Cuestión social
El concepto de cuestión social alude a los efectos adversos que provocaron la industrialización y el liberalismo a la gran masa obrera que trabajaba en las fábricas. Algunos de estos problemas eran el empobrecimiento, la baja calidad de vida, el hacinamiento, jornadas laborales de hasta dieciséis horas, explotación infantil, etc.
Es decir, la cuestión social se define como el conjunto de efectos y problemas experimentados por la clase obrera tras la industrialización del siglo XIX.
Esta situación generó, en algunos sectores, la necesidad de plantear soluciones a estos efectos. Algunas de ellas fueron la intervención estatal para paliar y regular las precarias condiciones de los trabajadores. También aparecieron el marxismo, el anarquismo y se consolidaron las ideologías de izquierda socialista y comunista.
Posteriormente, años después, aparecería la socialdemocracia como ideología igualadora de la sociedad y mitigadora de la situación de los más desfavorecidos.
¿Cuándo surge la cuestión social?
La cuestión social surge a raíz de la Primera Revolución Industrial. Esta surge del triunfo de la burguesía y del fin del feudalismo. El aumento del comercio, de la cantidad de alimentos y de la población provocó un éxodo rural que desembocó en el trabajo en grandes fábricas por parte de los trabajadores que no eran necesitados en el campo debido a la mejora de su productividad.
Aunque la Revolución Industrial trajo un gran número de mejoras como el aumento de la productividad, mejora de los medios de transporte y una gran expansión económica, la otra cara de la moneda eran las condiciones precarias en las que se encontraban los trabajadores sobre los que se habían sustentado dichas mejoras.
El empobrecimiento, la explotación infantil, las jornadas laborales interminables, el hacinamiento, la inexistencia de seguridad en el trabajo y la falta de protección social, provocaron el surgimiento del movimiento obrero y de que las autoridades estatales se preocupasen por mitigar estos efectos para calmar a las masas.
Cabe destacar que no fue un proceso simétrico en todo el mundo. La Primera Revolución Industrial se inició en Inglaterra y se expandió, décadas después, a Bélgica, Alemania y Francia. Posteriormente, con la Segunda Revolución Industrial, esta expansión se trasladó a Japón y Estados Unidos. Y, por último, países como los latinoamericanos la experimentaron entre finales del siglo XIX y principios del XX.
La cuestión social y el marxismo
Marx y Engels comienzan su obra y su denuncia social a mediados del siglo XIX, en un contexto en el que la explotación obrera anteriormente mencionada estaba en su cúspide. Centraron gran parte de su vida a denunciar esta situación y a organizar a los obreros y trabajadores con el fin de mejorar sus condiciones de vida.
Algunas de sus aportaciones en esta línea fueron el concepto de la plusvalía, que aludía a la cantidad de valor monetario que surgía de la diferencia entre el precio de venta y el salario que percibe el trabajador. Así, este excedente era apropiado por el empresario, quien engordaba sus beneficios.
También desarrolló el concepto de alienación y, en general, se propuso un nuevo sistema político y económico, fundamentado en la abolición de la propiedad privada, la nacionalización de los medios de producción y la cooperación y solidaridad de todos los ciudadanos de un mismo territorio.
Medidas tomadas para enfrentarla
Al margen de los movimientos derivados de la cuestión social, como hemos visto anteriormente con el marxismo, los Estados implementaron una serie de políticas para mejorar esta situación. Las cuales han culminado con el llamado Estado de bienestar implementado tras la Segunda Guerra Mundial y que perdura hasta nuestros días.
Algunas de estas medidas fueron los seguros:
- Contra enfermedades (Alemania, 1883).
- Contra accidentes (Alemania, 1884).
- De invalidez (Alemania, 1884).
- De vejez (Alemania, 1889).
Cada país las fue implementando a su ritmo. En España, por ejemplo, las primeras medidas datan del año 1900,. Posteriormente, en 1923 se aprobaría el seguro obligatorio de maternidad y, en 1931, el de paro forzoso. Y, ya en 1963, se aprueba la Ley de Bases de la Seguridad Social, cuyo desarrollo ha llegado hasta nuestros días.