Hedging
El hedging se puede definir como un conjunto de estrategias que se utilizan en el mercado financiero para resguardar una inversión contra cualquier movimiento desfavorable que se pueda presentar en el mercado.
En otras palabras, se puede decir que el hedging o cobertura consiste en abrir nuevas posiciones estratégicas de inversión. Esto con el propósito de proteger las inversiones existentes contra las variaciones impredecibles que se puedan presentar en los mercados. Los cambios impredecibles de los mercados habitualmente resultan riesgosos. Pero, cuando se hace uso de las estrategias de cobertura adecuadas, ayudan a que el riesgo sea mínimo.
Sin duda, lo que se pretende al aplicar en forma práctica esta estrategia es lograr mantenerse en dos o más posiciones diferentes al mismo tiempo dentro del mercado. Con la finalidad de que, si en una primera inversión se pierde. Con otra posición de inversión que está logrando ganancia no se pierda o sea menor el nivel de pérdida.
Efectivamente, el hedging se puede considerar como una forma de seguro para las inversiones. Entendiendo que no es una estrategia que se emplea para ganar más. Si no es una estrategia que funciona de manera defensiva ante los riesgos. Es decir, si en una inversión vamos a perder, con la estrategia de cobertura se pierde menos.
Entonces, cuando el inversionista maneja la estrategia de cobertura, lo que realmente busca es reducir riesgos. Se asegura que, ante un impacto adverso del mercado, se minimice el impacto negativo sobre sus inversiones.
¿Por qué es importante entender el hedging o cobertura para los inversionistas?
En efecto, para cualquier inversionista es fundamental conocer cómo funciona el hedging o cobertura. Dado que, es una estrategia que se emplea para gestionar el riesgo de una inversión. El riesgo por medio del hedging puede gestionarse tanto en el corto, como en el largo plazo. La estrategia protege de los cambios adversos que se presentan en el mercado.
Naturalmente, es una estrategia que protege contra las posibles pérdidas que se pueden producir en los mercados financieros. Especialmente cuando los mercados presentan diversos cambios. Como cambios en la volatilidad de los precios, cambios en las tasas de interés o fluctuaciones en el mercado de divisas. El hedging permite contrarrestar estos riesgos, minimizando o evitando las pérdidas.
¿Cómo funciona el hedging o cobertura?
Generalmente, el hedging funciona al realizar operaciones de inversión complementarias para lograr contrarrestar o equilibrar los riesgos. Una opción de cobertura puede llevarse a cabo con un mismo activo de inversión que se compra y vende en momentos diferentes. Esto para lograr sacar el máximo provecho a las fluctuaciones que se puedan presentar dentro de los mercados.
Otra forma, puede ser emplear un derivado financiero del activo que se desea proteger. Para ello, es importante considerar las unidades que se requieren para compensar las pérdidas esperadas. Los derivados financieros que se pueden manejar con contratos a futuros, opciones, swaps y contratos a plazo.
Los derivados son instrumentos que ayudan a mantener el nivel de liquidez, estabilidad y profundidad en los mercados financieros. Dado que, con ellos se pueden diversificar las inversiones y de esa forma se administran mejor los riesgos.
En cualquier caso, la opción que se elija debe comportarse en forma opuesta al activo que se desea proteger. Esto permite que se obtenga un margen adecuado de ganancia, lo que produce un desempeño más equilibrado de la inversión. Es decir, se maneja un portafolio de productos que ayuda a que no se tenga que estar liquidando operaciones de manera constante. Sin embargo, la cobertura debe adaptarse a los objetivos de la inversión y al perfil de riesgo de cada inversor.
Aplicación numérica de cómo funciona el hedging o cobertura
Para entender cómo funciona de manera práctica el hedging o cobertura explicaremos un ejemplo muy sencillo. Con el propósito de tener una idea muy simple de cómo se utiliza. Sin embargo, hay que advertir que el mercado es mucho más complejo
Vamos a imaginar que un inversionista posee un fondo de inversión en una cartera diversificada de acciones en el sector farmacéutico. El valor total de la cartera asciende a 200.000 $ y el inversionista quiere proteger su cartera por una posible caída del precio en el mercado.
Desde luego, el inversionista tiene dos opciones:
- Opción call: En el mercado financiero es el derecho a comprar.
- Opción put: En el mercado financiero representa el derecho a vender.
Paso 1
En este paso vamos a entender el proceso. El inversionista luego de comprar las acciones u opción call. Decide tomar una estrategia de cobertura. Para proteger su cartera decide elegir la opción put. Entonces se da cuenta de que el precio de ejercicio de venta de las acciones es de 100 $. Mientras que, el precio actual de las acciones es de 150 $. Esto implica que, el valor intrínseco o el beneficio que obtiene cada acción es 50 $. Por este motivo, elige una opción de venta que cubra el 100% de sus acciones.
Paso 2
Enseguida, resuelve comprar opciones de venta para el 50 % del valor total de su cartera. En este caso, procede de la siguiente forma:
Toma el valor total de sus acciones, 200.000 $ y lo divide dentro de 2 = 200.000/2 = 100.000 $.
Luego, estima la cantidad de opciones de venta que necesita comprar para asegurarse. Para ello, divide 100.000 $ del 50 % de la inversión total dentro del precio del ejercicio de las acciones, que es 100 $. Es decir, 100.000 $/ 100 $ = 1.000 $. Debe comprar 1.000 opciones de venta.
¿Qué pasa si el precio de las acciones cae en un 20 %?
Naturalmente, si esta situación se presenta, en el futuro las acciones disminuyen su valor. Esto es igual a 100 $ * 0,20 = 20 $. Entonces, si el precio de ejercicio de la acción es de 100 $, le restamos 20 $ = 100 $-20 $. Lo que determina que el precio de la acción en el mercado es de 80 $.
Por ello, si no se tiene la cobertura, tendríamos que vender el 100 % de las acciones al precio de mercado. Tomando 2.000 acciones * 80 $ = 160.000 $. La pérdida total sería de 160.000 $ – 200.000 $ = – 40.000 $.
Ahora bien, como se tiene cobertura, el 50 % de las acciones se vende al precio del mercado y el 50 % al precio de la cobertura. Para calcularlo tomamos 1.000 acciones equivalentes al 50 % de las acciones por el precio de mercado, que es 80 $. El otro 50 % o las otras 1.000 acciones se multiplican por el precio de cobertura que es 100 $.
1.000 acciones * 80 $ = 80.000 $
1.000 acciones * 100 $ = 100.000 $
La pérdida total sería de 180.000 $ – 200.000 $ = -20.000 $.
En consecuencia, el inversionista pierde, pero pierde menos. En lugar de perder 40.000 $ pierde 20.000 $. Por lo tanto, logra proteger el valor de su cartera.
¿Qué pasa si el precio de las acciones aumenta en un 20 %?
De manera similar, si el precio en el futuro de las acciones aumenta en un 20 %. Esto es igual a 100 $ * 0,20 = 20 $. Entonces, si el precio de ejercicio de la acción es de 100 $, le sumamos 20 $ = 100 $ + 20 $. Lo que determina que el precio de la acción en el mercado es de 120 $.
De modo que, si no se tiene la cobertura, tendríamos que vender el 100 % de las acciones al precio de mercado. Tomando 2.000 acciones * 120 $ = 240.000 $. La ganancia total sería de, 240.000 $ – 200.000 $ = 40.000 $.
Así mismo, como se tiene cobertura, el 50 % de las acciones se vende al precio del mercado y el 50 % al precio de la cobertura. Para calcularlo tomamos 1.000 acciones equivalentes al 50 % de las acciones por el precio de mercado, que es 120 $. El otro 50 % o las otras 1.000 acciones se multiplican por el precio de cobertura que es 100 $.
1000 acciones * 120 $ = 120.000 $
1000 acciones * 100 $ = 100.000 $
La ganancia total sería de 220.000 $ – 200.000 $ =20.000 $.
Finalmente, el inversionista gana, pero gana menos. En lugar de ganar, 40.000 $ gana, 20.000 $.
Conclusiones sobre el hedging o cobertura
En conclusión, se puede decir que el uso de la estrategia del hedging o cobertura es determinante para gestionar y minimizar los riesgos en los mercados financieros.
Sobre todo, porque protege a los inversionistas contra los cambios impredecibles que se presentan en el mercado. Ya sea, por el cambio del precio de los activos, las variaciones en las tasas de interés o las variaciones de los tipos de cambio en el mercado de divisas. No debemos olvidar que es una estrategia defensiva, para que si el inversionista pierde, no pierda tanto.