Parece ser que a la complicada situación que atraviesa DIA solo le queda una opción: aceptar la OPA de Mikhail Fridman. Tan desesperada es la posición de la compañía que la otra alternativa sería trágica, pues supondría un concurso de acreedores.
La apurada tesitura de DIA no es nada nuevo, ya desde el año pasado se preveía el actual panorama y en octubre el valor de sus acciones caía en picado. En nuestro artículo “Las claves del desplome de DIA en bolsa” desvelamos que todo ello se debía a un acusado descenso de los ingresos por ventas y a que buena parte de su negocio se desarrollaba en países como Argentina y Brasil, que atravesaban por momentos económicos muy difíciles.
Así, en vista de un escenario poco alentador, DIA emitió un “profit warning” o advertencia sobre beneficios, según el cual anunciaba una caída de los beneficios y una suspensión de los dividendos.
Todo ello dejaba al grupo LetterOne, encabezado por el magnante ruso Mikhail Fridman como el candidato para hacerse con el control de la compañía. Ya en el mes de febrero, LetterOne planteó su propuesta de OPA, para el cual es necesario el visto bueno de los accionistas de DIA. Recordemos las dos condiciones que deben cumplirse: no deben llevarse a cabo ampliaciones de capital antes de que concluya la OPA y deben dar su visto bueno los accionistas que representen al menos el 35,5% del capital social.
Sin alternativas
Parece ser que DIA se encuentra entre la espada y la pared. Solo tiene dos opciones, o aceptar la OPA planteada por Mikhail Fridman o verse abocada a un proceso de concurso de acreedores. Las agujas del reloj corren en contra de DIA y la oferta de Fridman sólo será válida hasta el 30 de abril.
La situación financiera de la compañía es terriblemente delicada y por sí sola no podría hacer frente a los problemas de liquidez. Prueba de la crítica posición financiera de la empresa es que se encuentra en quiebra, dado que su patrimonio neto registra unas cifras de 166 millones de euros negativos. Para mayor dificultad de la compañía, los vencimientos de bonos y de deuda financiera cada vez están más cercanos y DIA precisa de recursos con los que poder afrontar sus deudas a tiempo.
Refinanciar los 1.400 millones de euros en deuda resulta prácticamente imposible para DIA. Solo el magnate ruso parece disponer de los recursos necesarios para llevar a cabo la imprescindible ampliación de capital de 500 millones de euros que planea para DIA. Y es que, la ampliación de capital es necesaria para dotar a la empresa de un colchón de recursos propios con el que pueda atender sus deudas.
En caso de que los accionistas se negasen a aceptar la oferta de Fridman, la empresa española de distribución podría no llegar a tiempo para cumplir con sus compromisos de deuda. Este sería el peor de los escenarios posibles, pues DIA no dispondría del tiempo necesario ni de la liquidez requerida, lo que le conduciría a un concurso de acreedores. El fin de la compañía supondría un acontecimiento muy duro para sus accionistas, así como para los empleados de la compañía.
Los accionistas deben decidir
Como decíamos anteriormente, la propuesta de Fridman es la única opción que tiene DIA sobre la mesa. El consejo de administración de DIA, que lleva a cabo las funciones de gestión, representación y administración de la sociedad, carece de poder de decisión. Sin embargo, como organismo técnico de la empresa, estos profesionales de la dirección ya han expresado su opinión a través de un informe, recomendando que acepten la oferta de 67 céntimos por acción de Fridman.
Por el contrario, la posición de los accionistas quienes, como dueños, ostentan el verdadero poder de decisión, es muy distinta. Así pues, solo el 3,3% del capital está de acuerdo con la OPA lanzada por LetterOne. Esto se debe a que los accionistas consideran insuficiente los 0,67 euros por acción que ofrece Fridman. Por lo visto, el magnate ruso se valió de una normativa con la que podía lanzar una OPA a un precio inferior al que había pagado las acciones que había comprado en los 12 meses anteriores.
El tiempo se agota, la oferta de Fridman parece ser la única opción que garantiza la supervivencia de DIA y los vencimientos de deuda se van acercando. ¿Será el fin de DIA? ¿Tomará Fridman el control de la empresa? Solo los accionistas tienen la respuesta.