanda interna que parecen alejar el fantasma de la recesión. Las favorables condiciones para obtener financiación, el incremento de los salarios o una tasa de paro en la zona euro del 7,8% (la más baja desde 2008) son las causas que mantienen el tirón de la demanda interna.
Atentos a la política monetaria del BCE
Ante el actual panorama, con una moderación en las cifras de crecimiento, Mario Draghi apuesta por continuar con la actual política monetaria del BCE, esperando hasta la primavera de 2020 para subir los tipos de interés. Esto se debe a que la subida de los tipos de interés en un escenario de desaceleración, podría hacerla aún más pronunciada.
Otra medida destinada a mantener el flujo de la actividad económica es la decisión del BCE de proporcionar liquidez a las entidades bancarias que concedan crédito a empresas y particulares. Estas inyecciones de liquidez se mantendrán hasta marzo de 2021.
Contracción del comercio global
Un segundo factor que ha tenido un efecto importante en la desaceleración económica ha sido la caída del comercio internacional. Ya en Economipedia explicábamos las causas de la caída del comercio en su artículo “El comercio global crece a su peor ritmo desde la gran crisis”. El auge del proteccionismo y las guerras comerciales mantenidas entre Estados Unidos y China, han terminado por lastrar los intercambios comerciales, sin olvidar acontecimientos como el Brexit que, obviamente, tendrá efectos negativos sobre el comercio en la Unión Europea.
Las consecuencias del Brexit
Pese a los impactos perjudiciales de Brexit, Draghi argumenta que los bancos centrales y las instituciones europeas ya están preparados para el adiós del Reino Unido. Según Draghi, quienes deben prepararse para el Brexit son las empresas privadas. Es evidente que el efecto del Brexit será más profundo cuanto mayor sea el grado de relaciones comerciales de un país de la Unión Europea con Gran Bretaña.
Las consecuencias del Brexit pueden ser especialmente duros no solo para Gran Bretaña, sino para la Unión Europea. Esto supondría la pérdida del importante mercado británico, afectando especialmente a países como Alemania. Cabe señalar que Reino Unido es uno de los principales socios comerciales de Alemania, lo que tendría importantes consecuencias sobre la economía alemana, que ya cayó un 0,2% en el tercer trimestre del año pasado y se estancó en el último trimestre de 2018.
No obstante, el análisis de Mario Draghi es muy distinto, pues defiende que, pese al frenazo del comercio internacional, los impactos sobre el consumo privado y la inversión aún no son preocupantes.
En conclusión, Draghi y el BCE ven riesgos que se plasman en una caída en las cifras de crecimiento económico, pero aún es pronto para lanzar la alerta sobre una amenaza de recesión. La pregunta es si la demanda interna será suficiente para contener la caída del comercio internacional y la desaceleración.
Jose Luis Rodríguez Lorenzo dice
"Las favorables condiciones para obtener financiación, la disminución costes energéticos, el incremento de los salarios o una tasa de paro en la zona euro del 7,8% (la más baja desde 2008) son las causas que mantienen el tirón de la demanda interna."
Lo siento peor estos datos, que son de una realidad paralela, no todos los paises de la CEE cumplen "estas condiciones favorables", y recordemos que esa tasa de paro era la misma en Europa en el 2008, antesala de la crisis, así algunos países se mantuvieron en esos números, pero otros países (como España) se disparó.
En cuanto a los salarios también se encuentran en la misma situación, a parte de que los salarios de España son los más bajos de la CEE, sin contar los países del este.
Y en cuanto al precio de la energía lleva subiendo al menos desde del 2016, y recordemos que el precio de los combustibles en el 2014, estaban un 20% más o menos por debajo del precio actual.
Y si nos fijamos en España, la demanda interna está cayendo desde 2016.
Esto huele a crisis, y se va a notar mucho más en países como España, Italia…; yo no veo mejora en la economía española, somos un país con un alto coste salarial, salarios muy bajos para la gran mayoría de trabajadores, tenemos que sostener una administración enorme (no productiva), y las medidas desde el gobierno lo empeoran, y recordemos que seguimos con una deuda, aproximadamente igual a nuestro PIB, y los países que sufrieron en mayor medida la crisis, incluida España, están en peores números que cuando empezó la crisis de 2008.