Interés propio

El interés propio o interés personal, basándonos en los postulados de Adam Smith, es el valor que otorgamos a algo, el cual nos motiva a llevar a cabo acciones que persiguen, en todo momento, el beneficio personal. Es decir, el beneficio propio.

Así, es conveniente saber que en economía el interés juega un papel esencial. Y no precisamente porque lo encontramos en muchas disciplinas económicas, sino porque es lo que lleva a la sociedad a moverse, interactuar, consumir, producir, entre otras muchas acciones que tratan de satisfacer una necesidad interna.

Adam Smith, padre de la economía moderna y el capitalismo, decía que los individuos, en busca del interés propio, llevarían a cabo acciones que traerían mayor prosperidad económica. Dado que cada uno se preocupa por su bien, para Smith es más lógico que haya más personas que logren el bienestar. En cierta forma, es lo que Smith quiere decirnos con la historia de la «mano invisible«. Pues es esta mano invisible, el interés propio, la que hace que el libre mercado se autogestione y se autocorrija.

Con todo, hay que decir que la teoría nos muestra la existencia de los fallos de mercado, los cuales ponen a prueba las teorías de Smith. Pero debemos subrayar que, dado que hablamos de un economista del siglo XVIII, es muy de admirar su conocimiento y el desarrollo aportado.

El interés propio y la mano invisible

Como vemos, el interés propio es un concepto de gran relevancia. Pues como hemos citado antes, de este nace otro, al que llamamos «mano invisible».

Si no sabes lo que es la mano invisible, conviene señalar que hablamos de una teoría. Esta describe una metáfora que señala a la economía de mercado como herramienta con capacidad para alcanzar el bienestar social máximo, mientras se busque el propio interés.

Esta teoría fue elaborada por el economista Adam Smith, pero si quieres saber más sobre esto, pulsa en el siguiente botón al finalizar este artículo.

Volviendo al interés propio o interés personal, dependiendo de cómo queramos llamarlo, hablamos de aquel interés que inspira a Smith para desarrollar dicha teoría. Atendiendo a las declaraciones del escocés, únicamente puede regularse el mercado y existir una «mano invisible», cuando está presente el libre mercado. Un libre mercado en el que imperen las fuerzas de oferta y demanda, es decir, el interés propio de cada uno de los agentes.

El interés propio y el egoísmo

Muchos son los pensadores que han discutido las teorías de Smith. En este sentido, aquellas que dicen que el ser humano persigue su propio interés, no debiendo existir un interés público.

De acuerdo con estos, Adam Smith es un economista egoísta, pues únicamente piensa en el beneficio propio y no tiene en cuenta determinados aspectos como el punto de partida, la desigualdad, así como otros fallos de mercado que, con intervención, deben ser corregidos.

Hoy se siguen cuestionando estas teorías, a la vez que nacen corrientes de pensamiento, como el egoísmo moral, que abogan por defender los postulados de Smith, mientras tenemos la socialdemocracia que aboga por una sociedad más igualitaria y que persiga un interés público.

Por tanto, hablamos de una discusión que no parece tener un fin temprano. Aunque si bien es cierto, los economistas ortodoxos defienden las economías de mercado, pues las consideran, hasta la fecha y dada la evidencia empírica, el mejor sistema económico.

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Francisco Coll Morales , 17 de noviembre, 2021
Interés propio. Economipedia.com