Karl Polanyi fue un científico social austriaco, conocido por la relación que hizo entre la historia económica y la teoría antropológica-sociológica, para la explicación de cambios en los sistemas económicos.
Karl Polanyi (1886-1964) nació en Viena, Austria. Sus años de juventud los pasó en Hungría, estudiando Filosofía y Derecho. Lideró movimientos estudiantiles de ideas progresistas y llegó a fungir como secretario general de un partido político radical.
Tras experimentar la situación de la Primera Guerra Mundial y el ascenso del fascismo en varios países de la Europa continental, decidió emigrar a Inglaterra en 1933. Allí cofundó un pequeño grupo de “Izquierda Cristiana” y profundizó en la historia económica y social inglesa.
En 1947 le dieron un nombramiento como profesor visitante en la Universidad de Columbia. Pero tuvo que establecerse con su familia en Canadá, pues a su esposa no la dejaron entrar a Estados Unidos por su anterior militancia socialista. Ahí permaneció hasta su muerte.
La oposición de Polany al pensamiento económico tradicional y al monetarismo es parte del acervo de la historia de la economía y de la sociología. Se le considera el creador del sustantivismo, un tipo de enfoque cultural de la economía, que hacía hincapié en la forma en que las economías están integradas en la sociedad y la cultura.
Aunque su punto de vista es contrario a la corriente principal de la economía ortodoxa su influencia destaca en la antropología, la historia económica, la sociología económica y la ciencia política. Asimismo es muy considerado dentro de las posiciones más sociales de la economía como el Keynesianismo y la Teoría Monetaria Moderna.
Indagaciones económicas y antropológicas
Polanyi se acercó al pensamiento de Marx y de economistas austriacos, pues se cuestionaba mucho sobre la viabilidad del socialismo. Rechazaba las teorías deterministas que intentaban explicar los vaivenes del comportamiento social.
Consideraba que el humano no puede ser representado como un autómata que calcula placeres (homo economics), sino que debe ser concebido como un ser social con múltiples intereses e incentivos.
Señalaba la necesidad de pensar y construir una alternativa distinta al capitalismo liberal y al socialismo centralizado. Para ello se remontó al estudio de las relaciones humanas dentro de comunidades donde no predominaba el dinero, ni el mercado.
Polanyi consideraba que la teoría económica debería estudiar los sistemas económicos (producción, distribución y consumo) de las sociedades humanas y no sólo enfocarse en el mercado o el sistema de precios.
Por ese motivo estudió la economía de las civilizaciones antiguas. Plasmó sus análisis en varios artículos y en el libro “Comercio y mercado en los imperios antiguos” (1957), escrito junto con otros investigadores. Ahí evidenciaba que la economía había estado “encastrada” o “embebida” dentro de reglas sociales, culturales y políticas durante mucho tiempo.
La gran transformación
Escribió el libro “La gran transformación” (1944) durante una estancia en el Bennington College en los años 1940-1943. Allí explicaba las causas y consecuencias de la Revolución industrial y el auge del capitalismo en Inglaterra.
El sistema mercantil predominante en el capitalismo liberal había sido el primer modo de producción-distribución que se había “desencastrado” y se había posicionado como el supremo regulador de la vida social, convirtiendo el trabajo y la tierra en unas mercancías más.
Hubo numerosos levantamientos sociales que exigían el aumento de los salarios, mejores condiciones en el espacio laboral, la prohibición del trabajo infantil, entre otras demandas. Polanyi advierte que algunos veían ahí una conspiración antiliberal concertada, pero para él era simplemente la reacción social que quería contrarrestar la creciente expansión del sistema mercantil.
La ideación y construcción de una alternativa
Karl Polanyi retomaba la división aristotélica entre la economía (prima el valor de uso, para satisfacer necesidades humanas) y la crematística (prima el valor de cambio, para acumular dinero). Según esta distinción, el capitalismo liberal sería crematístico pues había convertido la ganancia en el motivo ubicuo de la actividad económica.
Él se percató de la constante presencia de la reciprocidad y la redistribución como mecanismos para asignar recursos con base en la confianza. Por esa razón ideó un modelo de asociaciones entre productores y consumidores que determinaran conjunta y democráticamente la distribución de los recursos comunes. Pese a que Polanyi no ejecutó esta alternativa, se le puede considerar como un teórico del cooperativismo y de la economía solidaria.