Ecoblanqueo o greenwahsing

El ecoblanqueo o greenwahsing se refiere a un conjunto de acciones que realizan las empresas para aparentar que son responsables y respetuosas con el medioambiente. Pero, realmente, no lo son.

Es decir, el ecoblanqueo o greenwahsing es concretamente hacer uso de una serie de técnicas conocidas como lavado verde que contribuye al cambio de imagen de una empresa. Dado que, se le percibe como una empresa comprometida y respetuosa con el problema del medioambiente. Sin embargo, en la realidad las empresas aplican técnicas poco o nada sostenibles.

Claramente, las empresas practican el ecoblanqueo porque los consumidores son exigentes con el tema del medioambiente. Por lo tanto, sus decisiones de compra están muy relacionadas con las prácticas éticas que aplican las empresas para alcanzar el desarrollo sostenible.

De la misma forma, los inversionistas están buscando invertir en empresas socialmente responsables y que cumplan con los criterios ESG.  Por ello, las empresas emplean el greenwashing, para ofrecer productos financieros que en apariencia son respetuosos con el tema medioambiental.

Por esa razón, la práctica del ecoblanqueo se ha generalizado en empresas que se dedican a distintas actividades. Como empresas de alimentos, automotrices, energéticas, financieras, de moda, de transporte o de turismo, entre algunas que se pueden mencionar. Pero, lo más grave es que, incluso, son técnicas aplicadas por organizaciones públicas y fundaciones.

Tipos de ecoblanqueo o greenwashing según Greenpeace

Es importante aclarar que, Greenpeace es una organización ambientalista que tiene presencia a nivel internacional. Es una organización que trabaja de manera independiente, tanto política, como económicamente para la defensa de la paz y del medio ambiente.

Para Greenpeace los tipos de ecoblanqueo o greenwashing que las empresas utilizan son los siguientes:

• Negocio sucio: Es la modalidad en la cual las empresas promueven sus productos como si fueran amigables con el medioambiente. Sin embargo, el eje central de la actividad empresarial resulta contaminante y no contribuye a la sostenibilidad del medioambiente.
• Publicidad engañosa: Esta técnica consiste en generar campañas publicitarias que se enfocan en exagerar un determinado logro ambiental que realiza la empresa. Pero, esto se hace con el propósito de desviar la atención sobre los verdaderos problemas ambientales que puede producir la empresa. Al llevar a cabo actividades poco sostenibles.
• Giro político: Se da cuando la empresa manifiesta compromisos y declaraciones a favor de causas ecológicas y medioambientales.  Aunque, de forma paralela, se opone radicalmente a todo tipo de regulación ambiental.
• Obediencia a la ley: En esta práctica, la empresa hace creer que está haciendo logros ambientales de manera voluntaria. Pero, en realidad, está actuando bajo las exigencias de la regulación ambiental.

Prácticas empresariales que corresponden al ecoblanqueo o greenwashing

Generalmente, las empresas se valen de la publicidad y el marketing para que los consumidores hagan asociaciones positivas con la imagen corporativa de la empresa.

Es decir, el consumidor llega a considerar que la empresa está fundamentada en valores éticos y sostenibles. Cuyas marcas y productos están comprometidos con la conservación del medio ambiente. Aunque, en realidad se trata de comunicar mensajes engañosos que producen una visión distorsionada de la realidad.

Entre las prácticas más comunes que utilizan las empresas de ecoblanqueo, para engañar al consumidor, encontramos:

• Trade offs o contrapartidas ocultas: Se refiere a todo tipo de afirmaciones positivas sobre un producto que resultan amigables con el medio ambiente. En contraposición, las empresas dejan de mencionar otros aspectos que podrían resultar más dañinos para el medioambiente.
• Ausencia de pruebas: Esta práctica se produce cuando las afirmaciones en favor del medio ambiente no pueden verificarse fácilmente. Esto puede suceder por no tener acceso a los datos o por no contar con certificaciones de organizaciones o autoridades que están fuera de la empresa.
• Aseveraciones vagas: Las empresas hacen afirmaciones muy vagas con el propósito de producir confusión en los consumidores. Estas aseveraciones solo los expertos las pueden entender, por ello resultan confusas.
• Logros irrelevantes: Se refiere a logros que son verdaderos y que tienen buena acogida, pero que no representan una utilidad real para el consumidor.
• Lo menos malo: En este caso se usan afirmaciones irrelevantes que resultan cuestionables con las causas ambientales. Se oye bien, pero no ayudan a las causas ecológicas.
• Etiquetado falaz: Se produce cuando se emplean palabras, frases o imágenes que se relacionan con los procesos de certificación de los productos. Lo que hace que el consumidor crea que se está cumpliendo con los criterios de certificación, cuando en realidad ese criterio no existe. Aplicando expresiones como bio, eco, 100% natural, por ejemplo.
• Comunicar un mensaje falso: Es simplemente el uso de mensajes que impactan fuertemente al consumidor y lo impresionan. Aunque, finalmente son falaces.

¿Por qué las empresas utilizan el ecoblanqueo?

Las principales razones del porqué las empresas utilizan estas prácticas son:

• Desean mejorar su identidad corporativa.
• Para evitar críticas sobre malas prácticas ambientalistas.
• Atraer consumidores e inversores exigentes y responsables con el medioambiente.
• Alcanzar una ventaja sobre la competencia.
• En general, mejorar la percepción de la empresa frente al consumidor y al inversor comprometido con el desarrollo sostenible.
• Para incrementar su nivel de ventas e ingresos.

Conclusiones

En consecuencia, podrás darte cuenta de que las prácticas del ecoblanqueo transmiten una falsa imagen corporativa. Por lo tanto, no es una práctica que resulte ética y mucho menos responsable para atraer consumidores y potenciales inversores.

Dado que, al descubrirse, la verdad puede causar mayor perjuicio para la empresa y el daño puede resultar irreversible. Al perderse la confianza en los valores corporativos de la organización.

Es cierto, que las tendencias del mercado apuntan a muchas exigencias ecológicas, que a lo mejor resultan difíciles de cumplir. Pero, una empresa responsable deberá ir haciendo cambios paulatinos.

Con el fin de ir adaptando sus procesos de producción, comercialización y transporte, los cuales deben resultar amigables con el ambiente. Solo así se podrá lograr una imagen corporativa de la empresa comprometida con la sostenibilidad del planeta.