Estructura financiera
La estructura financiera de una empresa es la composición de las fuentes de financiación o pasivo formadas por los recursos ajenos, representados por las deudas a corto y largo plazo, y los recursos propios o también llamados patrimonio neto.
Por tanto, podemos decir que dicha estructura se representa en el pasivo del balance de una empresa y sería el que representa la financiación. Como contrapartida, el activo se relaciona con la inversión.
El primero es el que informa sobre la forma de financiarse, por tanto, analiza el aspecto financiero. El segundo, dónde se invierte, es decir, el aspecto económico.
La estructura financiera y el coste financiero
El análisis de la estructura de los pasivos es uno de los más importantes de una empresa. Sobre todo, porque controla aspectos como la posibilidad de un apalancamiento excesivo o de tener recursos ociosos. Para hacerlo, es importante conocer la composición de nuestras fuentes de financiación, tanto propia como ajena. Pero veamos cuál es el coste de cada fuente:
- Empecemos por la financiación propia. Al provenir de los propios accionistas, tiene un coste financiero intrínseco, los dividendos pagados por las acciones. Este está relacionado con el mercado de capitales en las empresas que cotizan. En el resto, sobre todo las Pymes, se debe utilizar un interés de referencia. Por ejemplo, de la deuda pública. Si tener nuestro dinero en la empresa nos genera menos réditos que invertirlo, puede que no estemos haciendo una distribución eficiente del capital.
- La financiación ajena tiene un coste extrínseco. En este caso, lo más habitual en las Pymes son los préstamos, cuyo coste es fácil de calcular. Este es el tipo de interés y las posibles comisiones, calculados ambos, por ejemplo, a través de la Tasa Anual Equivalente (TAE). En las empresas que cotizan en bolsa existe, además, otra modalidad: la emisión de obligaciones. En este caso, el coste es el cupón que se paga al obligacionista.
El director financiero debe analizar en profundidad el pasivo para saber si se ha construido de forma eficaz y eficiente. Los ratios financieros pueden ayudar en el estudio de la calidad de los diferentes tipos de pasivos. Por eso se recomienda su uso en el análisis financiero de la empresa. Estos indicadores permiten hacer comparaciones con otras empresas del sector.
Las fuentes de financiación internas y externas
Como hemos visto en la definición, las fuentes son principalmente dos y dependen de las personas o entidades de las que obtenemos la financiación:
- Por un lado, las internas o financiación propia. Estas las conforman, sobre todo, cuatro grandes partidas. El capital social, que son las aportaciones que hacen los socios. Las reservas, que son partes del beneficio que permanecen en la empresa y no se reparten como dividendos. Los resultados del ejercicio, en caso de obtener beneficios, que se deberá decidir dónde se aplican. Y, por último y no menos importantes, las subvenciones de capital o donaciones. Se llaman fuentes internas porque son generadas en la propia empresa.
- En segundo término, estarían las fuentes externas o financiación ajena. Aquí podemos distinguir el largo plazo, con las deudas contraídas con entidades bancarias (préstamos) o la financiación que nos hacen los proveedores de inmovilizados. Por otra parte, a corto plazo estaría la financiación de los proveedores y el resto de cuentas de pasivo corriente. Se llaman externas porque no es la empresa sino el mercado el que las ofrece.
Existe otra forma de clasificación del pasivo, en función del tiempo. Así tenemos el patrimonio neto (PN) y pasivo no corriente o fijo, que son los llamados capitales permanentes, ya que están en la empresa por largos períodos. Por otro lado, el pasivo corriente o circulante, que es a corto plazo (menos de un año) y que lo conforman sobre todo las cuentas de deudas a corto plazo, proveedores y acreedores.
Ejemplo de estructura financiera
Imaginemos un pasivo como el que se ve en la imagen. En él tenemos un patrimonio neto formado por el capital social, reservas, resultados y subvenciones y dos pasivos exigibles, a largo plazo, formado por deudas y proveedores de inmovilizado y a corto plazo, con los proveedores y los acreedores. El total del pasivo es la suma de estos tres conceptos o masas patrimoniales.
Como podemos observar, los capitales permanentes, son aquellos que se sitúan en el largo plazo, es decir, el patrimonio neto y el pasivo no corriente o fijo. El circulante sería aquel que es a corto plazo. La financiación propia la conforma dicho patrimonio neto y la ajena el llamado pasivo exigible (no corriente y corriente). Como vemos, se suelen incluir al menos dos años (lo habitual son de tres a cinco) a efectos de comparaciones.