Indigencia
La indigencia es una situación que experimenta una persona, caracterizada por no poder costearse las necesidades más elementales, principalmente en lo referente a domicilio, alimentación, agua y saneamiento, entre otros.
Es decir, la persona que sufre la indigencia, el indigente, no puede proporcionarse los bienes que entendemos como más básicos. Estos son la vivienda, la comida y el vestido. Estas personas, en el mejor de los casos, sobreviven gracias a la limosna. O también por diferentes organizaciones de beneficencia como los comedores sociales o los albergues.
A grandes rasgos, podemos decir que indigencia es sinónimo de pobreza. Aunque cada uno de los términos se refiere a cosas distintas y llenas de matices. Hay que destacar dos grandes detalles en la definición de indigencia.
En primer lugar, que una persona no pueda costearse por sí misma los bienes más básicos para vivir no le convierte automáticamente en un indigente. Puede que se los proporcione otra persona. Este es el caso de un gran porcentaje de la población, sobre todo, de aquellas personas que no disponen de un trabajo aunque se encuentren dentro de la población activa. En estas situaciones, es la pareja o los padres del individuo quienes pueden costear su día a día y bienes más básicos, como el techo o la comida.
El otro gran matiz es que la indigencia suele distinguirse de la pobreza principalmente en países desarrollados o en vías de desarrollo. En un país tercermundista, lo común es que la mayoría de la población se encuentre bajo el umbral de la pobreza, llevando un estilo de vida muy rudimentario. En cambio, en países con un cierto nivel de vida, el escaso porcentaje de personas bajo la pobreza extrema sí que lo encontramos sin un techo bajo el que refugiarse. Así, normalmente los indigentes viven en la calle, parques, puentes y otros lugares públicos.
¿Cómo se mide la indigencia?
Los organismos encargados de la medición de la indigencia lo hacen a través de diferentes formas. Lo primero a tener en cuenta es que, para su medición, indigencia equivale a pobreza extrema, con lo cual tenemos que buscar los medidores de esta última.
Por un lado, tenemos el IPM (Índice de Pobreza Multidimensional). Este no solo utiliza la renta, sino que también recoge otros aspectos elementales en el desarrollo de cualquier persona, como pueden ser la educación, la salud y el estándar de vida.
Por otro lado, se encuentra el indicador AROPE, pero este no mide directamente la pobreza o la indigencia, sino que se dedica al riesgo de pobreza o de sufrir exclusión social. Es por ello por lo que en países desarrollados este índice es más elevado que el anterior. Este índice se divide en tres subindicadores: tasa de riesgo de pobreza después de transferencias sociales; carencia material severa de bienes; y hogares que presentan muy baja intensidad laboral.
Causas de la indigencia
La indigencia, definida como lo hicimos al comienzo, como situación que sufren aquellas personas que no pueden costearse un nivel de vida mínimo en países desarrollados o en vías de desarrollo, tiene diversas causas; desde problemas familiares estructurales a situaciones individuales.
Puede ser que el nivel de vida de la familia de quien sufre la indigencia fuera tan bajo que no pudo proporcionarle estudios ni ningún tipo de acceso a la vida en sociedad. Esto puede suceder en este tipo de familias o en el caso de huérfanos u hogares con mucha violencia doméstica. O puede ser que los padres y su familia cercana fueran convictos, personas con problemas de drogadicción u otro tipo de situación desfavorable.
Pero, no solo se sufre indigencia por estos motivos, puede que a la persona en cuestión le haya ido mal en la vida por otras razones, teniendo acceso, en su momento, a todas las herramientas disponibles. Esto puede ser por problemas familiares, ludopatía, temas de drogas o por no encontrar un puesto en el mercado de trabajo.
Medidas contra la indigencia
Para paliar la grave situación en la que se encuentran los indigentes, existen algunos mecanismos, al igual que se podrían impulsar otro tipo de políticas. Existen los comedores sociales y los albergues para pasar la noche. Todo ello impulsado por organizaciones como Cáritas u otras iniciativas religiosas. También, los Estados disponen de algunas rentas y ayudas para la inserción, tales como ayudas al alquiler de vivienda.
También se podrían desarrollar otras medidas que faciliten el acceso de estas personas al mercado de trabajo, que es como verdaderamente los indigentes podrían abandonar esta situación. En esta línea, en España, dos jóvenes tuvieron la idea de crear una red social que conectarse a empresarios con personas sin hogar, ayudando así a algunas personas a cambiar de vida.