Ministro
Un ministro es la persona encargada de planificar, dirigir y coordinar la acción del Gobierno en un departamento determinado. Así, es el máximo responsable en su área de actuación.
El ministro es uno de los miembros del poder ejecutivo, es decir, del Gobierno. Este se divide en una serie de ministerios con el fin de facilitar la administración de todas las áreas susceptibles del Estado.
Los ministerios son los departamentos en los que se dividen todas estas áreas. Dicho esto, el ministro es la persona, designada por el presidente, que encabeza y dirige todas las acciones sobre las que tiene competencia dicho ministerio.
Debido a las amplias tareas que tiene que dirigir, el ministerio está a su vez dividido en secretarías y otros departamentos. Los encargados de dirigir estas secretarías están designados por el ministro.
Funciones del ministro
Las funciones del ministro vienen recogidas en la ley específica de cada país. Aunque se comparten numerosas de ellas con otros países, vamos a mencionar algunas de las funciones que realizan los ministros en España, recogidas en la ley 40/2015:
- Ejercer la potestad reglamentaria en las materias de su departamento.
- Fijar los objetivos del ministerio y los recursos empleados.
- Fijar la organización del ministerio.
- Mantener las relaciones con las Comunidades Autónomas.
- Dirigir la actuación de los titulares de los órganos superiores y directivos del ministerio.
- Revisar de oficio los actos administrativos y resolver los conflictos de atribuciones cuando les corresponda.
- Otorgar premios y recompensas propios del departamento.
- Imponer la sanción de separación del servicio por faltas muy graves.
Aunque la ley establece algunas funciones más, este listado nos sirve para reafirmar que los ministros llevan a cabo la dirección y planificación de todo cuanto ocurre dentro de su ministerio.
El ministro en los sistemas parlamentarios
La figura del ministro tiene algunas diferenciaciones dependiendo de si se trata de un régimen parlamentario o uno presidencial. Estas tienen que ver con su nombramiento, poder y cese.
Los sistemas o regímenes parlamentarios se caracterizan por tener un poder ejecutivo muy homogéneo. Es decir, las decisiones del consejo de ministros se toman en consenso y requieren de una aprobación mayoritaria y consensuada para llevarlas a cabo. Por lo tanto, el poder del ministro es bastante amplio. Además, las competencias referidas a su cartera, es decir, a su ministerio, son atribución exclusiva del propio ministro.
Aunque poder ejecutivo y legislativo están bastante entrelazados, y los ministros suelen formar parte de la cámara legislativa, no tienen la obligación de pertenecer a ella. Para ser elegido diputado se ha de ir en las listas electorales, pero el presidente puede elegir como ministro a alguien externo. En este caso, no tomaría parte en las votaciones legislativas, pero sí que podría ser interpelado en el Parlamento.
Respecto a su nombramiento, el ministro es designado por el presidente o primer ministro por criterio propio. También puede cesarle en cualquier momento. Los ministros son responsables ante el Parlamento, pueden ser revocados, junto al resto del poder ejecutivo, a través de una moción de censura.
En los sistemas presidenciales
Estados Unidos es el modelo paradigmático de presidencialismo, y vamos a ver cómo actúan sus ministros. En primer lugar, mencionar que estos se sitúan en una posición de inferioridad respecto al presidente. También componen el poder ejecutivo, pero no es una relación entre iguales.
Su elección también es diferente, sí que son escogidos por el presidente, pero la diferencia radica en que tienen que ser ratificados por el Senado, bastando la mayoría simple en su elección.
La marcada separación de poderes establece una clara diferenciación entre legislativo y ejecutivo. Ello conlleva a que los ministros, llamados secretarios de Estado, no tengan que rendir cuentas ante el Congreso. Así, el cese de los mismos solo puede producirse por fin de mandato, dimisión o por impeachment.