Perfil conservador
Un perfil conservador (en inversión) es aquel cuya preferencia inversora se basa en prescindir de rentabilidades elevadas a cambio de un riesgo reducido.
Por tanto, estamos ante personas que prefieren ganar menos y, a su vez, arriesgar poco o nada su patrimonio. Así, optarán por productos seguros con rentabilidades bajas. De esta forma, prefieren evitar las posibles pérdidas en el futuro.
Por ejemplo, un asalariado que quiere ahorrar a largo plazo y no está interesado en asumir riesgos. Opta por un fondo de renta fija, en este caso, obligaciones del Estado, que ofrece poca rentabilidad, pero el riesgo de impago es muy reducido.
El perfil conservador y el riesgo
Un perfil conservador tiene aversión por el riesgo y prefiere la seguridad sobre rentabilidad. Así, en ciertos casos, estarán dispuestos a asumir algo de riesgo, pero siempre controlado. Pueden invertir un porcentaje de su cartera en renta variable, pero siempre de empresas solventes.
El más extremo, preferirá siempre activos en deuda pública de países con buena calificación crediticia. En este caso, la rentabilidad es moderada o baja, dependiendo de la situación macroeconómica y el riesgo es prácticamente nulo en los países desarrollados.
Sin embargo, incluso en estos casos el riesgo existe, sobre todo en épocas inflacionistas. No perdemos capital respecto a su valor nominal, pero si suben los precios, este pierde valor real y, por tanto, poder adquisitivo. En consecuencia, el riesgo cero es imposible.
Perfil conservador e inversiones
Son personas con un carácter tranquilo y equilibrado, aunque en ocasiones demasiado prudentes. Además, toman las decisiones después de meditarlas mucho, ya que su objetivo principal es evitar las pérdidas en lo posible y, sobre todo, conservar su capital.
La diversificación de una cartera es una de las formas de reducir el riesgo y obtener algo más de rentabilidad. Consiste en invertir en renta fija, que aporta pocas ganancias, pero riesgos bajos, y renta variable, que tiene un riesgo es mayor y aporta mayores ganancias.
Este tipo de perfil inversor optará por porcentajes adaptados a su personalidad. Así, una cartera (basada en la regla de Pareto) sería 80/20 (80% fija y 20% variable) podría ser una buena opción para una rentabilidad algo mayor, con el mínimo riesgo.
A la hora de invertir, el inversor debe tener bien claro cuál es su perfil de inversión. Conocer esto ayuda a tomar mejores decisiones y elegir activos en los que realmente el inversor se sienta cómodo. Si quieres conocer cuál es tu perfil de inversión, te recomiendo que veas esto: Curso de perfil de inversión.
Recomendaciones para el perfil conservador
Veamos algunas recomendaciones y activos financieros adecuados para este perfil conservador:
- En primer lugar, debemos conocer bien nuestro perfil para elegir el producto más apropiado. Hay que tener claro que somos conservadores. La forma de averiguarlo tiene una alta dosis de subjetividad y un experto nos puede ayudar. Si quieres conocer tu perfil inversor, puedes hacer nuestro curso: Descubre tu perfil inversor.
- Lo importante es escoger aquello que mejor se adapte a nuestras preferencias. Incluso, aunque optemos por inversiones con muy baja rentabilidad, el riesgo será también menor. Además, no hay que olvidar que este inversor planea a largo plazo.
- Los activos de deuda pública más habituales son obligaciones o bonos públicos, ya que estamos ante inversores que piensan en el largo plazo. Pueden elegir algo de renta variable, pero siempre será de empresas solventes y con buenas políticas de dividendos.
- Los depósitos bancarios son atractivos en épocas en que ofrezcan algo de rentabilidad. Por ejemplo, cuando los bancos centrales realizan políticas monetarias de subida del tipo de interés para contener la inflación.
- Los fondos garantizados también son una opción interesante para este inversor. Su rentabilidad es baja en relación con otros, pero garantiza hasta el 100% de la inversión.
Ejemplo de perfil conservador
Veamos un ejemplo de situaciones donde es aconsejable tener un perfil conservador y aquellas que es mejor evitar:
- Cartera en renta fija: Esta es quizá la más frecuente. Aunque tiene la posibilidad de invertir en variable, siempre será en empresas solventes y en porcentajes bajos.
- Cartera de inversión 50/50: Estaríamos ante una composición a partes iguales en renta fija y variable. En este caso, la rentabilidad es mayor que en la anterior, pero el riesgo es moderado. No sería adecuada para un perfil de este tipo.
- Cartera de ahorro: Los porcentajes, en este caso, suelen ser muy altos para la renta fija, el 80% o más, y muy bajos para la variable (20% o menos). La que está basada en la regla de Pareto (80/20) podría ser una de las opciones en este caso. También una regla de 90/10.
- La cartera 60/40: Esta no sería adecuada para un conservador típico, ya que la mayor parte se invierte en renta variable. Esto conlleva un riesgo moderado o alto. Por supuesto, tampoco interesa una cartera solo en renta variable.