Esta misma semana, los principales medios económicos en todo el mundo se hacían eco de una noticia que sembró el miedo entre los inversores y los economistas: Evergrande, uno de los grupos inmobiliarios más grandes de China, se encuentra al borde de la quiebra.
Antes de entrar en materia, debemos saber que Evergrande es una compañía china, la cual se sitúa en el mercado como la segunda promotora inmobiliaria más grande del país. Aun así, Evergrande Real Estate, como se denomina la compañía, forma parte de un complejo entramado industrial, cuyas empresas se enmarcan en una empresa matriz denominada Evergrande Group; conocida previamente como Hengda Group.
En resumen, la compañía asiática, de gran importancia para el país, se encuentra al borde de la quiebra. Ello, ante las dudas sobre si la empresa podrá hacer frente a la deuda de más de 300.000 millones de dólares que arrastra la compañía.
Las duras medidas adoptadas por el Gobierno chino para evitar una burbuja inmobiliaria, a su vez, afectan gravemente en lo que se refiere a la gestión de esta deuda, a la vez que dificultan la refinanciación y la supervivencia de la empresa.
Las acciones de Evergrande en la bolsa de Hong Kong se han desplomado más de un 90% en lo que va de año, mientras la cotización de uno de sus bonos, como muchos ya sabrán, tuvo que intervenirse para frenar las fuertes caídas que se estaban viviendo. Y es que, para que nos hagamos una idea de la magnitud del problema, hablamos de una empresa que emplea a más de 200.000 personas de forma directa, pero que genera más de 4 millones de empleos en el país, de forma indirecta.
Un suceso que podría tener un grave impacto en la economía china, pues la caída del gigante inmobiliario arrastrará a numerosas empresas y empleos, a la vez que podría contagiar a un mercado inmobiliario que ya se ha desplomado un 20% desde principios de este año.
En Economipedia hemos analizado la situación, por lo que, si te interesa, en este artículo te contamos un poco más.
Evergrande: una empresa en apuros
«La compañía estaba muy endeudada, y las nuevas restricciones impedían a Evergrande tanto refinanciar por la imposibilidad de contraer más deudas, como afrontar el pago, pues los precios, y con ellos el beneficio de la empresa, se desplomaban.»
Evergrande es una compañía que nace en Cantón, China, en 1996.
Como hemos comentado, la empresa Evergrande se posiciona como el segundo mayor promotor inmobiliario, en lo que respecta a venta de inmuebles, del país, y vende apartamentos, en su gran mayoría, a clientes de un poder adquisitivo medio-alto.
Aunque la que hoy destaca es Evergrande Real Estate, esta se encuentra dentro de un grupo empresarial, junto a otras empresas filiales que conforman una empresa matriz que conocemos como «Evergrande Group».
Para los que les gusta el futbol, Evergrande es la misma compañía que, en 2010, adquiere el Guangzhou Football Club. Un club de fútbol con sede en la ciudad de Cantón, el cual, tras la entrada de Evergrande, en alianza con Alibaba Group, comenzó a fichar a estrellas como el colombiano Jackson Martinez, o el brasileño, ex jugador del Real Madrid, Robinho. Jugadores a los que pagó cifras astronómicas por jugar en el club chino.
Los beneficios de Evergrande, como el de otras compañías chinas de renombre, comenzaron a crecer notablemente. Una burbuja inmobiliaria se estaba gestando, y los precios de los inmuebles en China no dejaban de crecer con el paso del tiempo, en tanto en cuanto se incrementaba el beneficio de una Evergrande que contaba con una gran cuota de mercado y con los beneficios extra que se derivan de una burbuja inmobiliaria para las empresas que en el sector operan.
Sin embargo, esa escalada en los precios no lograba moderarse, a la vez que las autoridades chinas, el Partido Comunista chino, comenzaron a preocuparse por la situación, así como el efecto de estos precios en la economía de los ciudadanos chinos y, en especial, en la economía china; por la que estaba preocupado un partido que creía haber perdido parte de su poder por el tamaño que habían alcanzado determinadas compañías, entre las que estaba Evergrande.
Debido a esa preocupación, el Gobierno chino, con el fin de acabar con la burbuja inmobiliaria que se estaba gestando en el país y en el marco de un nuevo plan quinquenal y la aplicación de nuevas restricciones, estableció determinados condicionantes que limitarían la capacidad de crecimiento de estas empresas. Ello, limitando la capacidad de endeudamiento y, a su vez, complicando la situación a aquellas empresas más endeudadas para motivar a estas a corregir su situación.
Evergrande, en el momento en el que el Gobierno chino aplica estas restricciones, acumulaba un pasivo que superaba los 300.000 millones de dólares. Asimismo, sus deudas alcanzaban los 100.000 millones de dólares. En otras palabras, la compañía estaba muy endeudada, y las nuevas restricciones impedían a Evergrande tanto refinanciar por la imposibilidad de contraer más deudas, como afrontar el pago, pues los precios, y con ellos el beneficio de la empresa, se desplomaban; registrando un descenso en los precios del sector inmobiliario del 20% desde el inicio de 2021.
Una situación que puso en jaque a la compañía asiática, pues existía la posibilidad de que la compañía, ante semejante escenario, no cumpliese con sus obligaciones. Lo que sembró el pánico entre sus acreedores; que, dicho sea de paso, son muchos y muy importantes.
Una burbuja inmobiliaria que puso a Evergrande contra las cuerdas
«La medida aplicada por el Gobierno establecía que si una promotora no cumplía con ciertos requisitos en lo que respecta a su coeficiente entre deudas y activos y en su apalancamiento, las autoridades limitarían su acceso al crédito.»
Dicho lo cual, es importante resaltar qué medidas trató de implementar el Gobierno chino para relajar la tensión que vivía el mercado inmobiliario y, más importante, sus precios. Pues fueron estas medidas las que, precisamente, «abrieron este melón».
Los problemas que atraviesa la compañía inmobiliaria china comenzaron a mediados del pasado año, cuando el Gobierno chino anunció una política que bautizó como las «tres líneas rojas». Una política que nacía con el objetivo de controlar el creciente precio de la vivienda (visto en el gráfico del apartado anterior) y limitar el capital atraído por el sector inmobiliario. En otras palabras, la medida aplicada por el Gobierno establecía que si una promotora no cumplía con ciertos requisitos en lo que respecta a su coeficiente entre deudas y activos y en su apalancamiento, las autoridades limitarían su acceso al crédito.
Las “tres líneas rojas” que establecía el Gobierno, concretamente, abogaban por que las empresas inmobiliarias poseyeran una ratio pasivos/activos (excluyendo los cobros por anticipado) inferior al 70%, una ratio de apalancamiento neto inferior al 100%, así como una ratio caja/deuda a corto plazo superior a una vez. Dicho de otra forma, tres condiciones que Evergrande ni cumple ni espera cumplir; y que dejaban a Evergrande, como veremos a continuación, en una situación muy complicada.
Con un descenso superior al 90% en el valor de sus acciones, Evergrande se encuentra en serios apuros. Su beneficio no ha dejado de caer desde que comenzó el año, a la vez que los precios en el mercado inmobiliario se moderan. El VIX, que mide el miedo en los mercados –basándose para ello en la volatilidad– rozaba máximos de un año, a la vez que las autoridades intervenían para frenar las caídas con la suspensión de determinados bonos. Una situación a la que se le sumó el comunicado de las distintas agencias de calificación crediticia (Moody’s y Fitch), las cuales alertaban de un «alto riesgo de impago«.
En resumen, el valor de los pasivos rozaba los 300.000 millones, y otras deudas que poseía la compañía ascendían, como decíamos, a más de 100.000 millones de dólares. Sin capacidad de refinanciar por las restricciones aplicadas por el Gobierno, y con los beneficios y la cotización en caída libre por la caída del sector inmobiliario y el miedo de los inversores, la compañía se encuentra al borde del impago y, como consecuencia, al borde de la quiebra.
¿Por qué puede contagiar a la economía?
«De facto tenemos una cantidad ingente de empleos que se destruirían, así como la destrucción de una de las empresas líderes en un sector vital para el crecimiento económico del país.»
Constantemente en la prensa se está hablando sobre la posibilidad de que esta quiebra contagie a la economía china y a la economía mundial, pero, ¿hasta qué punto?
En primer lugar, preocupa la pérdida de confianza en el sector y en el país que supone la quiebra de la segunda promotora del país. Para que nos hagamos una idea de la importancia de este para China, el sector inmobiliario es uno de los principales motores económicos con los que cuenta el país, supeditando este casi un 30% de la producción económica en la segunda economía del mundo. Es decir, casi el 30% de su PIB.
Asimismo, hablamos de una empresa que emplea a más de 200.000 personas de forma directa, pero que genera más de 4 millones de empleos en el país, de forma indirecta. Cualquier quiebra de una empresa tan relevante tendría enormes repercusiones en la economía mundial, y esta no es la excepción.
Con lo cual, de facto tenemos una cantidad ingente de empleos que se destruirían, así como la destrucción de una de las empresas líderes en un sector vital para el crecimiento económico del país; máxime, en un escenario en el que la economía china se desacelera con el paso de los meses. Además, hablamos de un suceso que genera incertidumbre en un escenario en el que ya convivíamos con una excepcional incertidumbre, por lo que, con el resentimiento de la economía, vendrá el resentimiento, como veremos luego, de otros sectores.
Sin embargo, y como decía en esta última línea, no estamos teniendo en cuenta el impacto indirecto que esta situación genera. Pues, de la misma forma que contagia a la economía por su contribución a la actividad económica y al empleo del país, esta contagia a otras empresas del sector y al propio sector, que registra un descenso muy notable desde comienzos de año.
Y es que, con 355.000 millones de dólares en activos, el elevado peso de Evergrande y, más importante aún, su elevado endeudamiento podría derivar en un efecto contagio que acabase generando problemas al sector. En este sentido, las principales agencias de calificación crediticia han mostrado su preocupación, siendo S&P Global Ratings la que avisó de que la volatilidad derivada del problema de Evergrande en el mercado de bonos podría dañar la capacidad de otros promotores para refinanciar su deuda.
Pero es que, antes de acabar, debemos resaltar que, pese a lo que comentamos, el sector tampoco es el último damnificado por el suceso ocurrido, pues el efecto de esto que comentamos traspasa el sector inmobiliario y ya llega a otros sectores, como el bancario, como veremos a continuación.
¿Es Evergrande el nuevo «Lehman Brothers» chino?
«Una situación que, como vemos, prevé traspasar fronteras, afectar a otros sectores e, incluso, afectar a la propia economía del país y sus ciudadanos.»
Por último, es importante señalar que cuando una compañía impaga cerca de 400.000 millones de dólares, es importante resaltar, como ya ocurrió y pudimos ver con el caso de Lehman Brothers en Estados Unidos, que los acreedores son los que sufren el impago y no recuperan el dinero prestado, hoy dinero perdido.
En este caso, detrás de la deuda del «Lehman chino» se encuentran, aproximadamente, unos 128 bancos y más de 120 instituciones no financieras.
De los 300.000 millones que se deben, 281.000 millones se encuentran en manos de inversores chinos. Por lo que el impago afecta de lleno a la economía del país, así como a otros agentes económicos que tendrán que sufrir el impago de un capital como el citado.
Por otro lado, tenemos 19.000 millones que se encuentran en manos extranjeras. Entre estas, destacan las de Blackrock, UBS, Amundi, Blackstone, Fidelity, Goldman Sachs, Allianz, así como las numerosas empresas tanto financieras como no financieras que poseen intereses en esta compañía y que, como es obvio, sufrirán las pérdidas que de este suceso se deriven.
Como en su día ocurrió con Lehman Brothers, debemos tener en cuenta esto que comentamos y, con los datos en la mano, ver cómo controlamos una situación que, como vemos, prevé traspasar fronteras, afectar a otros sectores e, incluso, afectar a la propia economía del país y sus ciudadanos. La quiebra de Evergrande no es un suceso cualquiera, y así lo están comunicando los medios y los mercados.
Por lo que, aun habiéndolo analizado en La Lupa Económica de Economipedia, era necesario un análisis más extenso y detallado, como el que aquí te ofrecemos.