Thorstein Veblen fue un filósofo y economista estadounidense, cuyos aportes a la teoría económica desde una perspectiva institucional y evolucionista lo posicionan como pionero e impulsor de esas corrientes teóricas.
Thorstein Veblen (1857-1929) nació en Wisconsin, Estados Unidos. Estudió Filosofía en la Universidad Johns Hopkins y se doctoró en ese mismo campo en 1884 por la Universidad de Yale. Pese a su alta formación académica no consiguió empleo como profesor durante varios años.
En 1891 decidió volver a las aulas y se matriculó en Economía en la Universidad de Cornell. Posteriormente obtendría una posición en el Departamento de Economía de la Universidad de Chicago y empezaría a publicar en reputados journals de economía y sociología.
De 1906 a 1909 fue profesor en la Universidad de Stanford y de 1911 a 1918 enseñó en la Universidad de Missouri. Finalmente trabajó en la New School for Social Research de 1919 a 1926. Y falleció unos meses antes del Jueves Negro que detonaría la Gran Depresión en 1929.
La teoría de la clase ociosa
En 1899 se publicó su libro “The theory of the Leisure Class”, que se convertiría en una obra reputada en la sociología económica. Él partía de la categoría de ‘clase social’ para analizar la dinámica de la economía industrial estadounidense, que configuraba a una clase social alta que se dedicaba al ocio, exacerbaba su consumo y hacía gala de la ostentación.
Veblen reconocía que esta configuración social elitista no era propia del capitalismo industrial. De hecho, remontaba su origen al inicio de la propiedad privada. No obstante, advertía que en su época las clases bajas estaban impulsando un alto nivel de consumo con el fin de emular a las clases altas.
Crítica a la economía marginalista
En su artículo “Limitations of Marginal Utility” (1909), Veblen analizó y criticó fuertemente a la teoría económica marginalista porque desde su punto de vista la actividad económica no sólo dependía de las elecciones individuales, sino que estaba sometida a hábitos y convenciones sociales.
Para él era inútil la premisa de cálculo racional y utilidad marginal, pues no permitían comprender los fenómenos de la evolución económica. Los marginalistas tomaban como inmutables las condiciones de la propiedad privada y la contratación libre; por tal motivo no mostraban preocupación por investigarlas.
Pionero de la economía institucional
Veblen conceptualizaba las instituciones como un elemento de la estructura cultural, que jugaban un rol muy importante en la sociedad y por ello debían ser estudiadas en profundidad.
Consideraba que una teoría satisfactoria sobre el funcionamiento económico debería construirse a partir de grupos sociales y no de individuos aislados. Siguiendo a Marx, afirmaba que las acciones económicas individuales (consumir y producir) sólo se entienden en comunidad.
Los deseos de consumo (preferencias), los instrumentos de producción (tecnología) y los medios de cambio (dinero) están influenciados -e incluso determinados- por el ambiente institucional.
Algunos de sus aportes más reconocidos se refieren a la dimensión de la producción, en particular a la organización empresarial. En su libro “The Theory of Business Enterprise” (1904) subrayó la importancia de los hábitos y las rutinas como mecanismos para dar continuidad y relativa estabilidad a la producción.
Pionero de la economía evolucionista
Influenciado por las lecturas de Charles Darwin y Herbert Spencer, aplicó novedosamente a la sociedad el concepto de ‘selección natural’ proveniente de la biología. Para Thorstein Veblen, las estructuras sociales iban evolucionando conforme las instituciones son seleccionadas de manera directa o indirecta.
Veía el desarrollo como una secuencia acumulativa de respuestas ante cambios constantes, no sólo en términos económicos, sino también políticos. En su libro “Imperial Germany and the Industrial Revolution” (1915) dilucidó los orígenes económicos de la Primera Guerra Mundial y el avance tecnológico-militar de Alemania.
En el libro “An Inquiry Into The Nature Of Peace And The Terms Of Its Perpetuation” (1917) escribió sobre los posibles acuerdos entre los países beligerantes, donde apuntaba la importancia del restablecimiento de las relaciones económicas dentro y entre países. Y finalmente en “The Engineers and the Price System” (1921) exploró la posibilidad de una revolución socialista en Estados Unidos donde los técnicos jugarían un rol crucial en la dirección del sistema industrial.