Librepensador
El librepensador es aquella persona que forma sus opiniones sin estar condicionado o influenciado por algún factor externo, como puede ser una ideología claramente marcada, un grupo de presión, ideas religiosas, o cualquier otro factor que pueda incidir en su libre expresión.
El librepensador, como bien indica su nombre, es una persona libre, que no está influenciada bajo ningún tipo de factor externo a su persona. No siguen el dogma que impera en las ideologías políticas y económicas, religiones, etc. También está al margen de los llamados grupos de presión, como puedan ser empresas de la comunicación o de sectores estratégicos.
El librepensador forma sus opiniones guiándose en la razón y el empirismo, es dueño de sus pensamientos. Aunque estos no están establecidos de forma arbitraria, sino que están contrastados.
Esta idea, la del librepensamiento, tiene como característica principal luchar contra el dogma. Se sitúa frontalmente contra las opiniones sesgadas, que obedecen a cualquier interés salvo de la verdad libre y objetiva. Esto no quiere decir que siempre lleve razón, sino que formula sus conclusiones desde el más puro escepticismo.
Historia del librepensamiento
Para poner en contexto lo que implica ser un librepensador, vamos a realizar un breve repaso a la historia del librepensamiento.
El término empezó a acuñarse en la sociedad inglesa en el siglo XVII para referirse a aquellos que criticaban a la Iglesia. Esta última representaba el dogma en su máxima expresión. A raíz de ello, se utilizó el término de forma despectiva contra escépticos y ateos.
A partir de la ilustración, movimiento surgido en el siglo XVIII, se le llamó librepensadores a aquellos que adoptaban una posición contra el dogma, abierta a la experimentación de nuevas ideas que cuestionaran lo establecido.
Durante el siglo XIX, estuvieron estigmatizados por la Iglesia, contraria a la libertad de culto y de expresión. Despreciando a todos cualquier librepensador, acusados de ateísmo e ir contra la fe católica.
Ya con la expansión de las democracias occidentales, el librepensamiento es defendido y promovido por los Estados y es una de las características más preciadas entre las personas cultas.
Características del librepensador
El librepensador posee unas características comunes:
- Sus pensamientos y opiniones son independientes de factores externos.
- Lucha contra el dogma que prevalece en algunos sectores.
- Es escéptico, tiene tendencia a creer lo que puede ver y contrastar.
- Usan el pensamiento crítico, a través del que analizamos y nos forjamos opiniones elaboradas.
- Razón, empirismo y lógica suelen estar entre sus herramientas de análisis.
- Han estado perseguidos durante gran parte de la historia de la humanidad.
- Le gusta ir “contracorriente”, cuestionarse todo aquello que la masa supone por defecto.
- Opta por la ciencia y el método científico a la hora de obtener conclusiones.
El librepensador en la sociedad actual
El librepensador, en gran parte de la historia de la humanidad, ha estado mal visto, incluso perseguido si sus expresiones iban contra la autoridad dominante. Hoy día, eso ha cambiado, al menos en los regímenes democráticos, los derechos que provee la democracia permiten que cualquier persona pueda expresar aquello que desee, siempre y cuando se haga desde el respeto.
Ahora bien, estamos en un mundo muy sesgado y polarizado. Y, aunque hoy en día tenemos el mayor número de herramientas para poder informarnos y no depender de medios externos que nos influyan, preferimos coger el paquete ideológico de cualquier orientación política y ver los hechos desde ese ideario.
Otra contrariedad a la que se enfrenta el librepensador es linchamiento de aquellos que no comparten sus argumentos. También al ser criticado desde toda posición ideológica al estar en una sociedad tan polarizada como la actual. Se penalizan las opiniones moderadas y sobre todo las que van contra lo políticamente correcto, aunque sean totalmente válidas y contrastadas.