Republicanismo

El republicanismo es una doctrina o corriente ideológica. Esta defiende, en contraposición a la monarquía, la república como forma de gobierno. A su vez, también promueve otros valores como la justicia y la igualdad.

Hablar de republicanismo no es nada sencillo, ya que el término tiene diferentes acepciones.

De forma simple, pero inequívoca, hablar de republicanismo es hablar de una forma de gobierno. Una forma de gobierno en la que el poder no es detentado por un rey o dictador. Sino que el jefe de la república es elegido por el pueblo a través del sufragio universal.

Por otro lado, republicanismo entraña otra serie de cuestiones, como que el Gobierno lo detenta el conjunto de la población y en búsqueda del interés general.

Como toda forma de gobierno, depende del contexto. No es lo mismo hablar de la República Norteamericana de los siglos XX y XXI, que de la República romana. Como tampoco sería justo mezclar estas repúblicas con la República Popular Democrática de Corea. El republicanismo entraña una serie de valores y características más allá de la simple inexistencia de un rey a la cabeza de la nación.

Origen e historia del republicanismo

República es un término que proviene del latín res pública, que significa “cosa pública”.

Por tanto, para los romanos, la república hacía referencia a los asuntos públicos en los que los ciudadanos debían de tomar partida. En la Antigua Grecia, Platón y Aristóteles fueron los primeros filósofos en teorizar sobre la república como manera en la que se debía gobernar la polis.

Para Platón, la república era la forma deseable de gobierno, caracterizada por dividir a la población en tres grandes grupos. El primero, en la cúspide, compuesto por los más capaces e inteligentes, que a su juicio eran los filósofos. En un escalón intermedio los guerreros, que no disponían de propiedades, sino que su valía y función eran la de defender la polis. Y, por último, en la base de la pirámide se encontraban los trabajadores y artesanos, cuya función era el sustento del resto de la población.

Aristóteles, por su parte, estableció una tipología de Gobiernos en la que la república era la forma deseable, degenerando en democracia. La diferencia entre ambas es que en la primera es el interés común el que prima; mientras que en la segunda lo hace el interés propio.

Para volver a hablar de república hemos de viajar a la Edad Media. Donde surgió como contraposición a las monarquías de la época. Maquiavelo fue el encargado de su teorización, acuñándolas como la forma más deseable.

El republicanismo y la república que conocemos tienen su origen al comienzo de la Edad Contemporánea, con el inicio de la Revolución francesa. Uno de sus inspiradores más relevantes fue el filósofo Rousseau. Dando fin al Antiguo Régimen, la Primera República Francesa inspiró los valores del republicanismo que ha llegado hasta nuestros días. Caracterizado por la igualdad, la justicia, la libertad, la fraternidad, la soberanía popular y el bien común como valores primordiales.

Características del republicanismo

El republicanismo, en su conceptualización moderna, comparte una serie de características y valores:

  • Igualdad: Todos los ciudadanos tienen los mismos derechos, obligaciones y oportunidades. También son iguales ante la ley.
  • Libertad: Los ciudadanos son libres y tienen una amplia provisión de derechos. Al contrario de lo que sucede en los regímenes no democráticos.
  • Justicia: El republicanismo promueve la justicia como medio garante del resto de valores. Ante comportamientos despóticos o que promuevan la desigualdad, la justicia actuará conforme contemple la ley.
  • Soberanía popular: La voluntad del Estado no depende de las decisiones de un rey o camarilla, sino que es el conjunto del pueblo quien determina sus intereses. Por ello, los ciudadanos han de participar en la vida pública, eligiendo por sufragio a sus representantes.
  • Separación de poderes: Una república ha de contar con este principio fundamental. Ejecutivo, legislativo y judicial han de ser poderes independientes, se controlan mutuamente limitando la acumulación de poder.

El republicanismo y la democracia

Es preciso señalar que aunque en su origen el republicanismo luchaba contra otras formas de gobierno, siendo la única que garantizaba la participación de la sociedad en la vida pública, eso ya no es así. 

Contra las monarquías absolutas, los imperios y las posteriores monarquías constitucionales, la república sí que era la única forma de gobierno que se oponía a las prácticas no democráticas de las recientemente citadas. Pero, con la proliferación, durante el siglo XX, de las monarquías parlamentarias, estos regímenes también disponen de todas las características anteriormente citadas que se le atribuyen al republicanismo.

De hecho, tres de los cinco países más democráticos del mundo son monarquías: Noruega, Suecia y Nueva Zelanda. 

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Alfredo Marín García , 08 de junio, 2021
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