Las rentas del capital son aquellos rendimientos económicos obtenidos con origen en bienes capitales. Los cuales son cedidos o explotados, generalmente.
En el día a día económico de individuos y empresas, las rentas de capital son consideradas como un método de obtención de ganancias muy extendido.
Desde un punto de visto más académico, se considera a este tipo de rentas como aquellas conseguidas u obtenidas a través de la posesión y explotación de un bien determinado.
Uno de los ejemplos más extendidos dentro de este concepto son los dividendos obtenidos en el ámbito financiero. Los mismos responden a una inversión previa en forma de acciones de una compañía en particular.
En otras palabras, es posible recibir una determinada ganancia o renta a partir de los elementos o bienes del capital de los que se disponga.
Tipos de rentas del capital
Atendiendo al criterio de origen, es posible delimitar varias modalidades dentro del conjunto de rentas del capital.
De ese modo, se consideran:
- Con origen en fondos propios. Este grupo engloba dividendos financieros y otros tipos de utilidades propias de la pertenencia a alguna sociedad como socio o partícipe. Otro ejemplo sería un reembolso recibido en un fondo de inversión.
- Con origen en la cesión de capitales. En ocasiones, los capitales propios pueden ser cedidos temporalmente o adquiridos. El ejemplo de los rendimientos procedentes de un bono o letra del tesoro es el más común.
- Con origen en capitalización. Existe gran número de alternativas o planes de capitalización que permite la asunción de seguros de vida, salud, etc. También la contratación de planes de jubilación u otras contingencias como invalidez o minusvalías.
- Otros orígenes. Más allá de los casos anteriores, existen otros mecanismos de obtención de rentas de capital relacionados con campos como la propiedad industrial e intelectual, siempre que no conformen estas la actividad principal del sujeto.
Ejemplo
Sin embargo, la alternativa más popular es la obtención de rentas con origen en posesiones o propiedades inmobiliarias.
Siempre que no responda a un interés relacionado con la actividad económica principal, el arrendamiento de un bien inmueble permite a su poseedor beneficiarse mediante la consecución de rentas de capital.
Del mismo modo, ocurre con los anteriores casos de cesión de derechos de protección intelectual, industrial o como sucede con la explotación de determinadas patentes y marcas comerciales.
Existen situaciones en las que una persona (mas generalmente física) tiene el patrimonio y la capacidad económica suficiente para subsistir únicamente con este tipo de rendimientos.
En ese sentido, es aplicable la popular alocución de “vivir de las rentas”.