Reservas internacionales
Las reservas internacionales son una serie de depósitos, los cuales son controlados por los bancos centrales y las distintas autoridades monetarias. Estos depósitos están compuestos por divisas extranjeras, especialmente euros y dólares.
Las reservas internacionales son depósitos de capital controlados por los bancos centrales y las respectivas autoridades monetarias.
Estos depósitos están compuestos por una serie de divisas extranjeras como el euro y el dólar. El objetivo de estos es la acumulación de una serie de divisas de reserva, con el fin de ser utilizadas por los bancos centrales.
El uso que dan las autoridades a estos depósitos es el apoyo que brindan dichos depósitos a los pasivos que integra el balance de cada banco central.
Las reservas internacionales, por este motivo, también funcionan como un indicador económico. Al estar compuesto por una serie de recursos, la reserva sirve para la medición de la capacidad de un país para hacer frente a sus pasivos en moneda extranjera.
También como indicador económico para el comercio. Ya que, las reservas indican la disponibilidad que tiene un país en materia de recursos para realizar compras en el extranjero. Por esta razón se escoge el dólar y el euro, ya que poseen un mayor valor en el mercado.
¿Cómo se financian las reservas internacionales?
Las reservas que integran dichos depósitos es el resultado que queda tras afrontar el territorio sus obligaciones.
Es decir, el capital que queda tras el pago de las deudas e intereses que posee el país fuera del territorio, así como el pago de las importaciones y las remesas que debe pagar el país a inversores extranjeros. En este sentido, cualquier salida de capital al extranjero.
También, tras la entrada del capital y los derechos adquiridos por el territorio. Es decir, el beneficio generado por las exportaciones, el cobro de servicios prestados y los intereses de préstamos y remesas del exterior. En resumen, todo el capital, todos los derechos de cobro, que entran al país.
En este sentido, la diferencia entre los derechos y las obligaciones que mencionábamos anteriormente, quedan depositados en las reservas internacionales, componiendo así el activo que integran dichos depósitos.
¿Para qué sirven las reservas internacionales?
De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), estas reservas son los recursos monetarios externos de los que puede disponer de forma inmediata un banco central. Estos quedan bajo la responsabilidad de dicha autoridad monetaria.
En este sentido, el objetivo de contar con estas reservas varía mucho dependiendo de los intereses de cada país. No obstante, el objetivo es contribuir a que el país presente una estabilidad en materia de poder adquisitivo. Así, las reservas internacionales se encargan de compensar la balanza de pagos, con la diferencia entre ingresos y salidas de capital al exterior.
De esta forma, las reservas internacionales también sirven como compensador de desequilibrios macroeconómicos y financieros, independientemente de si son de origen interno o externo.
¿Por qué son importantes las reservas internacionales?
Como fuente de recursos, las reservas internacionales gozan de gran importancia para los respectivos bancos centrales. En esta línea, cuantos más recursos posea el país, mayor será su capacidad para adoptar unas determinadas políticas u otras. Así, las reservas permiten la estabilización económica y financiera del país. Esto se produce por el hecho de que estos recursos respaldan la confianza en la divisa nacional, garantizando un respaldo monetario.
También, las reservas internacionales se encargan de garantizar las importaciones, lo que dota al país de una mayor capacidad para comprar en los mercados internacionales. Por otro lado, se encargan de prevenir los desequilibrios externos, haciendo como contrapeso de las salidas de capital en el país. A la vez que, por otro lado, respalda la confianza de la deuda exterior frente a los inversores.
Historia de las reservas internacionales
Con el patrón oro las reservas internacionales eran el sistema mediante el que se acumulaba el oro para el respaldo de la moneda. Con la desaparición de este, tras las reuniones de Bretton Woods, el dólar pasó a ser el nuevo activo convertible, estando este sujeto a un cambio dólar/oro que permitía la convertibilidad.
Esto provocó que muchos países pudieran cambiar oro a dólares, permitiendo una acumulación que, a priori en oro, pasó a basarse en dólares. Una acumulación que nace tras esa capacidad de conversión, la cual dotaba al dólar de un respaldo que, anteriormente, solo tenía el oro.
En este sentido, con el paso del tiempo y tras la devaluación de la divisa norteamericana tras la guerra de Vietnam, el dólar dejó de ser convertible. Sin embargo, pese a perder credibilidad, el dólar siempre ha sido una moneda estable. Esto permitió el uso de esta, como moneda fiduciaria, hasta la crisis de 2008. Tras la crisis, el refuerzo del euro y la estabilidad del oro han provocado un desplazamiento en el dólar como divisa de reserva.