Mercado abierto
Un mercado abierto es aquel en el que no existen barreras de entrada de carácter legal ni trabas para el funcionamiento del libre mercado.
El mercado abierto se caracteriza por la ausencia de aranceles, subsidios, licencias y demás regulaciones o actividades que interfieren con el funcionamiento natural del libre mercado. Su principal característica es que cualquiera puede participar en él, ya que no existen barreras de entrada de carácter regulatorio. Aun así pueden existir ciertas barreras de entrada, siempre que sean derivadas de la competencia.
Los precios en un mercado abierto estarán fijados por la ley de oferta y demanda. La interferencia del gobierno, por lo tanto, será muy limitada o inexistente. Un ejemplo podría ser la bolsa de Estados Unidos. Ya que prácticamente cualquiera puede acceder a ella, y los precios ofrecidos a todos los participantes son iguales y están determinados por la oferta y la demanda.
La característica que distingue el mercado abierto del mercado libre es la libre entrada de competidores o ausencia de barreras regulatorias de entrada.
Ventajas y desventajas del mercado abierto
El mercado abierto tiene las ventajas de un mercado libre. Es decir, asigna recursos de la manera más eficiente posible si no existen fallos de mercado. Además, la libre entrada de competidores implica que las empresas no pueden abusar de su posición de monopolio, ya que en caso de obtener beneficios extraordinarios entrarían nuevos competidores que, a través de la competencia, reducirían los precios y estabilizarían dichos beneficios.
Por otro lado, su principal desventaja es que puede generar grandes desigualdades en la distribución de la renta. La falta de barreras de entrada también complica la supervivencia de las empresas, por lo que los empleados de éstas tendrán menos estabilidad laboral. Asimismo, un mercado abierto internacional puede trasladar el empleo de un país a otro, llegándose a producir el llamado dumping social.