¿Sabías que las decisiones que toman los bancos centrales afectan directamente a tu bolsillo? Con esta guía vas a poder anticiparte a los movimientos de los mercados y tomar mejores decisiones a la hora de invertir o ahorrar. ¡Vamos a ello!
Aunque a veces parezca lo contrario, los tipos de interés están presentes en prácticamente todos los aspectos de tu vida diaria. Es cierto que pueden pasar desapercibidos porque no son tangibles, pero su impacto y las sacudidas que pueden provocar en tu bolsillo, en los mercados y en la economía, son considerables.
Sus movimientos pueden provocar tsunamis financieros de proporciones épicas. Y es por ello, que millones de analistas siguen muy de cerca las decisiones de los bancos centrales, decisiones que suelen abrir las portadas de todos los periódicos con titulares como estos:
Pero, ¿de qué estamos hablando realmente? ¿Cómo pueden afectar directamente a tu bolsillo? Vamos a la acción.
Primero, lo primero. ¿Qué son los tipos de interés?
Cuando pides un préstamo para abrir un negocio o comprarte un coche, por suerte o por desgracia, viene unido a unos intereses que hay que pagar. Es decir, debes devolver el capital inicial que te prestaron más un extra, como los toppings de los crepes.
El hecho es que pedir dinero suele tener un coste y el coste asociado dependerá de su tasa de interés. Por ello se dice que el tipo de interés es el precio del dinero.
Están bautizados como tipos de interés o tasas de interés indistintamente y se miden en porcentaje. En pocas palabras, representan el porcentaje adicional que se cobra o se paga por el uso de dinero prestado o depositado (y como culturilla general, las primera transacciones se remontan a la antigua Mesopotamia, hace más de 4.000 años).
La influencia de los bancos centrales en la definición de los tipos de interés
Los bancos centrales son los auténticos directores de la sinfonía económica, marcando el ritmo del mundo financiero. Esto es posible ya que poseen el monopolio de la producción y distribución del dinero oficial en una nación o bloque de países.
Son entidades que tienen la máquina de crear dinero y deciden, en función de la temperatura económica, controlar cuánto dinero debe haber en circulación. Se podría decir que controlan la llave del grifo del dinero. Y esa llave son los tipos de interés principalmente.
Si se abre mucho la llave, se emite dinero en exceso, los precios aumentan y se genera inflación. Si en cambio cierran la llave, con la sequía, retiran el dinero del mercado para que se reduzca la presión inflacionista.
La forma más fácil de comprender por qué al haber mucho dinero en circulación suben los precios, es viendo el dinero como si de cualquier otro producto se tratase, piensa por ejemplo en pimientos (de esos verdes alargados).
Si de repente hay muchos pimientos en el mercado, frente al exceso de oferta, el precio del pimiento disminuye para poder venderlos con mayor facilidad. En cambio, cuando hay pocos pimientos, el precio aumenta por la misma ley de la oferta y la demanda. Pues al dinero le sucede exactamente lo mismo.
Las políticas monetarias de los bancos centrales
Los bancos centrales desatan toda su artillería pesada en pos de la estabilidad económica, aplicando lo que se conoce como políticas monetarias.
De forma un tanto simplificada, diríamos que consiste en decidir qué hacer con los tipos de interés: “¿los subimos?” o “¿los bajamos?”. Si se suben los tipos, se dice que aplican políticas monetarias restrictivas, y si bajan, se trataría de sus opuestas, políticas monetarias expansivas. Así de simple.
Una política monteria expansiva o restrictiva influye en tu vida más de lo que imaginas. Si te gustaría saber cómo te afecta, te dejo por aquí un contenido que te ayudará: Curso de política monetaria y fiscal.
Cuando la economía se desestabiliza y hay que actuar, los cambios en los tipos de interés suelen variar entre un 0.25% o un 0.5% (25 o 50 puntos básicos respectivamente). Porcentajes mayores, suelen reservarse para ataques excepcionales.
Primero, veamos qué ocurre si el movimiento es al alza, es decir, los bancos centrales aplican políticas monetarias restrictivas y suben los tipos.
Los tipos de interés y la inflación suelen tener una relación inversa. Es como el eterno enfrentamiento de luz y oscuridad, donde uno emerge mientras el otro se desvanece.
Si la inflación sube por encima de los niveles normales, es decir, por encima del 2 % o 3 %, se suelen subir los tipos de interés para mantenerla bajo control. Y viceversa, si la economía languidece y parece que puede haber una posible deflación, se bajan los tipos de interés para que los precios vuelvan a subir.
Pero, ¿por qué subir los tipos de interés controla la inflación habiendo menos dinero en circulación?
El primer motivo podría ser el bancario. Si suben los tipos, a los bancos les resulta más caro pedir dinero prestado. Esto se traduce en una oferta de financiación más cara para las familias y empresas. Es decir, si éstos van a un banco a pedir un préstamo, del tipo que sea, el banco les exigirá unos intereses mayores.
Cuando esto sucede, y en secuencia lógica, tanto las familias como las empresas se endeudarán menos, ya que pedirán menos préstamos al ser más caros.
Al endeudarse menos, habrá menos dinero en circulación, puesto que se usará menos dinero para constituir o ampliar negocios, comprar viviendas, o irse de viaje. Si se gasta menos, las empresas tendrán que reducir los precios de sus productos o servicios para intentar mantener el nivel de ventas. Por lo tanto, la inflación se reduce.
Uno de los golpes más desoladores se produce cuando los particulares que están en la línea de fuego, son alcanzados por los nuevos proyectiles de los tipos hipotecarios, dado que las cuotas a pagar de las familias se incrementan.
Cuando esto sucede, el capital que tienen disponible para gastar será menor por lo que se consumirá menos y los precios tenderán a caer.
En la siguiente gráfica puedes ver como en la Zona Euro, a finales de los años 90, la inflación fue subiendo del 1 % aproximadamente hasta un 3% (línea azul).
La respuesta fue subir los tipos de interés para controlar la escalada (línea negra). Cuando se fueron estabilizando los precios, los tipos también se redujeron.
A partir del 2008, debido a la crisis financiera subprime, el consumo se redujo enormemente, provocando una caída en la inflación. Para poder volver a la senda de inflación y reactivar la economía, redujeron los tipos de interés, provocando que después volviese a repuntar la inflación.
Pero, ampliando el espectro… ¿Qué le pasa a la renta fija, la renta variable, al desempleo, o a las divisas en este escenario?
Cómo afectan los tipos de interés a los mercados
Consecuencia de todo lo explicado, si debido a una subida de tipos hay menos dinero en circulación y la gente gasta menos, ¿qué crees que le pasará a las empresas? Pues efectivamente, que venderán menos.
Las expectativas y las ganancias reales de las compañías se verán afectadas. Ello provoca que tarde o temprano haya recortes en sus plantillas.
A su vez, estas personas verán reducidos sus ingresos, por lo que, en una nueva vuelta de tuerca, consumirán todavía menos, comenzando una reacción en cadena hasta que se estabilizan los precios.
Como daño colateral, afectará a la renta variable y la renta fija.
De hecho, se dice que los tipos de interés son como la ley de la gravedad para los mercados financieros, y aquí se juntan varios factores.
El primero tiene que ver con la disminución del dinero en circulación. Ten en cuenta que el precio de las acciones se basa en la oferta y la demanda.
Por lo tanto, si los tipos son bajos y hay mucho dinero circulando en la economía, tarde o temprano las familias y las empresas generan un excedente de dinero que suele acabar invirtiéndose, al menos parcialmente, en el mercado de renta variable. De esta forma, cuando los tipos de interés bajan las acciones suelen subir. Y por el contrario, cuando los tipos suben, las acciones tienden a bajar.
¿Y qué pasa con la renta fija?
En el caso de los bonos el efecto es mucho más directo porque además de tener un precio, se miden también por su rentabilidad. Si los tipos de interés bajan, la rentabilidad real que genera un bono, bajará, lo que hace que el precio del bono en circulación suba. Y por el contrario, cuando suben los tipos, la rentabilidad del bono es más alta y los precios de los bonos en circulación caen.
Esto tiene también su efecto en la renta variable porque empiezan las “infidelidades».
Si la rentabilidad que genera el bono es alta o comienza a subir, muchos inversores empezarán a verlos muy atractivos, especialmente los que buscan rentas periódicas y tienen perfiles más conservadores.
Dado que la renta fija, por norma, es más segura que la renta variable, ofrece menos rentabilidad. Pero si la rentabilidad de los bonos empieza a aumentar, se vuelven más atractivos.
En cambio, si los tipos de interés bajan y la rentabilidad de los bonos cae, sucede el efecto contrario: habrá más gente que invierta en renta variable para intentar conseguir ese extra de rentabilidad que la renta fija no ofrece.
En este gráfico, puedes ver un ejemplo con el rendimiento del bono a 10 años de Estados Unidos (línea azul) y el comportamiento del S&P 500.
Desde octubre de 2018 hasta agosto de 2019, el rendimiento del bono cayó bastante y a trompicones. Mientras tanto, la renta variable fue subiendo, aunque el rendimiento del bono tuvo un repunte a principios de 2020 hasta casi el 2 %, y el S&P 500 bajó hasta los 2.500 puntos.
Lo mismo sucede a partir de principios de 2022, donde el rendimiento del bono sube como un cohete, y la renta variable se ve muy afectada, llegando a caer 1.000 puntos aproximadamente en pocos meses.
Pero a la fiesta, no sólo se invitó a las nuevas emisiones de bonos, sino que las variaciones de los tipos también afectan a los que ya estaban en circulación. Es decir, si tienes un fondo de inversión o un ETF que invierte en renta fija, y varían los tipos de interés, tus inversiones se van a ver claramente afectadas.
Esto se explica porque la renta fija sólo es fija si se compra en el momento de su emisión y se mantiene hasta el vencimiento. Pero una vez emitidos, los bonos de renta fija también cotizan y sufren variaciones de precios a diario, igual que sus primas las acciones, pero en esta ocasión, la variación está muy ligada a la de los tipos de interés.
Si se produce una subida de tipos de interés, provocará que el precio de cotización de los bonos que tenga el fondo en cartera caiga, haciendo que el valor liquidativo del fondo también baje, y viceversa, si los tipos de interés bajan, el precio de los bonos del fondo se verá beneficiado, haciendo que aumente su valor liquidativo.
Por todo lo expuesto, tienes que mantener las antenas puestas si hay variaciones de los tipos de interés. Sobre todo si tienes inversiones en renta fija, y cuanto más larga sea la duración, mayor será el impacto. El precio de un bono con vencimiento a 30 años se ve más afectado que el de uno con un vencimiento a 5 años.
Cómo afectan los tipos de interés a las divisas
Imagina que la Reserva Federal de Estados Unidos sube los tipos de interés y quieres comprar bonos del Tesoro de nueva emisión. No se pueden comprar ni en francos suizos, ni en pesos ni en euros, sólo en dólares.
Si lo que tienes son euros, por ejemplo, tendrás que cambiarlos por dólares. Esto implica vender tus euros para comprar dólares, lo que supone a nivel global una mayor demanda de dólares, y al haber más demanda de algo, por ley de oferta y demanda, el precio sube. En este caso subiría el dólar frente al euro.
El daño colateral, en este caso, sacude a las exportaciones. Cuando el dólar aumenta frente al euro, o frente a cualquier otra divisa, los productos de las empresas multinacionales ven cómo encarecen sus precios en el extranjero.
Esto acarrea un impacto sobre la cuenta de resultados de dichas compañías, ya que sus ventas podrían disminuir y como resultado, arrastrar a sus cotizaciones en bolsa.
En consecuencia, la subida de los tipos de interés llevaría a una mayor demanda de la divisa local y a un aumento de su valor. Y una bajada de tipos, implicará que haya una menor demanda y una disminución de su valor.
Conclusión
Así que, a partir de ahora, cuando veas que los tipos de interés varían, recuerda que si suben, lo más probable es que la inflación disminuya junto con las valoraciones de las acciones en bolsa.
En cambio, subirán los rendimientos de los bonos con la consecuente disminución del precio de los bonos que ya estaban en circulación. Junto a esto, subirá la divisa local, provocando una disminución de las exportaciones y un aumento del desempleo.
Por el contrario, si se bajan los tipos pasará todo lo contrario. En teoría los mercados de renta variable suelen subir junto con el precio de los bonos, las exportaciones y la inflación. En cambio, disminuirá el desempleo, la divisa local, y el rendimiento de los bonos.
Una vez hecho el recorrido por todo lo que has visto en esta Guía, vuelve a leer estos titulares en voz alta:
Ahora ya estás preparado para ver las implicaciones que estos titulares tienen en la economía, en tu día a día y en tus inversiones.