Mercado de valores
El mercado de valores es el espacio físico o virtual donde las empresas privadas y públicas de todo el mundo acuden para financiarse, captando el ahorro de los inversores, a quienes les ofrecen distintos beneficios y rentabilidades en función de la naturaleza del título de la compañía que adquieran.
Cuando decimos “títulos”, nos referimos a distintos activos financieros que las empresas emiten y los inversores pueden comprar a cambio de una rentabilidad.
Conviene saber que cuando hablamos del mercado de valores en general, nos referimos al conjunto de bolsas de valores. Si bien es cierto, no obstante, que en la jerga bursátil se utilizan como sinónimos.
Por ejemplo, el mercado de valores de Estados Unidos está compuesto por diferentes bolsas de valores. Entre las cuales, destaca la NYSE.
¿Cómo funciona el mercado de valores?
El mercado de valores se entiende como un gran mercado mayorista donde las empresas acuden para obtener dinero de inversores interesados en ganar una rentabilidad con sus ahorros.
La compañías tienen, principalmente, dos formas de obtener fondos.
Adquiriendo deuda
Mediante préstamos que posteriormente tendrán que devolver a su acreedor. Estos préstamos pueden provenir de entidades financieras de crédito o pueden ser emitidos por la propia compañía que necesita fondos.
En este segundo caso, que es el que tendremos en cuenta a lo largo del artículo ya que se engloba dentro del mercado de capitales, se dice que la empresa emite títulos de deuda.
Los títulos de deuda forman parte del mercado de renta fija. La renta fija ofrece rentabilidades fijas que el comprador conoce en el momento de la adquisición, siempre y cuando este las mantenga hasta su vencimiento. Es decir, cuando no las vende antes de que venzan. La renta fija se adquiere en las bolsas de valores.
A partir de la emisión de acciones
Es decir, de compartir la propiedad de la compañía sin la obligación de devolver el dinero a su inversor. Las acciones pertenecen al mercado de la renta variable y, a diferencia de la renta fija, no ofrecen una rentabilidad conocida de antemano por su inversor en el momento de la compra.
Además, las empresas emiten acciones con diferentes propósitos. Por ejemplo, para efectuar ampliaciones de capital. Sino que se exponen a la fluctuación de los precios de cotización, que pueden ir a favor o en contra de los intereses del inversor, generándole beneficios o pérdidas. Al igual que ocurre con la renta fija, las acciones también se compran en las bolsas de valores.
Cuando realizan emisiones nuevas, ya sea de renta variable o de renta fija, las empresas deben acudir al denominado mercado primario. Es decir, el mercado primario acoge los nacimientos de las emisiones de las empresas para financiarse.
El mercado donde los inversores intercambian títulos se llama mercado secundario, comúnmente conocido como la bolsa (bolsa de valores). En ella, estos activos tienen un precio de cotización público y los inversores negocian entre sí comprando y vendiendo. Las empresas no reciben fondos a través de este mercado, pero sí pueden beneficiarse con revalorizaciones de la sociedad si el precio de cotización de las acciones aumenta, consecuencia de haber más compradores que vendedores en torno a ese valor.
Tipos de productos
En cuanto a la renta fija, existe deuda pública, que emiten las Administraciones Públicas como países, Estados o comunidades autónomas, y deuda privada, emitida por empresas privadas.
La renta fija engloba productos como letras del Tesoro, bonos y obligaciones del Estado. La renta fija consiste en deuda que emiten empresas privadas. Algunos tipos de deuda son los pagarés, bonos y obligaciones simples, subordinados y estructurados, cédulas, bonos hipotecarios, bonos de titulización o CoCos, entre otros muchos.
En cuanto a la renta variable, principalmente se negocian acciones.
Riesgos del mercado de valores
Toda inversión conlleva asumir riesgos para obtener rentabilidad, por lo que conviene conocerlos antes de dar el paso. Entre ellos:
- Riesgo de mercado: Consiste en la posibilidad de incurrir en pérdidas como consecuencia de movimientos adversos en el precio de cotización del activo.
- Riesgo de liquidez: Es el riesgo de no poder vender fácilmente un activo del cual el inversor quiere deshacerse para conseguir dinero y, en consecuencia, tener que vender con pérdidas al verse obligado a aceptar un precio inferior al que pide.
- Riesgo de crédito: Afecta a los títulos de renta fija y consiste en sufrir pérdidas derivadas del incumplimiento del pago de intereses o principal de la deuda al bonista.
- Riesgo de tipos de interés: Afecta a los valores de renta fija y se traduce en pérdidas derivadas de movimientos adversos en los tipos de interés, que provoca caídas en el precio del título.
- Riesgo de tipo de cambio: Afecta a cualquier título que esté denominado en una divisa distinta a la del inversor y conduce a pérdidas provocadas por movimientos adversos en el tipo de cambio. Por ejemplo, que mi bono denominado en yenes se aprecie contra mi moneda local, el dólar.
Importancia del mercado de valores
El mercado de valores permite y favorece el desarrollo económico de los países, en la medida en que canaliza parte del ahorro de los agentes económicos -personas físicas y empresas- hacia la inversión en compañías que necesitan financiar para sacar adelante sus proyectos.