A comienzos de enero en Economipedia analizábamos los retos a los que podría enfrentarse la economía a lo largo de 2017, y un año más tarde podemos constatar que la mayor parte de nuestras predicciones han sido acertadas. Analizamos cada una de ellas y otros grandes hitos económicos del año.
De todas las predicciones que hicimos desde esta publicación para 2017, la que más visiblemente se ha cumplido es sin duda el cambio de ciclo monetario, el cual es ya una realidad en Europa, Estados Unidos y Japón.
El imparable crecimiento de la deuda
Como ya preveíamos hace un año, la evolución de la deuda ha sido una de las variables fundamentales para entender la marcha de la economía mundial en 2017. Podemos encontrar la raíz de este problema en al menos por dos causas: los efectos de la crisis de 2007 que aún arrastran muchos países (entre los cuales observamos mayores niveles de endeudamiento) y el modelo de recuperación económica puesto en marcha en Estados Unidos, Europa y Japón, basado en políticas de expansión monetaria que han contribuido a multiplicar el volumen de pasivos públicos y privados.
En general podemos decir que la evolución de la deuda a lo largo del año ha sido dispar, ya que encontramos tendencias muy diversas según el país y el sector que analicemos. De esta manera nos encontramos con que la deuda privada como porcentaje del PIB se ha estabilizado en Estados Unidos y en China, pero ha experimentado un ligero repunte en Europa y Japón. En cuanto a la deuda pública vemos una leve reducción en Europa (concentrada especialmente en el Este), niveles relativamente estables en Japón y un cierto crecimiento en Estados Unidos, en parte atenuado por la buena coyuntura económica pero bajo la amenaza de agravarse a corto plazo a causa de la reforma fiscal de Trump.
¿Vuelve realmente la inflación?
Otra de las estimaciones para el año 2017 era el alejamiento definitivo de la amenaza deflacionista sobre Europa y un repunte de los precios en las mayores economías del mundo. En este sentido, podemos afirmar que al menos en Europa esta previsión parece haberse cumplido por completo, dado que los precios ya crecen a tasas de alrededor del 1,5%, y por tanto más cercanas al objetivo del 2% establecido por el Banco Central Europeo (BCE). Al otro lado del Atlántico, la inflación también ha aumentado con respecto al año anterior, aunque en ocasiones en cifras más bajas de las esperadas por los mercados.
En cualquier caso, es importante recordar que las dos causas principales del aumento de la inflación en Europa y Estados Unidos (es decir, la recuperación de los precios del petróleo y la multiplicación de la base monetaria) no dejan de ser factores coyunturales que podrían cambiar en un futuro. La inflación subyacente, en la mayoría de los casos, sigue en niveles relativamente bajos y no es seguro que por sí misma pueda evitar una vuelta a la deflación en los próximos años.
Cambio de modelo productivo
A su vez, la nueva coyuntura económica mundial hacía previsible el impulso de reformas en ciertos países que se verían obligados a cambiar su modelo productivo para seguir siendo competitivos en un entorno cada vez más globalizado. En líneas generales, desde esta publicación esperábamos ver medidas económicas dirigidas a potenciar el sector exterior, flexibilizar la legislación laboral y reducir el tamaño del sector público.
Como es natural, un cambio de modelo productivo necesita años para materializarse, y por tanto todavía no podemos decir si hemos acertado por completo. No obstante, a lo largo de este año hemos podido observar algunos signos en las principales economías mundiales que parecen indicar que nuestra predicción se sitúa en la dirección correcta. El ejemplo más claro quizás sea Francia, cuya economía se prepara para un amplio programa de reformas liberalizadoras de la mano del recién elegido presidente Emmanuel Macron, pero también podemos encontrar aspectos similares en la reforma fiscal de Trump para Estados Unidos. De esta manera, el año 2017 podría convertirse en una fecha histórica para algunas economías del mundo desarrollado, aunque lamentablemente no podremos constatarlo en el corto plazo.
Cambio ciclo monetario
De todas las predicciones que hicimos desde esta publicación para 2017, la que más visiblemente se ha cumplido es sin duda el cambio de ciclo monetario, el cual es ya una realidad en Europa, Estados Unidos y Japón. Este giro hacia políticas monetarias más restrictivas ha estado encabezado decididamente por la Reserva Federal, que ha subido los tipos de interés 3 veces a lo largo del año (de 0,75% en enero hasta 1,5% hoy) y ya ha anunciado un proceso de reducción gradual de su balance. En Europa, el BCE ha decidido mantener los tipos al 0% pero ha programado una retirada escalonada para el plan QE en los próximos años. La única excepción quizás sea Japón, cuyas débiles tasas de crecimiento y de inflación han disuadido a las autoridades de normalizar su actual política monetaria.
Además, las reacciones del mercado al cambio de ciclo monetario no han dejado de perturbar la cotización de las principales monedas del mundo, dando lugar a un año de gran volatilidad en los mercados de divisas. De esta manera, podemos observar un relativo fortalecimiento del dólar en el primer trimestre, seguido de una fuerte apreciación del euro durante el verano y una cierta estabilización posterior tras varios sobresaltos, hasta rondar en los 1,18 dólares por euro a finales de año (cuando a principios no llegaba a 1,05). Las divisas de Oriente también han experimentado movimientos interesantes: el yen japonés ha conseguido mantener una cotización estable a costa de una gran volatilidad, mientras que el yuan, a pesar de sufrir pocos sobresaltos, ha mostrado una lenta pero continua tendencia a la depreciación frente al dólar.
El comercio mundial se reorganiza
Otra de las previsiones fue el comienzo de un proceso generalizado de revisión de las redes de comercio internacional, en favor de nuevos acuerdos bilaterales entre países y en detrimento de los grandes acuerdos regionales. En este sentido no sólo hemos constatado el abandono definitivo del TTIP, sino también la dificultad de avanzar en la creación de un área de libre comercio en el Pacífico limitada por la ausencia de Estados Unidos. Como habíamos observado, el giro proteccionista impreso por Donald Trump a la política exterior norteamericana indefectiblemente ha acabado repercutiendo en el comercio global.
Por su parte, China sigue buscando aumentar su influencia en Asia a través de una ambiciosa estrategia que incluye numerosos acuerdos bilaterales con países vecinos (en sectores clave como el comercio, las comunicaciones y las infraestructuras) a la vez que busca estrechar lazos con Europa. Todas estas acciones fueron presentadas este año bajo el nombre de «La Nueva Ruta de la Seda», la cual promete ser un factor de peso para entender las nuevas redes del comercio internacional que podremos ver en los próximos años.
En el caso de Europa, la dificultad para alcanzar un acuerdo entre los gobiernos británico y comunitario en torno al Brexit aún contribuye a mantener la incertidumbre en torno al proceso de salida del Reino Unido. No obstante, todas las opciones barajadas hasta la fecha nos permiten intuir que las relaciones comerciales entre la isla y el continente, independientemente del resultado de las negociaciones, ya no serán las mismas. Paralelamente, la Unión Europea ya busca socios alternativos en otras regiones del mundo, firmando un histórico acuerdo con Japón y avanzando en las conversaciones hacia otro similar con los miembros del Mercosur.
A nivel global, la economía mundial ha mantenido la senda de crecimiento recorrida en los últimos años y ya son muchos los países que han recuperado su nivel de PIB anterior a la crisis de 2007. Entre ellos, algunos celebran lo conseguido hasta ahora y parecen dispuestos a seguir apostando por estrategias de crecimiento a corto plazo en busca de resultados inmediatos, mientras que otros empiezan a prepararse para lo que pueda depararnos la economía en 2018. Precisamente a eso dedicaremos nuestra próxima publicación.
Miguel dice
Por favor suscribirme.