Estabilidad política
La estabilidad política es una situación en la que el sistema político se encuentra estable, institucionalmente sano y con niveles bajos de polarización.
La estabilidad política es un hecho, una situación, algo que ocurre durante un periodo y que tiene unos efectos determinados en la vida pública. Este concepto es positivo, es algo deseable por la gran mayoría de la sociedad, exceptuando grupos o partidos minoritarios más alejados del centrismo ideológico. La estabilidad política trae consigo estabilidad gubernamental, cohesión social, menor polaridad política y el buen desempeño de las tareas legislativas.
Aunque esta situación de estabilidad va asociado principalmente a las democracias, algunos regímenes autocráticos también gozan de esta situación. Obviamente, que la misma burocracia no democrática lleve muchos años en el poder no es condición necesaria para experimentar la estabilidad política. Ya que pueden existir elementos que no consoliden esta estabilidad, como podría ser una sociedad muy fragmentada.
¿Qué favorece la estabilidad política?
La estabilidad política, en regímenes democráticos, viene dada por unos factores que favorecen esta situación, estos son:
- Transparencia: Que las acciones del gobierno y de la administración estén claramente reflejadas públicamente, y además bajo el control de la oposición parlamentaria o de los propios ciudadanos, favorece la estabilidad.
- Baja polarización: Sucede cuando los partidos políticos se sitúan en posiciones centrales dentro del espectro político. Dejando sin representación a aquellas fuerzas que buscan dinamitar o acabar con el sistema imperante.
- Coaliciones fuertes: La existencia de coaliciones con un gran número de representantes también favorece la estabilidad. Ya que, así, las decisiones legislativas tienen un alto grado de respaldo popular.
- Bipartidismo: La existencia de bipartidismo, o de pocos partidos que se repartan la mayor cuota de poder parlamentario, favorece la estabilidad del sistema. Dado que no se necesitará el apoyo de muchos partidos para sacar adelante las propuestas legislativas.
- Igualdad jurídica: Que la ley sea igual para todos, y que los delitos de los políticos sean igualmente perseguidos y castigados, otorga una gran confianza entre los ciudadanos. Estos, siendo esto así, legitimarán el sistema político.
¿Qué le afecta negativamente?
Los factores que degradan la estabilidad política, generando inestabilidad, son justo los contrarios a los expuestos anteriormente:
- Corrupción: Un alto grado de corrupción de cualquier tipo y a cualquier nivel debilita la credibilidad de los gobernantes por parte de la ciudadanía.
- Inexistencia de la separación de poderes: Que no haya una clara diferenciación de los poderes del Estado entre quienes los detentan empeora la salud de la democracia.
- Alta polarización: Que los partidos políticos se sitúen en los extremos del espectro político provoca que sea realmente difícil llegar a acuerdos y que el gobierno y el legislativo puedan llevar a cabo sus tareas.
- Multipartidismo: Sucede algo parecido al punto anterior, es difícil llegar a pactos cuando hay que negociar con un número muy alto de fuerzas políticas. Si algunas no están contentas pueden tumbar la legislatura.
- Baja cultura democrática: En países en los que la democracia es muy joven o no hay una alta tradición democrática, es más probable que sufra golpes de Estado o revoluciones que quieran imponer un régimen autocrático.
La estabilidad política en la economía
Economía y política van de la mano. Cuanto mayor sea la salud y estabilidad del sistema político, mayor probabilidad existe de que el desarrollo económico sea más abundante.
Esto se debe a que un país que tenga una gran seguridad jurídica, que las leyes relacionadas con la economía sean estables; que no haya riesgo de expropiación; que la sociedad esté dispuesta a consumir porque no ve peligrar el sistema; y que la democracia no esté amenazada por fuerzas externas ni por golpes internos, provoca que los capitales externos estén dispuestos a invertir en el país.
Aunque hay que destacar que influyen otros factores que no tienen que ver con la estabilidad política, como son el coste empresarial o la presión fiscal.
Lo que sí que es seguro es que la inestabilidad política tiene una relación negativa con la prosperidad económica de un país. Y como ejemplos tenemos la Venezuela chavista, Cataluña tras la proclamación de 2017, o la Rusia de 1917.