Recursos ociosos

Los recursos ociosos, en economía, son aquellos factores de producción que, por determinadas razones, están en desuso. Tanto tierra, como trabajo y capital.

Los recursos ociosos, por tanto, son aquellos factores de producción (tierra, trabajo y capital) que no se utilizan por determinadas razones. Estos factores de producción que quedan en desuso se consideran recursos ociosos. Por ejemplo, un desempleado o una empresa que se encuentra paralizada, son ejemplos de recursos ociosos. 

Los recursos ociosos suelen incrementarse en situaciones de crisis. Todo ello, en la medida en que se paraliza la actividad económica.

¿Por qué se producen recursos ociosos?

Al producirse una caída en la actividad económica, el empleo se reduce y, con ello, se incrementan los recursos ociosos. Además, muchas empresas caen en la quiebra, lo que producen que más recursos de capital sean considerados como tal. Por lo que, si tuviésemos que definir la principal causa de que existan recursos ociosos es la crisis económica.

Por otro lado, existen otros motivos que dan lugar a la aparición de recursos ociosos. Sin embargo, estos factores no son tan relevante como la contracción económica, ya que esta reduce la demanda de todos los factores de producción, lo que favorece la aparición de este tipo de recursos.

¿Cómo combatir los recursos ociosos?

Para acabar con los recursos ociosos, todo economista sabe que cuenta con herramientas con las que debe combatir el ciclo económico y, con ello, aprovechar dichos recursos.

Para acabar con los recursos ociosos, lo primero que debemos hacer es impulsar la economía y la actividad económica. Para ello, algunos economistas, como Keynes, suscitaban el incremento del gasto público por parte del Estado para el incremento de la demanda agregada. Todo ello, favoreciendo a la desaparición de los recursos ociosos con un impulso en el mercado de trabajo.

Sin embargo, existen otras herramientas como la innovación, la conversión, la inversión en I+D o el incremento de la productividad, que producen la desaparición de los recursos ociosos. Todas ellas, además de la planteada por Keynes, tienen como fin acabar con estos recursos ociosos. 

Sin lugar a dudas, uno de los grandes problemas a los que históricamente se ha enfrentado la economía, ya que, como ocurre con el empleo, hay recursos ociosos con los que, en ocasiones, es imposible acabar. 

Críticas al concepto

El economista británico William Harold Hutt, ya en 1939, habló de los recursos ociosos y de la equivocación, bajo su consideración, que cometía Keynes al valorar estos recursos. Para Hutt, Keynes olvidaba aspectos que para Hutt eran esenciales; como el desempleo friccional, el estacional o el institucional, que para Hutt incrementaban los recursos ociosos. 

Al producirse situaciones en las que un empleado puede estar en situación de desempleo por trabajos de temporada, por la presión sindical que produce el despido del empleado, así como la falta de demanda por parte del mercado, Hutt consideraba que Keynes erraba en su postura. Todo ello, por el hecho de que, como comentábamos, hablaríamos de una asignación perfecta de los recursos que, por el momento, no se cumple en todos los sentidos.

Los recursos ociosos y los estímulos políticos

Los recursos ociosos son situaciones en las que el Gobierno trata de combatirlos con la aplicación de estímulos y políticas. El incremento de la recaudación, a través de una subida de impuestos, permite incrementar el gasto. Con ello, se generan incentivos y políticas que permiten la contratación de más empleados públicos, por ejemplo, para acabar con esos recursos ociosos.

Sin embargo, esta práctica podría tener un efecto perverso y producir una reducción de la inversión por parte del sector privado. Al cobrarse más impuestos, se reducen los recursos del sector privado, que frena su inversión hasta que la situación le permita seguir operando a un coste inferior que el actual, con la subida de impuestos.

Este es un ejemplo del tipo de políticas, así como los efectos de estas, aplicada por los gobiernos cuando se dan situaciones como la comentada.

Ejemplo de recursos ociosos

Para que quede claro, los recursos ociosos son aquellos factores de producción que no se utilizan. Con el ejemplo de trabajo (desempleo) y tierra (fábrica abandonada) se ha entendido, hasta el momento, qué son los recursos ociosos.

Sin embargo, para acabar, no hemos visto un ejemplo de lo que sería un recurso ocioso de capital. Por ello, imaginemos un capital que, por los tipos de interés aplicados, no los invertimos y los depositamos en una cuenta privada, donde se va devaluando con la inflación. Esto, ni más ni menos, es un ejemplo de recurso ocioso de capital. 

Por esta razón, un recurso ocioso, en conclusión, es todo aquel recurso que se encuentra en desuso.

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Francisco Coll Morales , 19 de octubre, 2020
Recursos ociosos. Economipedia.com