El precio de la gasolina en España se ha disparado durante los primeros meses del año 2022 (alimentando la inflación) y todos han buscado culpables. Pero, para conocer las causas, debemos analizar las consecuencias prestando atención a las falacias estadísticas.
Así, unos culpan al Gobierno, debido a que los impuestos suponen una parte importante de la factura. Otros culpan al oligopolio de las empresas productoras o a las bolsas, poniendo el foco en los mercados y la regulación, o la falta de ella. De esta forma, el análisis simple ofrece un caldo de cultivo a la estadística sesgada o errónea.
Pero en la ciencia económica las interpretaciones deben hacerse con sumo cuidado. El análisis es complejo y multifactorial. De hecho, es habitual no prestar atención a ciertos efectos que pueden provocar esas «falacias estadísticas» de las que escribiremos hoy.
No olvidemos que, en muchas ocasiones, los medios ofrecen información que podría incurrir en este tipo de errores, aunque sea de manera inconsciente. Al final, lo que llega al ciudadano es información que no le permite obtener un juicio objetivo de la realidad.
Y tener una imagen equivocada de la realidad supone emitir juicios que también pueden estar equivocados. Por tanto, para tomar una decisión debemos tener claro qué es lo que se nos está mostrando, como veremos con los precios de la gasolina
El precio de la gasolina y el efecto cobra. Hipótesis o prejuicios
En este tipo de falacia, el efecto cobra, nos encontramos ante una situación en la que partimos de un prejuicio y no de una hipótesis. Por ejemplo, en el caso que nos ocupa, podemos centrar nuestra atención en aquello que nos interesa, olvidando el resto.
Así, dependiendo de nuestra afinidad ideológica, podemos pensar que es el oligopolio o los impuestos la variable esencial y muchas veces, única. De esta forma, analizando los datos desde una u otra perspectiva, podemos obtener conclusiones erróneas basadas en esos prejuicios. Miremos la figura.
Centrémonos en los impuestos. Podemos comprobar que parece que subieron menos que los precios antes de impuestos a mediados de marzo de 2022. Además, se ve que es el precio base el que aumenta de manera muy pronunciada y a la inversa con la bajada posterior. Una situación que se repite con el último dato disponible del 25 de abril.
A priori, sin un estudio pormenorizado, parece que son las empresas productoras y sus precios de oferta las que afectan más al precio final cuando este aumenta. Hay que añadir que en España son un oligopolio con pocos oferentes y esto les permite establecer precios de oferta. Eso sí, no nos quedemos aquí…
Si miramos de nuevo el gráfico, la bajada que se produce con posterioridad también parece afectar más al precio base que al impuesto. Ahora la lectura podría ser otra, parece ser el impuesto el que menos baja y, por tanto, frena la reducción de precios en mayor medida. En este caso podríamos culpar a los impuestos.
Sin embargo, un análisis algo más profundo nos aporta una de las posibles causas de esto. Parte del impuesto, en concreto el de hidrocarburos, se calcula sobre la cantidad de gasolina, en consecuencia, no se ve afectado por las variaciones de precios.
Podemos ver que la perspectiva del análisis puede aportarnos información que interpretaremos en función de lo que queremos encontrar y ese no es el objetivo de una investigación. Además, las conclusiones no nos van a servir de mucho. Pero hay más…
La evolución de los precios, el efecto pluma y cohete
Ya hemos explicado en Economipedia qué es el efecto pluma y cohete. De forma resumida, el primero se da cuando baja mucho el precio de un producto con el que se fabrica otro y este último lo hace de forma muy lenta. El segundo (cohete) sería a la inversa, sube poco el precio de uno y el del otro lo hace de manera muy pronunciada.
Una vez más, en el caso de la gasolina podemos encontrar dos puntos de vista. Esta vez queremos centrarnos en las variaciones de precios, de manera que podamos averiguar qué parte es la que tiene mayores subidas y bajadas a lo largo del período estudiado.
Hay que tener en cuenta que una interpretación errónea de estas dos situaciones puede provocar una medida correctora que no es la adecuada por parte de la empresa o de los gobiernos. Además, afecta al análisis de los datos y, por tanto, crean las falacias estadísticas que estamos viendo hoy.
Hemos calculado las tasas de variación del precio de la gasolina antes y después de impuestos y la del precio del barril de Brent (ver figura). Los precios, al igual que en la figura anterior, son hasta el último dato disponible de abril. Por otro lado, hemos incluido unas líneas de tendencia (lineal en el gráfico) calculadas con el método de regresión simple, pero solo a efectos orientativos.
Si nos centramos en los aumentos de precios, observamos el efecto cohete. Este se produjo cuando el Brent vio incrementar su precio de forma considerable el 28 de febrero de 2022 y el de la gasolina super95 aumentó significativamente, sobre todo, sin impuestos, el 7 de marzo.
Los impuestos parecen ser, de nuevo, un freno a la subida. Un razonamiento económico podría ser que, al subir el precio, lo normal es que consumamos menos combustible, al menos temporalmente, y el impuesto de hidrocarburos grava la cantidad. Por tanto, se reduce este tributo a pagar por hidrocarburos, actuando como moderador, sucediendo algo parecido con el IVA, que grava el precio.
Eso sí, en ambos casos el precio sube, pero el que ya incluye los impuestos lo hace en menor medida. No entramos en la cuestión de si los impuestos son o no recomendables, se lo dejamos al lector. Estamos analizando la realidad, sin caer en el efecto cobra y siendo objetivos.
El efecto pluma se da con la bajada de la cotización del barril de Brent el 14 de marzo de 2022. Así, el precio de la gasolina bajó muy poco el 23 de marzo, con y sin impuestos. Vemos que, a partir de aquí, el Brent vuelve a subir (21 de marzo) y parece que la gasolina también lo hace después.
Por tanto, parece que ambos van en el mismo sentido, uno sube (Brent) y la otra (gasolina) también. Pero mientras el primero tiene una variación muy pronunciada, el segundo no, se reduce muy lentamente y de ahí el nombre del efecto pluma. Una vez más, hay que mirar las cosas con mayor detalle…
A partir del 21 de marzo, el precio del barril de Brent vuelve a bajar, pero solo un 4,12%, mientras esta vez la gasolina y el impuesto lo hacen de forma considerable, siendo la bajada del segundo, una vez más, menor. Puede parecer que esta vez no funciona el efecto pluma y no estaríamos equivocados del todo.
Hay que aclarar que cuando se produce un efecto estadístico es porque se da en una mayoría de casos, no siempre. Este en concreto parece funcionar la mayor parte de las veces. Además, al observar la tendencia a lo largo del período (la tendencia lineal), vemos que el Brent tiene una pendiente decreciente y la de la gasolina e impuestos es creciente en el período analizado.
Sabiendo que estos dos efectos se producen, se puede prever la evolución del precio y tomar las medidas adecuadas. Por ejemplo, podemos tener a mano la cotización del Brent y anticiparnos. Así, si este sube, sabemos que la gasolina subirá y, por tanto, nos abasteceremos cuanto antes.
El efecto base y la amplitud de miras
Sobre el efecto base también hemos escrito de forma detallada. Una explicación simple es que, dependiendo de la base que tomemos para comparar dos datos, la interpretación puede ser muy diferente y esto no es baladí.
Aquí vamos a poner un ejemplo sencillo basado en lo que hemos analizado anteriormente. Nos centraremos en el precio del Brent y calcularemos la tasa de variación, pero sobre un precio base determinado. Por ejemplo, el menor y el mayor de todo el período y otros dos puntos de valores atípicos. Veamos qué pasaría entonces.
La primera y la segunda columna se han calculado sobre el máximo y el mínimo del 7 de marzo y el 14 de marzo de 2022, respectivamente. Los del 21 de marzo y 11 de abril se correspondieron con un pico (alta variación) y un valle (baja variación). Estos últimos son datos atípicos.
Si observamos en la tabla, sobre todo en la última fila, vemos el efecto base claramente. Tomando el máximo como base, el precio del último año se redujo (negativo). Sin embargo, en el segundo caso aumentó. En el pico hay una reducción más pronunciada y en el valle un aumento menor que el anterior.
Si estuviéramos analizando las variaciones de precios, las conclusiones serían claramente erróneas. Primero, porque si partimos de un precio muy elevado, aunque parezca que ha bajado, puede ser que ampliando la muestra descubramos que antes era mucho más bajo y, de hecho, eso es lo que ha sucedido si miramos el primer gráfico expuesto.
Por tanto, el efecto base lo que nos dice es que hay que tener mucho cuidado cuando analizamos datos de períodos diferentes. En este caso, la elección de la base adecuada es crucial y hay que evitar, en la medida de lo posible, los valores extremos, máximos o mínimos.
Por ejemplo, la subida de los precios de la gasolina elevó el Índice de Precios al Consumo (IPC) y este es el indicador con el que se calcula la inflación. Al comparar datos de diferentes períodos se debe tener en cuenta este efecto base para evitar que estos datos reflejen subidas o bajadas que pueden ser solo puntuales.
Concluyendo, lo importante es lo que no se ve
Esta frase, lo que no se ve, es del economista y filósofo francés F. Bastiat, uno de los padres del liberalismo económico. Así, en su «falacia de la ventana rota» dejó claro que, precisamente, lo que no vemos a simple vista es lo que suele provocar los problemas mayores en lo que se refiere a la ciencia económica.
Hay que tener en cuenta que los impuestos pueden reducirse por parte del Gobierno, aunque en épocas de crisis no es tan sencillo. Sin embargo, un oligopolio de empresas requiere de una solución más compleja y esta suele involucrar a todos los partidos políticos. Además, las medidas que se tomen pueden hacer más mal que bien si no se tienen en cuenta estas falacias estadísticas.
El precio de la gasolina tiene múltiples factores que inciden sobre él. Todos deben ser tenidos en cuenta, cada uno en su medida. Nosotros hemos hecho algunos análisis muy sencillos para mostrar posibles efectos que distorsionen la realidad.
Por este motivo, creemos que es importante realizar los estudios económicos desde varias perspectivas. Además, deben llevarse a cabo con objetividad, buscando la verdad de los hechos (hipótesis) y no aquello que mejor se adapte a nosotros (prejuicios), sin olvidar que siempre hay que elegir la base adecuada para comparar datos en el tiempo.
En Economipedia te ofrecemos información actual, real, objetiva y útil. Además, utilizamos la ciencia económica para mostrártela y lo hacemos con sencillez, porque nuestro objetivo es que aprendas economía para tu día a día.