Subestimar
Subestimar es la acción de valorar un bien o servicio por debajo de su valor. Se trata de una estimación a la baja a la hora de realizar una determinada valoración.
A la hora de valorar tanto bienes como servicios cabe la posibilidad de subestimar. Esto supone la realización de cálculos o estimaciones previas por debajo del valor real de estos.
El hecho de subestimar algo a menudo va de la mano irremediablemente de una connotación negativa. Esto sucede porque una valoración por debajo plantea que el producto observado no sugiere las bondades o ventajas que su valor o precio haría esperar.
Por otro lado la subestimación puede ser también consecuencia de un error de cálculo o una mala praxis a la hora de valorar algo. En otras palabras, al subvalorar un bien puede producirse bien una minimización voluntaria o involuntaria de su valor.
Su concepto antagónico sería el de la sobrevaloración.
La aplicación de la subestimación
Subestimar es una conducta frecuente en campos económicos como las finanzas. Esto ocurre porque en este ámbito económico la valoración de activos o situaciones coyunturales es constante. Esto puede estudiarse en la teoría del valor, por ejemplo.
El efecto que desempeña el riesgo es clave, siendo un elemento significativo a la hora de conocer si una operación ha sido subestimada o sobrestimada.
En ese sentido, es habitual observar que la aversión al riesgo es directamente proporcional a la subestimación. En otras palabras, los individuos con mayor tendencia al riesgo tienden a realizar estimaciones más prudentes.
Ejemplos prácticos de subestimar en economía
Por ejemplo, un fondo de inversión puede subestimar una determinada decisión de inversión en un momento dado. Posteriormente si esa decisión se traduce en mayor rendimiento del esperado, podrá decirse que se subestimó su potencial de rentabilidad.
Ocurriría justo lo opuesto en situaciones de valoración de riesgos. Puede ocurrir que una empresa espere un nivel determinado de pérdidas y la realidad haga que este sea mayor al estimado. En ese caso hablaríamos de una subestimación de los riesgos.
Siguiendo dichas tesis, es posible encontrar casos de sobrestimación de muchos ámbitos del día a día económico. Esto responde a que es común cualquier tipo de valoración por parte de individuos y empresas en sus actividades económicas.
En el caso de las familias o pequeñas empresas, la subestimación suele estar relacionada con efectos negativos. En muchas ocasiones la economía doméstica a la hora de subestimar el contexto económico empuja a las familias a elevar sus gastos y no ser cautos mediante el ahorro.
Estas conductas llevan a mayores ratios de endeudamiento y, por lo tanto, a problemas. Uno de ellos puede venir acarreado por los intereses que hayan podido contraer. Si en un inicio no se valoraron o calcularon bien estos, su acumulación en el futuro puede sobrepasar las expectativas.