Contrato bancario
El contrato bancario es un documento donde se especifican los detalles de una operación o relación establecida entre una entidad financiera y alguno de sus clientes. Este puede ser una persona natural o jurídica.
En dichos contratos, quedan registrados los derechos y obligaciones de las partes. En ese sentido, se fijan plazos para los pagos, tipo de interés, comisiones aplicables, entre otras condiciones de la transacción.
Características principales del contrato bancario
Las características principales del contrato bancario son las siguientes:
- Es un documento que tiene fuerza de ley entre los contratantes.
- Son acuerdos que rigen todas las operaciones del banco dentro de sus actividad de intermediación financiera. Es decir, se utilizan al extender créditos o recibir depósitos. Sin embargo, no es un contrato bancario, por ejemplo, aquel que firma la entidad financiera con la empresa que le brinda servicios de limpieza.
- No son documentos exclusivos de los bancos, sino que también los emiten las instituciones del sistema microfinanciero como las cajas de ahorro y las cooperativas de crédito.
- Son contratos de adhesión, es decir, se distinguen por seguir formatos preestablecidos por el banco. Así, el usuario cuenta con poco margen de negociación y normalmente debe aceptar las condiciones impuestas por su contraparte.
- En vista de la posición de ventaja de la entidad financiera, las autoridades desarrollan normas de protección al consumidor y de transparencia. Así, se obliga a que los contratos bancarios cumplan ciertos estándares.
- Son acuerdos de naturaleza onerosa y mercantil porque nacen de una relación comercial, vinculada en este caso a la prestación de un servicio financiero.
- Son documentos bilaterales, entre la entidad financiera y su cliente.
- El contrato puede establecer un vínculo temporal, como en el caso de un préstamo. Sin embargo, existen acuerdos de duración indeterminada, como la apertura de una cuenta de ahorro.
Tipos de contratos bancarios
Los tipos de contratos bancarios pueden ser los siguientes:
- De operaciones activas: Son documentos que regulan las transacciones donde el banco es acreedor. Nos referimos, por ejemplo, a un préstamo al consumo, una hipoteca, un crédito corporativo, entre otros.
- De operaciones pasivas: Son contratos mediante los cuales la institución capta recursos. Deben ser firmados, por ejemplo, por quienes abren una cuenta de ahorro o un depósito a plazo fijo. En este caso, el banco asume el rol de prestatario ante el cliente.
- De transacciones neutras: Cuando el banco no obtiene ni brinda financiamiento a su contraparte. Esto sucede, por ejemplo, en la custodia de valores. Por medio de dicho servicio, el banco notifica al inversor sobre las decisiones de su bróker. Así, el usuario conocerá dónde se colocó su dinero en el mercado bursátil. Igualmente, se garantiza el cobro de dividendos, sumando ese ingreso en la cuenta bancaria del contratante.