Síndrome de Estocolmo
El síndrome de Estocolmo se puede definir como una reacción de tipo psicológico que se genera como un vínculo afectivo entre una persona secuestrada o abusada con su secuestrador o abusador.
En otras palabras, se puede decir que la víctima llega a crear un fuerte nexo con la persona que la retiene contra su voluntad. Pudiendo ser su captor o abusador. El nexo originado lleva a que la víctima actúe como cómplice de su victimario.
Claro que, al hablar de un síndrome, no se refiere a un trastorno mental. Si no, más bien a un conjunto de características o síntomas que se presentan en una persona que ha sido la víctima en una determinada situación.
Dado que, si el victimario manifiesta un comportamiento amable con la víctima, la víctima puede llegar a desarrollar sentimientos favorables hacia la persona que le puede causar daño. Los sentimientos desarrollados pueden ser el afecto, la admiración y el respeto.
Sin duda, son sentimientos de simpatía y de seguridad. Consecuentemente, la persona abusada o secuestrada genera sentimientos agradables hacia su secuestrador o abusador. Por supuesto, esta conducta se desarrolla luego de convivir horas, días, semanas, meses o años de cautiverio con el victimario.
Aunque, estos sentimientos pueden desarrollarse como un mecanismo que utiliza la víctima como una alternativa para protegerse. Esto luego de estar sometida a periodos de estrés y miedo prolongado. El nombre de “Síndrome de Estocolmo” se originó en el año de 1973, tras que se produjese un asalto al banco de Estocolmo. En este asalto hubo 6 rehenes, una de ellas era Kristin Enmark, quien fue la que presentó este tipo de comportamiento.
Señales que presentan las personas que desarrollan el síndrome de Estocolmo
Entre las principales señales que presentan las personas que desarrollan el síndrome de Estocolmo encontramos:
- Vinculación y empatía: La víctima manifiesta una conexión especial con el victimario. De modo que, se identifica con el agresor, comprende y justifica sus motivos.
- Sentimientos positivos: La persona secuestrada o agredida desarrolla sentimientos positivos para con el agresor. Esto provoca que la necesidad de sobrevivencia sobrepase el estado de conciencia. Empleando como recurso de sobrevivencia los sentimientos de simpatía hacia su agresor.
- Sentimientos negativos hacia los perseguidores del agresor: La víctima se vuelve enemiga de los que persiguen al agresor. Manifestando rechazo hacia las personas que intentan separarla del victimario. En estos casos puede ser las autoridades o la policía. Por ese motivo, no cooperan con ellos, porque consideran que traicionan al secuestrador o agresor.
El síndrome de Estocolmo en el contexto de la psicología general
Para entender cómo se desarrolla el síndrome de Estocolmo en el campo de la psicología general, vamos a considerar algunos aspectos importantes:
1. Concepto
Para comenzar, el síndrome de Estocolmo se define como un fenómeno psicológico donde la víctima desarrolla un conjunto de sentimientos positivos hacia su captor o agresor. Estos sentimientos generan vínculos de empatía, simpatía y lealtad hacia el agresor o captor.
2. Entorno y contexto
Generalmente, se presenta en contextos de casos de secuestro y cautiverio donde se toman rehenes. En estas situaciones, la víctima llega a identificarse con su agresor. De modo que, adopta y comparte sus puntos de vista, motivaciones y perspectivas.
3. Motivaciones y mecanismo de defensa
Sin duda, la víctima desarrolla estos sentimientos con el objetivo de cubrir su necesidad de sobrevivencia. Buscando la protección del agresor y evitando situaciones de violencia. Por supuesto, se emplea como un mecanismo de defensa. Especialmente, para negar o minimizar el peligro de las acciones del agresor.
4. Duración y consecuencias
Desde luego, el tiempo de duración del síndrome puede ser temporal o prolongado. Esto dependerá de muchos factores y del tiempo de liberación de la víctima. Las consecuencias que se pueden presentar en las víctimas van desde cambios de personalidad, dificultad para entablar relaciones sociales y traumas psicológicos.
5. Tratamiento
Por último, para superar el síndrome de Estocolmo se puede dar ayuda psicológica. La ayuda psicológica puede ser un proceso de terapia, apoyo psicológico y programas de reintegración social.
El síndrome de Estocolmo en el contexto de la psicología financiera
Aunque pudiera parecer extraño, el síndrome de Estocolmo también se presenta en el campo de las finanzas. Para comprender cómo se presenta será necesario revisar los siguientes puntos:
1. Concepto
También, se puede definir como un fenómeno psicológico que se presenta en el campo de las finanzas. En el cual el inversionista desarrolla un fuerte vínculo emocional hacia un intermediario financiero donde tiene una inversión perdedora. El inversionista llega a considerar que el único lugar seguro para invertir es el banco. Sin embargo, no toma en cuenta que los rendimientos son muy bajos comparados con otras formas de inversión.
2. Entorno y contexto
Naturalmente, el entorno donde se presenta es dentro de los mercados financieros. Particularmente, en actividades relacionadas con el proceso de inversión. El inversionista desarrolla vínculos y sentimientos positivos hacia la entidad financiera.
Aunque, la inversión que realiza con esa entidad es una inversión perdedora. Sin embargo, la víctima, en este caso el inversionista, justifica la necesidad de mantener su inversión en esa institución.
3. Motivaciones y mecanismo de defensa
Evidentemente, el principal motivo que provoca el síndrome de Estocolmo en el campo de las finanzas es el temor a la pérdida. Por esa razón, el inversionista lo que busca es la seguridad en sus inversiones. Debido a que, tiene temor de enfrentar una derrota en el campo financiero.
Como consecuencia, el inversionista se niega a reconocer las señales de pérdida. Tratando de encontrar justificaciones para mantener la relación con la entidad financiera que considera segura. Esta persistencia puede manifestarse como conducta irracional por parte del inversor.
4. Duración y consecuencias
Seguramente, este síndrome puede durar mucho tiempo. Debido a que, el inversor se aferra más a la necesidad de la seguridad financiera. Antes de llegar a reconocer la pérdida del rendimiento de su inversión.
En efecto, el resultado será principalmente una pérdida del rendimiento de la inversión. Así mismo, puede provocar desgaste emocional. Pero, sobre todo, el inversor puede ver afectada su capacidad de decisión. Especialmente, en la toma de decisiones y en las inversiones futuras que espera realizar.
5. Tratamiento
Finalmente, es importante evitar ser afectado por el síndrome de Estocolmo en el entorno del mercado financiero. Para evitarlo, es conveniente contar con una buena educación financiera y buscar asesoría profesional. Especialmente, el inversor debe hacer un análisis objetivo sobre la situación de cada una de las posibilidades de inversión.
Conclusiones sobre el síndrome de Estocolmo
Como conclusión, se puede afirmar que el síndrome de Estocolmo se puede presentar en el campo de la psicología general y en el campo de la psicología financiera.
Sin embargo, es relevante mencionar que, aunque dichos fenómenos psicológicos presentan muchas similitudes. La diferencia principal es que el síndrome de Estocolmo, desde la perspectiva de la psicología general, se presenta en contextos de secuestro o cautiverio. En dichas situaciones es que se desarrollan los vínculos de relación entre la víctima y el victimario.
Mientras que, en el campo de la psicología financiera, el término cautiverio o secuestro se utilizan como una metáfora. De esa forma, se puede describir la relación emocional que se crea entre la inversión perdedora dentro la institución financiera y el inversionista. Considerando la inversión perdedora dentro del banco como el victimario y el inversionista como la víctima.