Administración del tiempo
La administración el tiempo es la serie de mecanismos con los que cuenta una organización a la hora de delimitar, de manera eficiente, sus procesos. Para ello, tiene en cuenta la duración óptima de las tareas a desarrollar.
Todo tipo de organizaciones cuentan con metodologías empresariales útiles a la hora de gestionar un recurso, como es el tiempo disponible.
La propia tendencia de las empresas a maximizar sus recursos y, por lo tanto, obtener mayores beneficios, conlleva también la reducción de los plazos requeridos para llevar a cabo sus tareas.
En otras palabras, hace necesaria la minimización de los tiempos empleados en sus tareas, reduciendo, de paso, los costes. En ese sentido, un correcto uso del tiempo ayuda a empresas e instituciones a mejorar sus niveles de eficiencia y ser más óptimos en su día a día.
Beneficios de la administración del tiempo
Las organizaciones encuentran una serie de ventajas a destacar cuando implementan modelos de administración temporal y un uso más eficiente de su tiempo de trabajo.
Entre estas ventajas, destacan las siguientes:
- Organización y definición de tareas: Conocer qué profesional hace cada gestión o actividad específica favorece la reducción de plazos.
- Reducción de costes: En ocasiones, plantear períodos de tiempo productivos más cortos y eficientes favorece otras ventajas en términos de ahorro.
- Medición y estandarización de procesos: Las organizaciones plantean mediciones de tiempos medios desarrollados para cada labor. De este modo, son capaces de conocer su nivel óptimo de funcionamiento.
- Fuente de información: Conocer la asignación de temporal para cada puesto determinado sirve como fuente de información, muy útil a la hora de tomar decisiones o desarrollar futuras estrategias.
Estrategias de administración del tiempo en organizaciones
Para reducir plazos y llegar a niveles óptimos, las empresas cuentan con algunas herramientas como las siguientes:
- Especialización del trabajo: Contar con trabajadores cualificados y especializados ayuda a cumplir los objetivos de producción en menor tiempo y generando menores pérdidas de eficiencia.
- Delimitación jerárquica de las tareas: Siguiendo el anterior punto, en una organización deben fijarse claramente los rangos de decisión y aquellos profesionales responsables de responder ante posibles trabas o imprevistos.
- Simultaneidad de procesos productivos: La capacidad para asumir diversos procesos en el mismo periodo de tiempo permite aprovechar mejor los plazos establecidos.
- Elementos motivadores: En muchas ocasiones, la consecución de un determinado proyecto o distintos niveles productivos conlleva la obtención de incentivos salariales u otro tipo de premios.
- Nuevas tendencias tecnológicas. Como sabemos, las corporaciones emplean herramientas de medición de procesos ayudándose de las nuevas tecnologías. De este modo, es posible medir niveles de productividad de manera rápida y útil para el posterior procesamiento de datos.