Clasismo
El clasismo es una actitud adoptada por una persona mediante la cual, esta, de forma individual o en grupo, discrimina a otro. Y esto, por pertenecer a una clase social más baja.
En primer lugar, hay que decir que el clasismo es una forma de discriminación.
A través del clasismo, una persona se cree por encima de otra por tener: o bien un estatus superior, una renta y patrimonio más alto o relacionarse con personas con cierta relevancia social. Es decir, se cree mejor persona por pertenecer a una clase social superior.
El clasismo no solo supone que dicho individuo se crea mejor que otro, sino que además se exteriorice. Puede hacerse a través de hechos discriminatorios o de forma verbal, desprestigiando a quien creemos que está por debajo de nosotros en la escala socioeconómica.
Las consecuencias del clasismo pueden ser varias. Aunque sus principales van desde la caída en enfermedades mentales hasta la violencia por parte de quién lo sufre. Unas diferencias socioeconómicas muy abultadas en una sociedad pueden dar lugar a hechos violentos como robos, saqueos o secuestros, con el fin de paliar estas desigualdades.
El clasismo y las clases sociales
Para entender correctamente qué implica el clasismo, es preciso definir el sistema de clases sociales.
El sistema de clases sociales es un tipo de estratificación social. Esta estratificación se define como la forma en la que se agrupan los individuos según unos criterios determinados. Las clases sociales se dividen según la posición socioeconómica de los individuos y, además, es el sistema de clasificación más reciente y el que impera en la sociedad occidental.
Anteriormente, durante la Edad Media, operaba el sistema estamental. Y, durante los periodos de esclavitud, el criterio a seguir era la distinción entre hombres libres y esclavos.
La clase social se basa en criterios como la familia, la renta, el patrimonio, la profesión, el estatus, etc. Pero, como la suma de estos elementos puede ser muy confusa, las clases se establecen en base al total de renta percibida anualmente.
Las tres grandes clases son alta, media y baja. Pero, debido a la gran cantidad de personas que aglutinan, algunas muy dispares entre sí, se establecen categorías intermedias: media-baja y media-alta. Estableciendo así una diferenciación más fiel de la realidad, ya que la clase media se refiere a personas con una renta anual de 12.000€ y de 30.000€.
El clasismo y otros grupos sociales
Como hemos mencionado al comienzo, el clasismo en sí es la discriminación ejercida sobre integrantes de una clase social distinta a la nuestra, normalmente inferior.
Esta discriminación también puede ir aparejada a otros sectores de la población, como por ejemplo los inmigrantes o los pertenecientes a otras etnias. Es decir, ante un hecho discriminatorio, puede confundirse el origen que mueve la discriminación. Ya que, si una persona de la raza minoritaria o inmigrante, además, pertenece a la clase baja, está siendo objeto de un trato desigual por parte de otra persona, pudiendo no saber qué mueve este trato.
Ante este suceso, la discriminación puede ser clasista, racista o xenófoba; o suceder una convergencia de estos tres fenómenos.
Tipos de clasismo
El clasismo, según el sujeto, puede ser de dos tipos:
- Clasismo individual: Sucede cuando la acción discriminatoria o vejatoria sucede entre individuos particulares. Es decir, cuando se produce de forma individual entre dos personas. Por ejemplo, tratar despectivamente a una persona porque ejerce una profesión de baja cualificación. Según quien ejerce el prejuicio, en esta situación, quien detenta el puesto de baja cualificación, se sitúa como una persona inferior solamente por el motivo anteriormente indicado. Creyéndose estar legitimado para tratarle con un trato hostil o indeseable.
- Clasismo estructural: También llamado institucional, sucede cuando el clasismo se fomenta de forma pasiva desde las instituciones. Ocurre cuando se presta un servicio público de forma asimétrica en función de la clase social.
Clasismo desde abajo
Este concepto suele ir aparejado a las clases superiores, es decir, cuando una clase discrimina a otra inferior. Pero también puede suceder al revés, que la clase baja o media discrimine o maltrate a la superior, inspirada solamente en la pertenencia a clases distintas.
Este clasismo puede estar fomentado por organizaciones y partidos de extrema izquierda, debido a que el marxismo implica un profundo desprecio a quienes detentan una posición dominante en la sociedad por motivos económicos. Este desprecio puede manifestarse en forma de insultos verbales, escraches o violencia física. Unas veces, el motivo es la reivindicación de una mayor igualdad social; otras, simplemente el causar daño como expresión de la envidia y el resentimiento.