Diferencias entre deuda y patrimonio neto

No todas las diferencias entre deuda y patrimonio neto son evidentes o fáciles de comprender. Ambas son fuentes de financiamiento para una empresa, pero son de distinta procedencia y sus implicancias también difieren.

En este artículo, entonces, explicaremos cuáles son los puntos clave que nos permiten distinguir entre la deuda y el patrimonio neto.

Pero antes, debemos definir cada concepto. La deuda es una obligación de pago que tiene una persona física o jurídica con un tercero. Es decir, nos estamos refiriendo básicamente a un préstamo o crédito. Por ejemplo, un financiamiento que obtiene una empresa de parte del banco.

Por otro lado, el patrimonio neto corresponde a todos aquellos elementos que constituyen la financiación propia de la empresa. Estos son principalmente los fondos propios de la compañía que se refieren al capital social (aporte de los socios), reservas (provenientes de las ganancias retenidas y otras fuentes), etc. En simple, son los recursos que pertenecen a la misma empresa.

Diferencias entre deuda y patrimonio neto en el origen

Las diferencias entre deuda y patrimonio neto se dan, en primer lugar, en cuanto a su origen o procedencia. La deuda corresponde a terceros, es decir, personas físicas o jurídicas que no forman parte de la compañía. Por ejemplo, un banco o aquellos inversionistas particulares que adquieren un bono emitido por la empresa.

En cambio, el patrimonio neto corresponde a los recursos propios de la empresa. Tal como explicamos previamente, son aportes de los socios o han provenido de las ganancias generadas por la propia actividad económica de la firma.

Diferencias en la forma de retribución

Como debes saber, los préstamos generan intereses y este es el gasto financiero que asume la empresa con su acreedor. Así, la forma en la que se retribuye un financiamiento a través de deuda es devolviéndola, pero no solo el monto recibido inicialmente (el principal de un préstamo), sino que deben sumarse los intereses.

En cambio, cuando el financiamiento es mediante el patrimonio neto, la retribución es con el pago de dividendos. Esto, si la compañía decide no retener las ganancias, sino repartirlas entre los socios.

Diferencias en las implicancias fiscales

Los intereses pagados por las deudas adquiridas son un escudo fiscal para la empresa. Después de deducirlos, disminuye el importe sobre el cual se estima el Impuesto de Sociedades (IS) o Impuesto a la Renta (IR).

En cambio, esto no ocurre en el caso del patrimonio neto, pues los dividendos se reparten luego de pagar el IS. Cabe señalar, sin embargo, que lo que sí puede estar sujeto a impuestos es el ingreso por dividendos. Es decir, si una persona recibe dividendos, pagaría un tributo por esta entrada de dinero. La tasa impositiva dependerá del país. Asimismo, si el socio que recibe los dividendos es otra empresa, las reglas varían porque la idea es que no tribute dos veces el IS o IR. De nuevo, todo está sujeto a cada marco normativo.

Lo que podemos concluir es que la deuda genera gastos financieros que disminuyen la base imponible, reduciendo el tributo a pagar por la empresa, pudiendo mejorar el estado de flujo de efectivo de la compañía. Sin embargo, con el patrimonio neto no sucede lo anterior. Para entenderlo mejor, podemos ver el siguiente ejemplo:

Analicemos el caso de la compañía YZI, que presenta la siguiente cuenta de resultados en su último ejercicio.

Cuenta de resultadosValor en dólares americanos
Ingresos o ventas netas40.500
-Costes de venta30.000
Margen bruto10.500
-Gastos generales, de personal y administrativos7.500
EBITDA3.000
-Gastos de amortización y provisiones1.000
Beneficio antes de intereses e impuestos (BAIT) o EBIT2.000
+ Ingresos extraordinarios200
– Gastos extraordinarios400
Resultado ordinario1.800
+ Ingresos financieros
– Gastos financieros200
Beneficio antes de impuestos (BAT) o EBT1.600
– Impuesto de sociedades (25%)400
BENEFICIO NETO O RESULTADO DEL EJERCICIO1.200

Los gastos financieros son los intereses producidos por una deuda adquirida por la firma para la compra de maquinaria. Ahora, imaginemos que en lugar de solicitar un préstamo, la empresa hubiese recurrido a recursos propios para la obtención del activo fijo.

En ese caso, asumiendo que los otros datos no varían, el BAT sería igual al resultado ordinario y el IS se calcularía sobre US$ 1.800

1.800 x (25%) = US$ 450

El escudo fiscal generado por los intereses sería:

(1.800 – 1.600) x (25%) = US$ 50

Como podemos observar, al pagar los intereses de la deuda, baja el beneficio neto de la firma. En consecuencia, caen también los impuestos que se pagan al fisco.

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Guillermo Westreicher , 24 de abril, 2022
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