Materialismo cultural
El materialismo cultural es un enfoque de investigación que sostiene que los elementos materiales son los que determinan el grado de desarrollo y avance de una sociedad.
La idea detrás del materialismo cultural es que la sociedad, su grado de desarrollo y evolución, se explica con base en sus condiciones materiales. Se trata de una metodología, un enfoque, una forma de estudiar las culturas y sociedades.
Decimos que es de inspiración marxista porque recoge los conceptos de infraestructura, estructura y superestructura. Cada uno de ellos va determinado por el anterior, es decir, es una teoría que va de abajo hacia arriba. Los elementos más básicos explican los más complejos.
Aunque es de inspiración marxista, fue ideado y desarrollado por el antropólogo norteamericano Marvin Harris.
Elementos del materialismo cultural
El materialismo cultural tiene estos tres elementos que explican los comportamientos de una determinada sociedad.
Infraestructura
Esta es la base de la teoría, son los elementos materiales más básicos. Son las relaciones de producción, las técnicas, los recursos utilizados, la tecnología, la energía, la alimentación, la reproducción. Es decir, todo lo básico en el día a día de cualquier sociedad.
Se divide en dos, por un lado, las formas de producción, que tendrían que ver con todo lo relacionado con el trabajo. Y, por otro lado, las formas de reproducción, relacionadas con la perpetuación de la especie de esa comunidad.
Estructura
Es el nivel que se sitúa inmediatamente por encima del anterior. Por ende, su comprensión y funcionamiento es más complejo. Se divide en el sistema económico y el sistema político.
La interrelación de los elementos materiales de la infraestructura da lugar a la formación de unos sistemas político-económicos determinados. Es decir, la existencia de unas técnicas de producción determinadas, el uso de cierta tecnología y de ciertos conocimientos empresariales. Esto generará una división de trabajo determinada, a unos sectores empresariales determinados, a unos u otros mercados, etc.
En el ámbito político ocurre lo mismo, la jerarquización social, las asociaciones existentes y las relaciones de poder darán pie al sistema político, y a los órganos y leyes que determinan las relaciones políticas.
Superestructura
Es el nivel superior, es la consecuencia de las relaciones existentes en los dos niveles previos. Su resultado es la cultura de una determinada sociedad. El modo de ser de las personas, su religión, costumbres, música que escuchan, deportes que practican, ideologías políticas predominantes, tabúes, gastronomía, tradiciones, etc.
Cada una de estas variables viene explicada por la estructura y más profundamente por la infraestructura. Así, un cambio en cualquiera de estos elementos finales hemos de buscarlo en el nivel más bajo.
Ejemplo de materialismo cultural
Para entender mejor este enfoque metodológico vamos a ver el ejemplo de las vacas en la India. Aunque existen más ejemplos, este es uno de los que más claro deja esta forma de estudio de las culturas.
La cuestión es la siguiente, ¿por qué en un país, en términos generales, pobre como la India, la vaca es sagrada y no puede ser comida? Se debe a la escasez de animales de tracción cuyo fin es arar la tierra.
La creencia final, de justificación religiosa, no viene dada porque sí o de manera divina, sino que es una necesidad situada en la infraestructura lo que la determina. La vaca es más útil viva que muerta. De hecho, además de servir para arar el campo, también tiene otras utilidades como el abono o la leche.
La infraestructura sería el arado como técnica de producción. La estructura, como consecuencia, sería la agricultura como sector económico de gran peso. Y, por último, la superestructura, la creencia religiosa de que la vaca es sagrada.
Otro ejemplo lo tenemos con el fin de la esclavitud. Según algunos sociólogos, esto no vino de la creencia ética y moral de que no se podía comerciar y explotar a seres humanos, sino que su productividad era tan baja, que en la relación coste–eficacia salían más rentables los trabajadores que los esclavos. A estos últimos, recordemos, había que criarlos desde pequeños con todos los gastos que ello supone para que luego trabajasen con una baja productividad debido a las condiciones soportadas.