Estrategia de inversión
Una estrategia de inversión es un plan de actuación en los mercados financieros para lograr rentabilidad. Se tienen en cuenta factores como el riesgo y la naturaleza de las inversiones.
Es decir, una estrategia de inversión es una serie de acciones que responde a la voluntad de un individuo o de una entidad inversora de obtener un determinado rendimiento.
De este modo, es la rentabilidad esperada la que a menudo suele determinar la forma en que todo tipo de inversores actúa en los mercados bursátiles.
Más allá de la toma de decisiones de inversión anárquicas (sin una plan), el desarrollo de estrategias para inversionistas constituye la modalidad más recomendable para actuar en el ámbito de las finanzas.
En esa línea, existen distintos criterios o reglas de inversión útiles a la hora de poner en marcha una determinada estrategia. Esta exige labores de análisis de los mercados y el trazo de un mapa de actuación.
Adopción de una estrategia de inversión
Tanto individuos como organizaciones plantean sus distintas actuaciones por medio de diferentes tipos de estrategias.
En todo momento estas estrategias deben estar preconcebidas como caminos a la rentabilidad financiera.
En el caso de las empresas, las mismas desarrollan inversiones estratégicas atendiendo a los diferentes objetivos marcados en el mediano y largo plazo.
Así, las compañías desarrollan su línea a seguir de la mano de un plan de negocio coherente.
Criterios para una estrategia de inversión
Toda estrategia de inversión se adaptará a una serie de criterios a tener en cuenta:
- Periodo de aplicación: Es necesario conocer de antemano el tiempo que será dedicado a promover el plan inversionista a acometer.
- Naturaleza de la inversión: El inversor debe conocer en detalle los mercados en los que va a participar y en qué instrumentos financieros va a basar su cartera.
- Nivel de aversión al riesgo. Existen distintos niveles de riesgo en los que incurrir al participar en los mercados financieros. Elementos como la diversificación o la volatilidad son especialmente influyentes.
- Gestión de la cartera. Es posible gestionar una inversión por uno mismo o recurriendo a profesionales especializados. Para ello existen fondos de inversión o gestores externos de elementos de inversión.
Ejemplos de estrategia de inversión
Si bien existen tantos métodos de inversión como inversores, es posible definir algunas prácticas genéricas en el día a día financiero.
- Inversión orientada al mercado: Se trata de una estrategia de inversión que sigue estrechamente los índices bursátiles de mercado y la aparición de oportunidades derivadas de la actualidad. Son inversiones que buscan poca volatilidad.
- La inversión en crecimiento: Esta modalidad persigue la apuesta en objetivos de éxito potencial o futuro. Es por tanto habitualmente una opción de mayor riesgo.
- La inversión en valor: Al contrario que la anterior, esta decisión se dirige a activos con un precio inferior al valor intrínseco. En otras palabras, se intenta adelantar a los movimientos del mercado localizando oportunidades, pues se considera que el valor acabará ascendiendo tarde o temprano.
- Estrategia straddle: Esta estrategia se dirige al mercado de las opciones financieras. Se basa en el aprovechamiento de las ganancias derivadas de la volatilidad que pueda tener un determinado activo. Conlleva, por tanto, un elevado nivel de riesgo.
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