Edad Contemporánea
La Edad Contemporánea es la etapa histórica que transcurre desde la Revolución francesa (1789) hasta el presente. Este periodo se caracteriza por acontecimientos como las revoluciones industriales, las dos guerras mundiales, los avances científicos y tecnológicos y el establecimiento de una economía capitalista.
Con la Revolución Francesa como punto de partida, llegaron las ideas liberales de la mano de los valores de la libertad, igualdad y fraternidad, valores que se han mantenido a lo largo de la Edad Contemporánea. Así, la sociedad pasaría de organizarse en estamentos a estructurarse en clases, con la burguesía situada en las capas sociales superiores y la aparición de movimientos obreros que reclaman derechos para los trabajadores.
Pese a atravesar acontecimientos tan traumáticos como las dos guerras mundiales o la devastadora crisis económica del crack del 29, la Edad Contemporánea se ha caracterizado por un espectacular crecimiento de la población al que han acompañado un gran desarrollo tecnológico y científico.
Características de la Edad Contemporánea
Las principales características de la Edad Contemporánea se resumen a continuación:
- Establecimiento de un sistema económico capitalista surgido en buena medida al amparo de la Revolución Industrial.
- Fuertes diferencias entre las naciones más desarrolladas y los países del tercer mundo, muchos de ellos independizados tras ser colonias de los países más ricos.
- Gran desarrollo tecnológico que permite grandes avances en transportes y comunicaciones. Igualmente, el progreso científico de la Edad Contemporánea propicia un espectacular avance de la medicina.
- Estados Unidos se consolida como la gran potencia política y económica a nivel mundial.
- Lucha entre las democracias liberales y los regímenes totalitarios.
Etapas de la Edad Contemporánea
Las principales etapas de la Edad Contemporánea:
- La revolución y la restauración (1789-1848): Comienza con la Revolución francesa, que desata una pugna entre las ideas liberales y las monarquías absolutas.
- Capitalismo e imperios (1848-1918): Marcada por el auge del capitalismo al calor de la Segunda Revolución Industrial, la aparición de los movimientos obreros y una fortísima rivalidad entre las potencias europeas. Estos grandes imperios verían su poder mermado tras el terrible desgaste que supuso la Primera Guerra Mundial.
- La etapa de entreguerras (1919-1938): Surgen movimientos totalitarios como el fascismo, el nazismo y el estalinismo, que se oponen a la democracia. Es una época marcada por la depresión económica, especialmente en los años 30.
- Segunda Guerra Mundial y Guerra Fría (1939-1989): Con la derrota de los países del Eje (Alemania, Japón e Italia), Estados Unidos y la Unión Soviética pasan a ser las grandes potencias. Por una parte, surge un bloque occidental liderado por Estados Unidos en el que las democracias occidentales se enmarcan en un sistema económico capitalista. Por el contrario, la Unión Soviética encabeza el bloque comunista junto a las naciones de Europa del Este, sirviéndose de un sistema de planificación centralizada en el plano económico.
- La globalización: Tiene su punto de partida en 1989, con la caída del muro de Berlín y el final de la Unión Soviética. La economía se globaliza implantando el sistema capitalista a escala mundial y se producen enfrentamientos de diversos tipos entre el mundo occidental, China y el mundo islámico.
Aspectos económicos y sociales de la Edad Contemporánea
A lo largo de la Edad Contemporánea, industrialización y capitalismo han ido de la mano. Las grandes fábricas y el establecimiento de sistemas de producción en masa permitieron obtener mayores volúmenes de producción, quedando atrás las formas artesanales de producción.
La mecanización del trabajo y de los transportes han contribuido a incrementar la productividad de la mano de obra y han reducido los tiempos de espera. Si bien hay que tener en cuenta que los mayores consumos de energía requieren la búsqueda de nuevas fuentes de energía.
No solo se han producido mejoras a nivel industrial, puesto que las relaciones económicas son mucho más dinámicas y fluidas. Existe una gran libertad para las relaciones comerciales y para los movimientos de capitales. Ahora bien, no hay que olvidar que también a lo largo de la Edad Contemporánea se han producido importantes luchas por el control de las materias primas y por el dominio de los mercados.
En el plano social, los estamentos de los tiempos previos a la Edad Contemporánea han dado paso a una sociedad de clases. Así, un individuo se enmarcará en una determinada clase social en función de su nivel de renta y sus posibilidades de progresar.
Por otra parte, la globalización no solo ha tenido un gran impacto a nivel económico. La gran interconexión a nivel mundial traslada a la población mundial nuevos hábitos y tendencias en todos los aspectos de la vida.