Inspección de trabajo

Una inspección de trabajo es una evaluación de control realizada por la Administración Pública. Esta sirve para localizar incumplimientos legales y administrativos, así como posibles fraudes.

Como mecanismo de control gubernamental, una inspección de trabajo cuenta con la misión de llevar a cabo acciones de control y vigilancia de las prácticas empresariales en ámbitos como el laboral, el fiscal o la protección medioambiental, entre otros.

Las sociedades mercantiles de todo el mundo deben adaptarse a sus marcos legales y normativos, por lo que las distintas Administraciones Públicas cuentan con esta herramienta para asegurar dicho punto.

Objetivos de una inspección de trabajo

En el día a día económico, cualquier trabajador autónomo y cualquier empresa es susceptible de recibir una notificación para la realización de una inspección de trabajo.

En ocasiones, una inspección puede ser realizada sin previo aviso atendiendo a las distintas regulaciones de cada territorio en dicha materia.

En muchos casos, estos actos cumplen con una función administrativa con carácter rutinario.

En todo caso, el inspector de trabajo que acude a una oficina, despacho o sede empresarial debidamente identificado tiene la capacidad legal de acceder y realizar las comprobaciones normativas propias de su labor.

En el caso de aquellos proyectos empresariales en los que que, además, se realicen en domicilios, como es el caso de pequeños emprendedores y autónomos, el inspector deberá contar con su correspondiente orden judicial.

Motivación de la inspección de trabajo

La realización, o no, de este tipo de inspección puede depender de diversos factores, que van desde la visita periódica a la aleatoria de control por parte de un inspector del Estado.

En otras ocasiones, estas evaluaciones laborales son consecuencia de denuncias previas, que generalmente suelen ser de origen anónimo o por parte de terceros.

En ese sentido, muchas veces la solicitud de inspecciones surge como respuesta por las quejas y denuncias de distintos grupos: ex empleados, clientes o consumidores insatisfechos u otras causas judiciales.

Actuaciones que conforman una inspección de trabajo

La metodología propia de las inspecciones laborales reúne una serie de actuaciones. Las mismas dependerán de factores diversos como el tamaño de la empresa y la actividad económica que esta realice.

No obstante, pueden resumirse en los siguientes puntos:

  • Evaluación de la empresa: El inspector o subinspector encargado debe validar que la sociedad actúa conforme a la ley y no vulnera distintos aspectos.
  • Solicitud de documentación: Las peticiones más comunes abarcan solicitud de permisos en regla, estatutos de constitución, así como de justificantes de pagos impositivos o tasas, así como contratos de trabajo o nóminas para comprobación de cotizaciones.
  • Identificación de personal y solicitud de colaboración: El inspector puede legalmente comprobar la situación laboral regular de los presentes, así como solicitar tareas de colaboración como la aportación de datos y el acceso a los espacios de la empresa.
  • Realización de sanciones: Debido a la detección de irregularidades, fraudes o conflictos laborales, las instituciones públicas tienen la capacidad legal de sancionar a una compañía, tanto administrativa como monetariamente.

Con la finalización de una visita o inspección, el inspector deja constancia de las observaciones realizadas. Las mismas pueden ser positivas o negativas y estarán reflejadas en un informe con validez legal.

En estos casos, lo más común es la notificación por escrito a la empresa de los requerimientos necesarios, así como de las posibles multas y sanciones previstas.

Por otra parte, los plazos para la subsanación o corrección de dichas faltas varía dependiendo de su naturaleza y de la legislación de cada país.

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Javier Sánchez Galán , 12 de enero, 2020
Inspección de trabajo. Economipedia.com