Como suele ser habitual en estas fechas, en el mes de julio el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado su informe de mitad de año sobre cómo va la economía mundial en 2024. En este artículo, veremos las conclusiones del informe y, sobre todo, cómo pueden afectarte.
El crecimiento resiste
Una variación en las previsiones, por muy pequeña que sea, puede suponer miles de millones de dólares que tu país puede ganar o perder
Empecemos por las buenas noticias: parece que se mantiene el crecimiento de la economía mundial. Es verdad que con grandes diferencias entre países, así que conviene que revises el tuyo antes de echar las campanas al vuelo, pero, igualmente, siempre ayuda que en la economía mundial sople un viento favorable.
En general, las previsiones del FMI son conservadoras sobre el crecimiento en Estados Unidos, y algo más optimistas para la eurozona. Para Japón, los números se han revisado a la baja, y eso que el informe se redactó antes de la caída de las bolsas el 5 de agosto.
En los mercados emergentes, las previsiones mejoran para India y China.
Si vemos los números, en muchos casos se trata de subir o bajar una décima la tasa de crecimiento. A lo mejor eso te parece poco, pero recuerda que estamos hablando del PIB de países enteros.
Eso significa que una variación en las previsiones, por muy pequeña que sea, puede suponer miles de millones de dólares que tu país puede ganar o perder. Y créeme si te digo que esas cifras se notan: son negocio para las empresas, trabajo para la gente, dinero en el bolsillo de las familias…
En ese sentido, puede ser una buena noticia para ti que el crecimiento de la economía mundial en 2024 se mantenga en positivo. Piensa que, incluso si a tu país le va mal, esa crisis no será tan profunda si a tus vecinos les va bien.
La razón es sencilla: si el resto del mundo crece, tiene más recursos para comprar lo que produce tu país y para invertir en él. Eso significa más actividad económica y oportunidades laborales. Así que, por ese lado, parece que puedes estar tranquilo.
¿Cómo va la economía mundial en 2024? Un problema «pegajoso»
A veces, aunque el cuadro macroeconómico no induce a que haya inflación, algunos precios siguen creciendo
Sin embargo, no todo son buenas noticias. Hay un factor que preocupa especialmente al FMI, un viejo protagonista de la economía mundial en los últimos años: la inflación.
Seguramente, ya conocerás el origen del problema, que puedes leer aquí. Resumiendo, todo empezó en la pandemia, cuando los gobiernos gastaban como si no hubiera un mañana. Al mismo tiempo, los bancos centrales no paraban de crear dinero mientras bajaban los tipos de interés.
Esto dio la sensación de que la economía fue «rescatada» con una lluvia de dinero durante la cuarentena, y pareció funcionar mientras estábamos encerrados en casa. Pero en cuanto se relajaron las restricciones y la gente volvió a gastar, todo cambió. Sencillamente, había más dinero en la calle del que la producción podía absorber con bienes y servicios. Y los precios empezaron a subir.
Así, la inflación fue la gran protagonista de los años 2022 y 2023. Los bancos centrales subieron los tipos de interés, intentando contener la escalada de los precios. Al principio se vieron resultados, pero ahora preocupa que, después de un tiempo bajando, la inflación parece estabilizarse por encima del objetivo tradicional del 2 %.
De hecho, el título del informe del Fondo es The global economy in a sticky spot («la economía mundial en un lugar pegajoso»), haciendo referencia al término sticky inflation («inflación pegajosa»), muy habitual en la literatura económica anglosajona. ¿Y en qué consiste este fenómeno?
Básicamente, se trata de una situación en la que el cuadro macroeconómico no induce a que haya inflación, pero algunos precios siguen creciendo. Por distintos motivos, reaccionan más lentamente que los demás a los cambios económicos, y se resisten a estabilizarse durante un tiempo.
Lamentablemente, esto te puede afectar directamente. Así que prepárate para seguir viendo subidas de precios cada vez que haces la compra.
El eterno dilema: ¿subir o bajar los tipos?
Cualquier movimiento en los tipos de interés puede tener efectos sobre la actividad económica y el empleo
Con esta situación, seguramente te estarás preguntando por qué los bancos centrales no siguen subiendo los tipos de interés, hasta acabar de una vez por todas con la inflación.
El problema es que la solución no es tan sencilla, porque tiene muchos efectos colaterales. Y algunos de ellos tienen tanto impacto, que puede ser peor el remedio que la enfermedad.
Piensa que tipos más altos también significan más costes de financiación para las empresas. Muchos proyectos de inversión se dejarían de hacer, simplemente porque sería demasiado caro financiarlos.
Algo parecido suele ocurrir con el crédito al consumo, que suele contraerse cuando suben los tipos de interés.
Por último, no olvidemos a los gobiernos, los grandes deudores de la economía actual. Con niveles de deuda pública que a veces superan el 100 % del PIB, una subida de un punto en los tipos de interés sobre esos pasivos puede poner en jaque la solvencia del Estado. Y si esto ocurre, solo queda subir impuestos o recortar gastos, y ninguna de esas soluciones es muy popular.
Claro que la alternativa de bajar los tipos, y resignarse a convivir con la inflación, tampoco resuelve nada. Por eso, el informe del FMI advierte a los bancos centrales para que sean prudentes.
Aquí, el impacto sobre tu economía dependerá del entorno en el que te toca vivir. Si estás en un país con inflación alta y buenos datos de crecimiento, el FMI recomienda que tu banco central no baje demasiado rápido los tipos de interés.
En cambio, si la inflación ya parece bajo control, el Fondo anima a relajar la política monetaria. Eso sí, reduciendo al mismo tiempo el déficit público.
A partir de ahí, lo que te toque vivir dependerá de lo que decida el banco central de tu país.
¿Cómo va la economía mundial en los países desarrollados en 2024?
El foco está en combatir la inflación, pero sin frenar el crecimiento
Este dilema entre inflación y tipos de interés, con alguna excepción como Argentina, puede aplicarse a la mayor parte del mundo. Pero eso no significa que el resto de problemas sean comunes.
De hecho, para los países más desarrollados el FMI pone el foco en combatir la inflación. Aunque de forma que no interrumpa el crecimiento.
Por ello, si vives en Europa o Estados Unidos, puede que te toque vivir distintas situaciones. Si tu banco central elige una política más restrictiva, puede que veas que los precios van dejando de subir. Pero claro, esto a costa de que caigan las ventas de las empresas y haya menos oportunidades laborales.
Si esto ocurre, la buena noticia es que tus ahorros van a conservar su poder adquisitivo. Eso significa que no vas a tener que meterte en inversiones más arriesgadas para ganar algo de rentabilidad. Puede que incluso sigas teniendo mucha oferta de productos conservadores, como depósitos a plazo.
Por el contrario, si deciden bajar los tipos, es posible que veas más vida en los negocios y más puestos de trabajo a tu alrededor. Lo malo es que quizás te vas a dejar más dinero cada vez que haces la compra.
Y si tienes inversiones, puedes ganar o perder. Las bajadas de tipos suelen hacer subir las bolsas, así que si tienes acciones, lo puedes celebrar. Pero si no te gusta el riesgo, puedes tener un dilema: tragarte tus convicciones y buscar algo más arriesgado, o resignarte a ganar menos con tus ahorros.
¿Cómo va la economía mundial en los países emergentes?
Para los emergentes, el FMI recomienda seguir muy de cerca el sector exterior
Si, en cambio, vives en un país emergente, te interesará saber que el FMI pone el foco en los flujos comerciales y de capital.
¿Y esto en qué te afecta? Primero, si tu país exporta más o llegan más inversiones, la economía va a ir mejor. Pero, además, esto afecta la cotización de la moneda que usas, y eso ya impacta directamente sobre tu bolsillo.
En este sentido, es una buena noticia que la economía mundial vaya bien, al menos por ahora. Como te decía antes, siempre ayuda que en los mercados internacionales sople el viento a favor.
Pero, ¿qué pasa si el sector exterior no ayuda lo suficiente? ¿Qué ocurre si tu país sigue importando más de lo que exporta, y casi nadie invierte en él?
En ese caso, puedes tener un problema. Recuerda que, si tu moneda se deprecia, te va a salir más caro comprar productos importados y hacer turismo en otro país. En otras palabras, serías más pobre de la noche a la mañana.
Sin embargo, el FMI no recomienda intervenir directamente para estabilizar las monedas, sino dejarlas flotar al precio que determine el mercado. La prioridad sigue siendo contener la inflación, y para cualquier intervención en el mercado se aconseja mucha prudencia.
La situación de cada país es diferente, pero si vives en alguno de los considerados emergentes, tampoco tienes que resignarte. De hecho, muchas personas en esa misma situación buscan diversificar y ganar algo más de seguridad para sus ahorros.
Una de las formas más sencillas de hacerlo es comprando moneda extranjera. Muchos bancos ofrecen cuentas en otras divisas, aunque a veces puedan ser más caras de mantener. Otra opción, si te gusta invertir, es hacerlo en activos financieros que cotizan en otra moneda, o directamente en mercados extranjeros.
Otros retos para el futuro
Las preocupaciones del momento no evitan otras a largo plazo, quizás más importantes
Por último, el FMI también habla de cuestiones más «de fondo», pero no menos importantes. La productividad es una de ellas.
Sin productividad, es imposible que un país pueda crecer de forma sostenible a largo plazo. Y mucho menos que los salarios reales puedan hacer lo mismo. Así que, si no lo estás haciendo ya, prepárate para vivir en un entorno cada vez más competitivo, donde la formación y las competencias laborales son claves.
En este sentido, es especialmente importante ser capaces de interactuar con las nuevas tecnologías. Sobre todo, en lo referente a nuevas formas de automatización (como robots) e Inteligencia Artificial.
Además, el informe del Fondo también anima a los gobiernos a seguir afrontando los retos relacionados con el cambio climático. Esto puede traer malas noticias, porque ya sabes cómo suelen actuar los gobiernos con este tema: impuestos y restricciones.
En cualquier caso, todavía quedan muchos retos por delante hasta fin de año. La caída de la bolsa de Japón, los movimientos en los tipos de interés o las elecciones en Estados Unidos son factores a tener en cuenta. Si quieres mantenerte informado sobre ellos, y sobre cómo te afectan en tu economía personal, no dejes de leer Economipedia.